EL SENTIR DE AME : DORIS

“ DORIS “ - Amelia Requena

Doris:

Todavía no puedo creerlo.  Sé que no volveremos a vernos.

Y me duele.  Querría que todo fuera distinto. 
Como antes,  cuando éramos jóvenes y teníamos toneladas de 
sueños.   

Cuando creíamos que nos llevábamos el mundo por delante y que 

seríamos unas triunfadoras de aquellas.

Pero, no.  La vida nos pasó por encima como una aplanadora. 
Y los sueños no fueron más que eso.  Sólo sueños.

Después de años de desencuentro, volvimos a vernos, ya viejas.   

Pero, por dentro, éramos aquellas mismas chiquilinas y  fue como si

jamás nos hubiéramos dejado de ver.

Por todo eso, Doris, yo te buscaba.  Hasta llegué a correr a una 

mujer que se te parecía. Y no, no eras vos. 

Mientras yo te buscaba en Mar del Plata,  

vos  te morías en Buenos Aires.
 

¿Por qué dejamos que el tiempo pasara sin que ninguna de las dos 

diera un paso para acercarnos?   

Ya no lo sabremos y tampoco importa. 

Me alegró saber que publicaste tus bellísimas poesías.

A mí sólo me queda pedirte perdón y lamentar el tiempo que 

perdimos, las charlas y risas que no fueron, la distancia, el silencio.

Eso sí, me gustaría que volviéramos a encontrarnos, como ya 

ocurrió.

Como entonces, que todo fuera fluído, armonioso.   
Como si nunca hububiera habido un paréntesis.  
Y volviéramos  a disfrutar de nuestra compañía. 
Como siempre, como cuando éramos jóvenes.   
Como si la muerte no existiera y todo estuviera igual.   
Como si nuestra única preocupación fuera elogiarnos y darnos ánimo.

Y después reírnos, como dos locas sueltas, con la manía de escribir.

Amelia Requena  
07-03-2000

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AMELIA REQUENA
ANTEOJOS NEGROS.
Editorial Hylas
Buenos Aires- 2007