Nota de HORACIO BELMAÑA
publicada en la página webb TODOTANGO
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Historiar el tango "Caminito" constituye un
hermoso desafío para justificar la existencia de uno de los tangos que luego de
"La cumparsita" y "El choclo", en ese orden, ha girado
alrededor del mundo con mayor éxito, pero que presenta curiosas paradojas:
a) Es un tango de belleza simple y sencilla. Basta recordar
que es uno de los tangos de menor cantidad de notas y compases.
b) Forma parte de un subgénero que Filiberto denominó
"canción porteña", muy lejos de su clásica obra "Quejas del
bandoneón" de neto corte ciudadano.
c) Fundamentalmente, y creemos que esto ya no admite
discusión, músico y poeta se inspiraron en fuentes diametralmente distintas y
con veinte años de diferencia, a punto tal que existe en nuestro país un solo
tango "Caminito" pero dos caminitos inaugurados oficialmente. ¿Es
esto posible? ¿Cómo se produce esta rara complementación, que de ninguna forma
debe considerarse conflictiva?
El significado de la palabra arte puede servirnos de ayuda
cuando se define como "la expresión subjetiva de una vivencia". Ambos
artistas, inspirados en vivencias totalmente distintas supieron acoplarlas como
si dos pintores unieran sus lienzos dando lugar a un cuadro de categoría
superior.
Los Autores
Juan de Dios Filiberto
Juan de Dios Filiberto Nació en el barrio de La Boca y era
hijo de Juan Filiberti (a) "Mascarilla" y de Josefa Rubaglio. Como
dato curioso, pero cuya gravitación se advierte en pasajes de su su vida
artística, acotamos que era bisnieto del Brigadier Martín Rodríguez y una india
ranquel, mientras que su padre era hijo de genoveses. El nombre de su hijo,
Nahuel, significa "tigre" en el idioma araucano o mapuche.
Esta mezcla de sangre italiana y autóctona ejerció gran
influencia en su producción musical. Filiberto dividió su corazón entre la
ciudad y el campo. Para él, la palabra tango era sinónimo de barrio pero su
primer obra musical fue el tango "Guaymallén", escrito en la ciudad
homónima de la Provincia de Mendoza y que poco después estrenara Eduardo Arolas.
Al respecto decía Filiberto: «El indio, nieto de gringos inmigrantes, nada
tiene que ver con el tango, pero yo quería que mi primera obra llevase un
nombre autóctono». Esta afirmación hecha por el autor revela su nativismo que
se reveló en parte de su producción: "El pañuelito", "El
ramito" o el mismo "Caminito".
Siempre el clima de su obra transitó por la línea divisoria
entre ciudad y campo, excepción hecha y de forma notoria en "Quejas de
bandoneón", donde el músico rinde homenaje al instrumento musical que dio
ritmo definitivo al tango como también en "Malevaje". En éste último
caso se produce un nuevo acople con ópticas distintas. Fue con Enrique Santos
Discépolo. Al respecto decía Tania: «Juan de Dios fue un músico dedicado al
tango; Enrique Santos, un poeta tanguero. Uno dibujó paisajes, el otro, almas
dolientes. Ambos recibieron el influjo del malevaje de la incipiente
megalópolis».
Fue un auténtico luchador por los derechos de los autores
siendo factor fundamental en la sanción de la ley 11.723 promulgada en 1933 que
protege los derechos de autor. También fue socio fundador de SADAIC en el año
1936.
Sus comienzos fueron duros. Trabajó en los más variados
oficios y su aprendizaje musical no fue fácil. Él mismo decía: «Hay que ver,
cuando ingresé al Conservatorio, yo tenía más de veinticinco años sobre mis
espaldas, y mis espaldas estaban curtidas por mis tareas de estibador, herrero,
mecánico ajustador y calderero batimasa. Mis dedos estaban duros y torpes para
el teclado y para el cordaje». Pero sus dedos se ablandaron y ello nos permite
disfrutar de su hermosa producción artística.
Gabino Coria Peñaloza era hijo de Eusebio Coria y María
Natividad del Señor Peñaloza, oriunda de Tama (descendiente del caudillo
riojano Angel Vicente Peñaloza (a) El Chacho). El matrimonio residía en La Paz,
provincia de Mendoza, y allí nació un 19 de febrero de 1881.
Jorge Arduh, Gabino Coria Peñaloza y Juan Mateo Collino
Se casó en Chilecito (La Rioja) con doña Catalina Oyarzún
Avendano de nacionalidad chilena, y del matrimonio nacieron dos hijos: Ricardo
Facundo y Federico Gabino. El nombre del primero honra al escritor Ricardo
Rojas y al caudillo riojano Facundo Quiroga. El nombre del segundo hijo,
fallecido muy joven, fue impuesto en homenaje al escritor Federico García
Lorca.
