TÉRMINO.
(de María Elena Walsh, Otoño imperdonable, 1947)
Yo sé que estoy en vísperas de lo desconocido:
Un presagio madura tristemente en mi pulso.(...)
Que el silencio presida mi pavorosa angustia,
que nada en mí pretenda huir de lo inevitable.
Para sufrir más tarde el tiempo de las lágrimas
vivo ahora esta edad de sed y aprendizaje.
Todas las cosas deben florecer. Que el augurio
se nutra de mi sangre y cumpla su presente.
Como él es el paisaje que habitará el dolor
YO SOY UN SITIO DONDE FLORECERA LA MUERTE.
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