14 de marzo de
1934: Nace Ramón Navarro, en La Rioja. Cantor, autor y compositor. Entre sus
temas se destacan: "Chayita del Vidalero", "Mi Pueblo Azul"
(EFEMERIDES)
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RAMON NAVARRO.
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Ramón Navarro:
"Soy un eslabón más de una cadena muy grande que viene de mucho tiempo
atrás"
RAICES DEL
FOLKLORE
Por Pablito Piris
Foto: Eduardo
Fisicaro
Sábado, 27 de
Agosto de 2011
En los patios de
la casa vieja, la casa de Chuquis, donde transcurrió su infancia y su
adolescencia, Ramón Navarro se formó entre tinkunaco y chayas: chayas de los
pobres, chayitas de vidaleros y vidalitas del viento; entre remolinos de coplas
del valle y pájaros de luz iluminados por la lunita pirquinera que teñía su
pueblo azul y así fue forjando su espíritu artístico con esas cosas que él
tanto amaba y ama de su Rioja escondida, y que han dado como fruto un
importante aporte a la cultura popular. Este año, y como merecida recompensa a
su extensa trayectoria - que incluye once años en Los Cantores de Quilla Huasi
- a tantos años de andar caminos, Ramón Navarro grabó "Los
Encuentros" un disco doble en donde el riojano se encuentra nuevamente con
todas estas obras y con una gran cantidad de artistas que lo acompañan, como lo
acompañaron en todos estos años, en esta nueva ofrenda al público.
Hablar de Ramón
Navarro, es hablar de una de las personalidades que más han aportado a nuestra
cultura popular, podemos recorrer sus obras y encontrarnos con "Patios de
la casa vieja", "Coplas del Valle", "Mi pueblo azul",
"Chaya de los pobres", "Chayita del vidalero", "Zamba
del cercador", entre tantas otras, para reconocer rapidamente la
importancia de su figura. Integrante de los Cantores de los Quilla Huasi,
creador de la "Cantata Riojana" junto al poeta Héctor David Gatica,
sus huellas quedan marcadas y compartidas con hombres como Ariel Ferraro,
Ernesto Cabeza, José Oyola, Juan Falú y tantos otros trascendentes poetas y
músicos. Hablar con Ramón Navarro, es darse el lujo de poder entrar y explorar
todo ese universo, esa historia, ese paisaje y camino que trazó y que invita
generosamente a compartir. Por medio de "Los Encuentros", una placa
doble en donde Ramón Navarro grabó sus grandes composiciones junto a numerosos
artistas, la invitación a ingresar a ese mundo se abre a todo el público a
través de la música y del arte del disco.
- ¿Cómo nació
esta idea de "Los encuentros"?
Hace un tiempo
atrás hablando con mi amigo (Héctor David) Gatica me decía “che Ramón no será
hora que vamos cerrando ya”, no sé a que se refería con "cerrando"
pero él había tenido la idea y que luego realizó de hacer sus obras completas:
“Obras completas de David Gatica” una maravilla, y digo "está bien... me
sugirió una idea linda David", voy a ver si de a poquito voy viendo los
temas, juntando las canciones, mirando algunas que han tenido un camino ya
hecho con otras grabaciones y empezar a hablar con la gente que tenía más cerca
en ese momento que eran Oscarcito Alem, Juan Falú, Laurita Albarracín, Suna
Rocha. Poco a poco en el andar de la cosa se fueron sumando y sumando
armoniosamente y afortunadamente una cantidad de gente que está toda ahí y es
extraordinario, por eso llevó tanto tiempo hacerlo, cuatro años llevó grabarlo,
entre otras cosas porque dependía de los horarios que tenían los invitados,
combinar los horarios de estudio y todas esas cosas, son trabajos muy
elaborados.