Todo resulta importante para conocer su vocación literaria
expuesta no sólo en letra de tangos sino en sus tres libros: "Profeta
indio", "Cantares" y "La Canción de mis Canciones".
Decía Coria Peñaloza: «A mí me gustaron los versos desde
siempre. Tenía ideas locas en la cabeza. A los quince años me fui del hogar
paterno de San Luis hacia Buenos Aires. Mi madre me giraba dinero y eso me
permitió mantenerme el primer tiempo».
Del amor dijo: «Hay que tomarlo en serio y no como se hace
vulgarmente, porque la mujer ha nacido para ser compañera del hombre. El hombre
debe formar su hogar y echar raíces para que el árbol comience a crecer y luego
a florecer en realizaciones. La paz es necesaria para la creación espiritual.
Un hombre en guerra no puede hacer nada trascendente». ¡Toda una definición!
Don Gabino Coria Peñaloza enlutó con su muerte a Chilecito y
al tango un 31 de octubre de 1975 cuando contaba con 95 años de edad.
Distintas Vivencias
Fue el mítico barrio de La Boca el escenario donde
transcurrió la vida de Juan de Dios Filiberto. Nadie puede considerar que ha
conocido Buenos Aires si no ha caminado sus calles apreciando La Vuelta de
Rocha, la Plazoleta de los Suspiros, las barcazas amarradas que incluyen el
tradicional Vapor de la Carrera que unía diariamente Buenos Aires y Montevideo
y la casa del maestro de la pintura, Benito Quinquela Martín a lo que hoy se
agrega el pasaje "Caminito", cita obligada de turistas y amantes del
tango.
Esas fueron las calles de Filiberto, quien caminaba
diariamente por el empedrado de su calle Magallanes para encontrarse con sus
amigos de la Vuelta de Rocha. Observaba la diminuta calle que cruzaba la
manzana y acercaba los encuentros. Era un caminito que él recorría todos los
días para llegar a su trabajo como mecánico en la compañía Mihanovich, mientras
una joven dama los saludaba desde las ventanas de una casa vecina.
En este caminito y en este saludo femenino se inspiró
Filiberto para componer los primeros compases de su obra, pero faltaba la letra
que vendría desde muy lejos, aunque ya estuviese escrita veinte años atrás.
La localidad de Olta, en la provincia de La Rioja se
encuentra bordeada por un río muy caudaloso que, en épocas de creciente la dejaban
totalmente aislada de las provincias de Mendoza y San Juan.
En un viaje a Chilecito, Don Gabino, muy joven con sólo 21
años a cuestas, fue sorprendido por esta creciente cuando iniciaba el regreso
hacia Mendoza vía San Juan.
Joven poeta quiso amenizar su estadía en Olta visitando
amigos y así llegó a la casa de la señorita Filacelma Córdoba, en cuya sala se
realizaban exquisitas veladas y quien poseía el único piano de la localidad que
había sido traído desde Chilecito a lomo de mula.
Al pedirle Gabino que ejecutase alguna canción, la dueña de
casa se excusó diciendo que desde que murió su hermana había jurado no tocar
nunca más el piano, pero para solucionar el problema la familia llamó a una
joven y agraciada maestra de nombre María que vivía en la zona, y era profesora
de música de la Escuela de Preceptores. María pertenecía también a una familia
tradicional. Su apellido fue celosamente guardado por Coria Peñaloza y los
íntimos de la joven.
María y el caminito que llevaba a su domicilio, en forma de
pendiente y cubierto de trébol y juncos en flor, fueron la fuente inspiradora
de Coria Peñaloza. Ambos vivieron un apasionado romance durante la estancia del
poeta en Olta que motivó tan hermosos y sencillos versos escritos más de un año
después.
Pero la creciente cedió y el joven Coria Peñaloza emprendió
el regreso a San Juan con promesas de pronto regreso y recordando aquellas
tardes en que juntos y tomados de la mano recorrían el sendero. Regresó después
de más de un año de ausencia y María ya no estaba. Su familia la había enviado
a otra provincia ante el llanto desconsolado por la ausencia de su amado. Fue
cuando el poeta cantó en el año 1903 y desde el fondo de su corazón:
Desde que se fue
nunca más volvió,
seguiré sus pasos,
Caminito, adiós...
Nace el tango "Caminito"
En uno de los numerosos viajes que realizaba Coria Peñaloza
a Buenos Aires conoce a través de Benito Quinquela Martín a Juan de Dios
Filiberto con quien traba una gran amistad. Cuando Quinquela Martín conoció a
Coria Peñaloza lo consideró un "poeta loco", estimando que era el
complemento ideal para el temperamento del músico. El genial dúo de artistas se
tradujo en una sociedad que comenzó con "El pañuelito" y finalizó con
"Caminito".
Este hermoso tango nació en el año 1923 sin letra. La música
y la letra fueron completadas para ser presentado en el Concurso de Canciones
Nativas del Corso Oficial de Buenos Aires en el carnaval del año 1926.
