Tango
Música: Francisco Rotundo
Letra: Reinaldo Yiso
El agravio de tus labios,
que juraron y engañaron,
embeleso de tu beso donde
preso me quedé.
Un zarpazo fue tu abrazo y
tu piel de seda y raso,
un infierno cruel y eterno
donde el alma me quemé.
El hastío con su frío hizo
nido en todo mío,
si quererte fue la muerte,
el perderte es morir más.
Que misterio es el cariño
que en la cruz de tu abandono,
todavía te perdono y te
quiero mucho más.
Clavaste
sin temor, con toda el
alma,
a traición y por la
espalda
un puñal, ¿y para qué?
No ves
que estoy herido y te
sonrío
que aún te llamo cielo mío
y que aún beso tu puñal.
¡No lo ves,
que pese a todo y contra
todo
en el cielo o en el lodo
yo te quiero siempre
igual!
Maldecirte, no seguirte,
no quererte, aborrecerte,
libertarme de tus manos,
rosa fresca, no podré.
Como un ciego tambaleo sin
tu voz, sin tu sonrisa,
cielo y brisa, tierra y
todo, me recuerda tu querer.
Siempre arde, noche y
tarde, esa antorcha de tus ojos
en tu pelo soy abrojo que
pretende ser clavel,
como hiedra que se aferra
a la piedra inevitable,
de tu amor inolvidable
aferrado me quedé.
ALFREDO BELUSI
JORGE FALCON
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