Los invitados a
participar de "los encuentros" son muchísimos, por solo nombrar a
algunos encontramos a Héctor David Gatica, Damián Sánchez, Juan Falú, Monchi
Navarro, su hijo Ramón Navarro, Roberto Palmer, Oscar Alem, Luis Salinas,
Pancho Cabral, Lilian Saba, Raúl Carnota y una extensa lista de invitados que
continúa, "destacó sobre todo no tanto la cantidad sino la calidad de toda
la gente que está ahí, gente que yo admiro mucho y quiero mucho. Para mi es un
orgullo, es un honor tener esa compañía, esa actitud generosa que han llegado a
grabar, cantar, tocar la guitarra a sentir conmigo las canciones, a cantarlas,
a decirlas. Para mi es un trabajo que
deseaba mucho tenerlo y está completo"
Esos encuentros
se fueron dando de distintas maneras, algunos llevaron un trabajo de armado
importante: "hay un trabajo que es con Damián Sánchez, de una obra que
compusimos con Damián, yo he hecho la letra y el le puso la música es una
vidala chayera referida a un río que hay en Vinchina en el oeste riojano, que
le pusimos el “Bermejo toro de lluvia” porque es un río que crece cuando llueve
solamente, pero crece bravamente, además trae un sedimento colorado, rojo de
las gredas que hay más arriba en Valle Hermoso, Jaguey por ahí en la Pre
Cordillera y cuando viene el río pone coloradita toda la tierra, riega los
maizales, los zapallales todo queda con la tierrita colorada del color del agua
del río, asi que Damián hizo un arreglo coral extraordinario y lo grabamos con
el Coro de las Américas, me ayudó a cantar también Raúl Carnota y tocó los
teclados Santiago Alvarado y en la percusión está Rubén Lobo, de a poquito
fuimos armando todo eso. Te imaginás lo que lleva todo eso que te digo, armar,
estudiar, ensayar, grabar".
Otros encuentros
fueron más "casuales": "un día nos encontramos de casualidad con
Silvina Garré y Diego Clemente y Diego me dice “como anda tu disco Ramón” y yo
por hacer una broma le digo “faltan ustedes dos” y ahí nomás ella dijo “Yo
quiero estar” y entonces le di tres temas que quedaban sin grabar para que ella
eligiera y eligió Leopoldo Silencio”.
- ¿El resto de
los invitados y las canciones correspondientes para cada uno como los fue
deliberando?
Algunas son
composiciones en conjunto, es el caso de Damián Sánchez, de Juan Falú que
habíamos compuesto una zamba en homenaje a Chito Zeballos y otra chaya que
tenía música de hace muchos años de Juan y me había pedido que yo le ponga la
letra para cantarla. Pasó igual con Oscarcito Alem, que el escribió la música
de un tango y yo le puse la letra y después la música de una huella que yo le
puse la letra y esos dos temas los cantó Laurita Albarracín. Las otras cosas
por ahí han sido en el momento de grabarlas más directas y más sencillas porque
nos juntamos por ejemplo en una oportunidad con Luis Salinas y Ligia Piro
directamente en el estudio, Ligia ya había estudiado la obra que iba a cantar
que no es su género habitual el folklore, asi que nos juntamos, le leí la copla
que yo iba a decir en el medio mientras venía la introducción y me dice Ligia,
por favor porque no cantas y hacemos todo junto, entonces hicimos eso grabamos
todo junto.
- Mi Pueblo Azul
está incluida al final de cada disco con dos versiones diferentes ¿Le sucede
algo especial con esa canción?
No hay nada
especial, se dio la casualidad que había una versión de León Gieco, que él con
toda generosidad me dejo grabarla, yo le pregunté si podía poner su versión en
mi disco y me respondoó “por favor toda la obra es tuya”, entonces puse un
recitado de un poema de Ariel Ferraro que es lo que va antes de la canción y
después viene el tema grabado por León Gieco. Tiempo antes me habían mandado de
España una grabación que hizo el andaluz Rafael de Utrera, que lo grabó con
toda la onda de bulería. El había estado en una oportunidad en Buenos Aires y
estuvimos una noche comiendo, tomando unos vinos y cantando y el escuchó esa
versión, la cantó ahí a capella y le gustó mucho. A mi me parecía muy
interesante ver como una canción que habla de mi pueblo él la sentía
identificada en su pueblo, entonces hizo la grabación allá, me la mandó con
Fernando mi hijo y la puse en el disco, tenía que hacer esa articulación entre
los dos temas y los pusé en el final del primer disco y en el final del
segundo.