Ello se produjo en una reunión programada en una confitería
de la calle Florida al 300, oportunidad en que Filiberto le dijo a Coria
Peñaloza que tenía un tango inspirado en sus caminatas por un sendero de la
Boca mientras se dirigía a la Vuelta de Rocha y luego de tararear varios
compases le pidió a su amigo que compusiera los versos. Gabino le contestó que
tenía unos versos inspirados en un amor juvenil en Olta y se los recita.
Filiberto consideró que era necesaria una modificación pero
el poeta no lo consintió, entonces el músico realizó una adaptación a la música
y esa tarde de 1926, en la calle Florida al 300 nació "Caminito".
Fue estrenado en el Concurso de Canciones Nativas del Corso
Oficial de Buenos Aires en el carnaval de 1926, oportunidad en que Filiberto se
presentó con una orquesta compuesta por un armonio, diez violines y un conjunto
de cuatro voces. Según el diario La Nación, «la canción despertó la atención
del numeroso público apiñado en ese amplio espacio y recibió como mejor premio
un aplauso cerrado».
Filiberto negó con dolor dichos aplausos. Es más, habló de
silbidos reprobatorios, los cuales podrían haberse justificado teniendo en
cuenta que se trataba de una "canción tango", género que no prosperó,
cuya belleza melancólica no se adaptaba a un corso y recurría a un buen
antecedente como consuelo: «Lo mismo le pasó a Bizet cuando estrenó Carmen».
Pero al poco tiempo se estrenó en el Teatro Cómico una pieza
de Alberto Novión, "Facha Tosta". En esa oportunidad Ignacio Corsini
cantó "Caminito" y este hermoso tango no solo conoció el éxito sino
que comenzó a rodar por el mundo. Sin duda constituye la más célebre
composición del músico con Coria Peñaloza, pese a que personalmente, tal vez
por el influjo materno, él prefería "El pañuelito".
Se inauguran los caminitos
El 18 de octubre de 1959 con la presencia del Intendente
porteño Hernán Giralt, y otras altas autoridades quedaba inaugurada
oficialmente la calle Caminito, entre el estruendo de las bombas y el ulular de
las sirenas de los barcos. Actuaron en esa oportunidad Tita Merello, Marta y
Waldo de los Ríos y la orquesta sinfónica municipal, entre otros.
La algarabía de la familia boquense fue total y el músico
ovacionado. Desde ese día el Caminito boquense pasó a ser lugar de cita de
argentinos y extranjeros incluyéndose en las guías turísticas de la mayoría de
los países del mundo.
Nadie imaginaba que cinco años después se viviría otra
ceremonia trascendente pero de signo opuesto. Fue el 12 de noviembre de 1964,
habida cuenta que el músico murió en la víspera, cuando las imágenes
televisivas daban la vuelta al mundo mostrando el féretro de Filiberto portado
en hombros de los bomberos voluntarios de la Boca que recorrían el Caminito
acompañado por un «fuelle ,que a manera de responso gemía los compases de
"Caminito"». Quien esto escribe reconoce una duda: cuando presenció
las imágenes televisivas en blanco y negro cree haber escuchado
"Caminito" pero algún autor afirma que el tango ejecutado era
"El pañuelito".
El 19 de febrero de 1971 en la localidad de Chilecito
(provincia de La Rioja) Gabino Coria Peñaloza vivía el momento de mayor emoción
de su vida, día en que precisamente cumplía sus 91 años. Fue la oportunidad en
que una multitud de hombres y mujeres de la localidad y provincias vecinas
asistían a la inauguración de la calle Caminito.
Placa en la Calle Caminito, Chilecito (La Rioja)
Se hallaban presentes el gobernador la provincia y altas
autoridades provinciales y municipales. Córdoba estuvo representada por el
Subsecretario de Cultura, el historiador Efraín U. Bischoff. Buenos Aires lo
estuvo, no sólo a través del periodismo, sino por el propio Cátulo Castillo en
representación de SADAIC.
La esquina de Caminito y Buenos Aires, en Chilecito (La
Rioja)
Numerosos artistas se sumaron al homenaje: Los Changos de
Chilecito, Panchito Ormeño, el dúo Romero-Moreno, el Cuarteto Vocal Norte, Luis
Guzmán, el coro Schola Cantorum Juventus y la presencia exquisita de Florindo
Sassone quien, ya casi de madrugada, ejecutó "Caminito", cantado por
coro que a veces era silenciado por la explosión popular. Fue el momento en que
el poeta con voz quebrada y mandíbulas que temblaban por la emoción, exclamó:
"¿Mereceré yo esto?".
FUENTE: página webb TODOTANGO
Historia del Tango CAMINITO
por HORACIO BELMAÑA.
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FUENTE: página webb TODOTANGO
Historia del Tango CAMINITO
por HORACIO BELMAÑA.
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