- Como con Patios
de la casa vieja, un tema con el que tanta gente se vio reflejada…
Es el milagro que
pasa con esas canciones que no es lo que uno se propone cuando escribe. Luego
evidentemente cuando la zamba empezó a caminar, me he encontrado con mucha
gente que me decía “Ramón usted ha pintado mi casa”... y claro, las casas
provincianas tienen esas cosas muy parecidas: limonero, geranio, la morera,
jazminero, no es raro que haya eso. Patios de la casa vieja se la pasé a
Ernesto Cabeza en un encuentro de esos que teníamos muchos y seguido. Fue una
canción que la había escrito para guardar la memoria de mi casa, porque ya se
iba, la perdimos, se había vendido la casa, no está más la casa esa en La Rioja
y yo le escribí unas coplitas para guardar ese recuerdo de la casa de mi
infancia, mi adolescencia de toda la vida. Después al poco tiempo le arrime la
música, y después varias cositas, no salió asi de golpe la música.
- ¿Había
imaginado cuando componía que muchas de sus obras iban a quedar tan marcadas en
el cancionero argentino por tanto tiempo?
Son destinos que
tienen las canciones, uno nunca sabe el destino que tiene una canción, es como
el de una persona, es absolutamente azaroso, si supiéramos como hacer para que
una canción sea éxito todos los días estaríamos escribiendo un éxito. Es una
cosa muy casual, muy afortunada, no se como llamarla. Una vez que uno suelta la
canción toma su propio vuelo y ya no es más de uno.
- ¿Cuándo se dio
cuenta lo importante que usted es para el cancionero folklórico?
Yo no se si soy
importante. Creo que soy un eslabón más de una cadena muy grande que viene de
mucho tiempo atrás, un eslabón que se enamoró de esto, que encontró en esto una
manera de nombrar sus cosas, su tierra, sus memorias, sus recuerdos, la
infancia, la adolescencia, las vidalas, los chayeros cantando de a caballo las
coplas en carnaval, todas esas cosas que se amontonan en el recuerdo de uno y
después uno lo va redescubriendo lo va a lo mejor cambiando, mejorando,
adornándolo, el recuerdo pasa a ser el recuerdo de un recuerdo y al final se
convierte en una canción que es lo que pasó con Mi pueblo azul. A lo mejor si vos vas por mi pueblo no lo ves
de ese color, lo ves de otro color, pero yo lo veía azul.
- ¿Con qué
personas que ya no están le hubiese gustado plasmar un encuentro en el disco?
Hay muchos. Con
el gallego Ernesto (Cabeza). El era un tipo que no era muy hablador, lo
contrario de Juan Carlos (Saravia) que se habla todo. A lo mejor me hubiese
gustado hacer un disco con Ernesto tocaba muy bien la guitarra, le gustaba el
flamenco, la música española... por algo le decían el gallego. También me
hubiera gustado hacer un disco con Chito Zeballos, y todavía estamos a tiempo
de hacerlo con Pancho Cabral. En este disco hay versiones de Pancho y Juan
Carlos Soria, gran estudioso del folklore, cantor y compositor. Habia una
zambita que andaba dando vueltas por ahí, que había escrito para Sanagasta, que
se llama “Valle Salamanca”, está la guitarra de Luisito Chazarreta y cantamos
con Pancho con el "Pelau" Soria, hay un bombito que pone Ramoncito mi
hijo.
Los encuentros
sintetizan, por asi decirlo de alguna manera, las personas y canciones que han
acompañado a Ramón Navarro durante toda su carrera, pero para encontrar el
punto de partida de este camino andado Ramón se remonta a Chuquis, el pueblo de
su infancia y adolescencia: "yo nací en la capital de La Rioja, pero
Chuquis es la querencia de toda mi infancia y toda mi adolescencia, ahí creo
que está el germen de absolutamente todas mis canciones. Todos los veranos de mi infancia, las patas
adentro de las acequias, garroteando los nogales, el olor de los yuyitos de
campo del poleo, del cedrón, del romero, ir a cortar alfalfa para echarle a los
animales, todas esas cosas las aprendí ahí."
Eso es lo que
vino con Ramón a Buenos Aires: "vine a Buenos Aires con 20 años, empecé a
cantar en un conjunto que había para danza de Alberto Castelar, entrañable
amigo, gran persona y muy buen pianista. Cantábamos en las peñas, en ese
momento había muchas peñas exclusivamente de baile folklórico y la gente salía
a bailar todas las danza asiduamente, esto es años ’60 por ahí, ya asomaba esa
década buenísima." Luego vino la oportunidad para Ramón de ser la voz de
la obra "Los Caudillos" de Ariel Ramírez y Félix Luna, y más tarde su
experiencia de once años con Los Cantores de Quilla Huasi. "Los Quilla han
sido para mi un momento artístico sumamente importante. Empecé justo con un
viaje con Yupanqui… después no dejamos de viajar: Argentina de punta a punta,
todos los lugares habidos y por haber y después por el resto del mundo, Japón
dos veces, en aquellos años salir del país no era tan habitual y tan accesible
por llamarlo así, era bastante difícil ir al exterior. Esos once años que yo
pase por los Quilla Huasi fueron fantásticos. Además fue un enriquecimiento
personal mío humano, y ver de que manera y de que forma vos te sentís apoyado
en el escenario, no somos cuatro, cuando estas cantando una chaya acá hay un
montón de gente de pueblo que esta acompañándote en ese momento, así te sentís,
representando una cosa popular fuerte de Argentina y como transmitís eso con
gente que no entiende el idioma, y sin embargo, la fuerza de la obra hace que
penetre en el corazón de ellos."
RECUERDOS DE
MOMENTOS Y AMISTADES
Ramón Navarro
comenta que tuvo la gracia de vivir en una época donde se apreciaba mucho el
folklore que arrastraba mucho público y mucha juventud, recuerda los '60 como
un gran momento para nuestra cultura: "En ese momento había como un auge
tremendo. Yo me perdi del ’61 al ’64 estuve viviendo en Venezuela. Cuando volví
me encontré con que el folklore estaba de auge total, las canciones mías las
cantaban Los Trovadores, en aquellos años grabaron Chayita del vidalero y eso
para mi era una carta de presentación fuertísima. Había en ese momento una peña
en Bs. As. Que se llamaba “La Tribu” de los Farías Gómez, don Enrique y Pocha
Barros. Ahí yo conoci a Mercedes Sosa, absolutamente ignota todavía, yo decía
como puede ser esa voz y pregunte quien era, quede admirado y me dijeron que
era una chica tucumana y eran los encuentros ahí. Asi empezó mi relación con
los folkloristas de renombre y otros que todavía eran por ser…"
Ramón Navarro
recuerda con mucha alegría los momentos compartidos fuera del escenario y en el
escenario mismo con los amigos que le dio el arte. "en aquellos años había
muchos encuentros, yo era muy amigo con Ernesto Cabeza, vivíamos muy cerca y
siempre me decía “Ramón como andás para un locrito” y me iba para la casa de él
y empezábamos a guitarrear. Él tenía una piecita nos juntábamos a tocar la
guitarra, el tomaba ginebra y yo tomaba vino. Muchísimas cosas mías que
grabaron Los Chalchaleros fueron asi, transmitidas en esos encuentros, en esos
momentos" Recordando a Mercedes
Sosa, Ramón agrega: "mirá que suerte la mia, me toco estar cuando Cafrune
la invito a Mercedes a Cosquin. Cafrune tenia que cantar tres canciones y a
Mercedes el festival no la dejaba porque no la conocían y Jorge que era un tipo
muy generoso le dijo Mercedes vos quedate ahí cerquita, yo voy a cantar y te
invito a cantar a vos, eso si no te acompaño porque no se que vas a cantar yo
solo se tocar las cosas mias, entonces Mercedes subió con el bombo y no sabes
lo que fue, te emocionaba, la plaza que se venia abajo. Era una época donde
abajo estaban todos los representantes discográficos, Cosquin tenia una
repercusión fuerte en el disco, inmediatamente le hicieron contrato, grabar y
fue lo que fue Mercedes, tenia que ser de cualquier manera porque un talento
asi no lo paras de ninguna manera, un talento desbordante, es la voz mas
maravillosa que escuche."
Otro de los
personajes que Ramón Navarro recuerda con gran cariño es a Don Atahualpa
Yupanqui, con quién le tocó compartir su primera gira por Europa con Los Quilla
Huasi justo en el momento en el que recién ingresaba al conjunto: "Cuando
yo entre a los Quilla Huasi en el año 1970 la primera gira que el conjunto hizo
en el exterior fue esa e invitados por Yupanqui. Fuimos a cantar con él a
Madrid y a París. Al revés de lo que hacen muchos, él cantaba primero y después
con gente que le pedía muchos bises – Yupanqui era dios en España y Francia –
nos presentaba y salíamos a cantar. En París vivíamos en una casa que tenia dos
o tres pisos, todo por escalera no había ascensor; en el primer piso estábamos
nosotros, en el segundo piso estaba Yupanqui y todas las mañanas tempranito el
nos decía "vengan aca que tengo unos matecitos". Yo iba a las 8 de la
mañana, le tocaba la puerta, entraba y ya estaba escribiendo cartas,
contestando a todo el mundo, se pasaba por lo menos tres horas escribiendo cartas
a la mañana temprano. Después nos juntábamos en la mesa a comer un quesito y a
tomar un vinito." De esos encuentros, Ramón recuerda uno de manera muy
especial: "Yupanqui había estado en Chuquis en casa de don Aurelio Ortiz
un paisano muy querido, y le digo “usted ha escrito don Ata hace años unas
coplas para un chayero que se llama Manuel Simplituca", entonces sale un
rato de sí y dice "paisano déjeme tomar este vinito ya me voy a
acordar"... me dijo todo el poema de memoria, que increíble y eso que no
le había puesto música el, porque si vos lo cantas es mas fácil de acordarte,
ese poema se llama “A Manuel Simplituca”.
Por supuesto
habla también de Ariel Ferraro, poeta riojano a quién junto con su hijo
Ramoncito grabaron un disco con obras de él y con Ariel Ferraro de Gatica,
Paredes, Eloy López y otros poetas riojanos, mientras se reconoce un lector de
las obras completas de Manuel J. Castilla y recomienda que leamos por favor al
escritor riojano Daniel Moyano de quién confiesa que está leyendo un libro de
él (tres golpes de timbal) por cuarta vez: "de Ariel Ferraro gusta la
profundidad de su poesía y lo metafórico sin ser demasiado cerrado, es
sumamente simple a la hora de escribir sus cosas; no solamente ha ido y entrado
en la descripción del paisaje sino también en la hondura del hombre, su
problemática, sus cuestiones sociales, todo en eso me atrae, como Gatica
también. Habia un autor muy importante Jose Paredes con quien pienso en algún
momento hacer alguna cosa con la obra de el, no esta mas entre nosotros. Otro
poeta muy bueno en La Rioja fue Eloy Lopez, con el he compuesto un par de
canciones."
Los recuerdos se
extienden, varias personas entran en la charla. Ramón cuenta con alegría que
tiene 12 bisnietos, que sus hijos y nietos también han hecho un importante
camino en lo artístico, por eso no escatima elogios para su hijo Ramoncito
Navarro y para sus nietos, comenta alegre que el conjunto que integra uno de
sus nietos "La Surca" será telonero de Silvio Rodríguez en el Estadio
de Ferro cuando el trovador cubano visite en noviembre la Argentina.
Converador, se lo ve feliz con este trabajo, de haberlo compartido en el
proceso de producción con tantos amigos y de poder compartir a través del disco
su historia con toda la gente y dejar que esas canciones, que ya nos son
propias, sigan viajando y remontando el tiempo.
fuente:
RAICES DEL
FOLKLORE
Por Pablito Piris
Foto: Eduardo
Fisicaro
Agradecimientos: Silvia Majul y Norberto
Passera (por compartir el encuentro y ser parte de estas charlas que
testimoniamos en la nota)
http://raicesdelfolklore.com.ar/notas/entrevistas/1212-ramon-navarro.html
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