ALFREDO BIGESCHI.
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Semblanza de JOSE MARIA OTERO
publicada en la página wegg TODOTANGO.
POETA
18 de diciembre de 1908 – 25 de marzo de 1981
Nació en Elba, la itálica isla mediterránea situada entre
Córcega y la Toscana, donde fuera confinado Napoleón en 1814. Concretamente en
su capital, Portoferraio, donde los Bigeschi Della Serra lucían blasones
guerreros y eclesiásticos y aún conservan su casa-museo, un palacete con
cuadros de los ancestros de títulos nobiliarios, aunque el "piccolo"
Alfredito se crió en una casita proletaria, a la vuelta del palacio.
Cuando contaba 12 añitos, sus padres emprendieron el camino
de América con valijas flacas atadas con correas y muchas ilusiones, llegando a
puerto el 27 de abril de 1920. Siendo ya mayor añoró una y otra vez aquellas
escalinatas de adoquín que subía airoso con su pandilla, y por fin, su sueño se
hizo realidad cuando en 1960 el diario "Crítica" lo mandó a cubrir
las Olimpíadas romanas. Allí volvió a sentir el aroma del pulpo cocido en
bidones en los aledaños del puerto, retrepó la antigua escalinata contigua a su
casa y reconstruyó la infancia perdida en el lejano Mediterráneo que ya no
volvería a merodear.
Su incrustación en el Nuevo Mundo arrancó en la isla Maciel,
junto a inmigrantes, aventureros, obreros portuarios y de la construcción,
"la runfla calavera" de "El farol colorado", o los
sustratos del hampa que lucían sus cortes y quebradas en el recreo "El
Pasatiempo". Años duros, bravíos, más todavía para un chiquilín que no
dominaba el idioma y que se topó bruscamente con la repentina ceguera del padre
por lo cual debió arremangarse y salir a ganar el mendrugo diario.
Aunque abandonó el colegio, nunca dejó de leer, hasta sus
últimos días y ello le facilitó el manejo de la lengua, los giros porteños y el
descubrimiento precoz del naciente tango, el sainete y el costumbrismo local.
Siendo monaguillo en Elba, el párroco descubrió su afición por la escritura y
fue quien le recomendó leer mucho, consejo que seguiría a rajatabla y que le
permitiría en poco tiempo colaborar en modestas publicaciones y hasta obtener
un carné de periodista de "El poder de la Isla Maciel" como
"reporter social", aporteñándose definitivamente.
A dos años de la llegada, la familia se traslada a La Boca
(Olavarría al 1000) y allí se vacuna para siempre como fana del equipo azul y
oro y con el tiempo entablaría amistad con figuras como Cherro, Sarlanga,
Valussi o Lazzatti. Su iniciación como poeta lo emparenta con Manzi o García
Jiménez que anduvieron el mismo camino: letrista de las famosas murgas
boquenses de la época, el barrio donde nació el carnaval. En esa fiesta de los
pobres fue burilando su destino de poeta popular, sencillo, romántico.
Con 16 años y gracias a un calabrés, amigo de su padre,
conoce al famoso Juan Maglio y le aporta unos versos a los cuales
"Pacho" le pone música y así nace "Tango argentino",
dedicado al Intendente Municipal José Luis Cantilo, que estrena Ignacio Corsini
a comienzos del 29 y Gardel entusiasmado, grabaría el 11 de diciembre de ese
año. Con Pacho compondría otros 7 temas, entre otros "Guarany" y
"Siete palabras".
Gardel invita a los autores a viajar con él a Rosario y
Casilda, y Bigeschi me contó que una noche, cenando en "Chanta
Cuatro", unos amigos le pidieron a Gardel que cantara algo y cuando vió
sentado en una mesa vecina al joven letrista, cantó a capella "Tango
argentino", para regocijo de éste.
En 1933, con el bandoneonista Miguel Bonano, compuso otro
tema de impacto: "La novena", que cantaron numerosos intérpretes y
Rodolfo Biagi lo consolidaría en 1939 con los versos recitados por Teófilo
Ibáñez. Paralelamente avanza en su oficio de periodista, destacando en La Canción
Moderna, El Alma que Canta y dirigiendo El Canta Claro varios años, para
después pasarle la posta a Alberto Cosentino, el autor de "Quemá esas
cartas". Desde su primer título: "Tenorios de mi barrio" hasta
el último "Aquí parado en la esquina", sumó unos 260 títulos
registrados y muchos desperdigados.
Colaboró con músicos como Enrique Rodríguez en "Te
quiero ver escopeta", "Contigo pan y cebolla", "Viva el
carnaval" y "Mi muñequita", Con Eusebio Giorno "Ay
Catalina" y "Se va Pirulo". Con Bonano además de "La novena"
(impresionante la grabación de Oscar Alonso con la orquesta de Héctor Artola y
el coro de Fanny Day), también hicieron "La canción de la ribera" y
"Tardes porteñas". Registró temas con los hermanos D'Alesandro,
Agustín Irusta, Domingo Conte, José Otero, Vicente Salerno, los hermanos
Edgardo, Osvaldo y Ascanio Donato, Alberto Soifer, los hermanos Servidio,
Rafael Rossi, Scolatti Almeida, Graciano Gómez, Juan Martí, Virgilio San
Clemente y Abel Olmedo entre otros.
Curiosamente le dedicó un tango al gran rival: "River
Plate" con Francisco Rofrano; "Campeón", a su club Boca Juniors,
campeón de AFA de 1931. En varios temas compuso la letra y la música.
Fui compañero suyo durante unos 12 años en el diario
"La Razón" y, pese a la diferencia de edad, me acercó su calor humano
y pude bucear en su obra y sus avatares. La noche que se casaba con la porteña
hija de sorrentinos, Carmen D'Angelo, en agosto de 1933, Edgardo Donato le
estrenaba "La novena". En su casa de Barracas, en la calle General
Hornos, tuvieron dos hijos, Dina -maestra- y Alfredo -médico- y hasta un nieto.
Yo le decía que de sus tangos me encantaban "Que podrán
decir", gran creación de Castillo con Tanturi y "Caricias" por
Vargas con D'Agostino, que en Nueva York grabaría con éxito la orquesta de
Enrique Méndez con la voz de Blas Hernández. A él le gustaba mucho la versión
de Mercedes Simone que también le registró "Fotogénico".
Pero la labor de Bigeschi fue mucho mas allá del tango. Hizo
boleros como "Nuestro fracaso" que escribió para Leo Marini y armó el
conjunto "Tradición nacional" que recibió grandes plácemes en Radio
del Pueblo. También creó los tangos teatralizados con el nombre de
"motivos populares" que fue otro golazo. De ahí saltó a la
radionovela, con tanta aceptación, que las emitían simultáneamente las radios
Belgrano, Municipal y Mitre. En 8 años registró 36 títulos en Argentores. Fundó
la revista Radiocine y editó el libro Motivos populares.
Estuvo en La Razón hasta que una hemiplejia le marcó la
retirada. La muerte de algunos amigos, la pérdida de su querida casa de
Barracas y, finalmente, otro derrame cerebral en la Mar del Plata que tanto le
recordaba a su Elba natal, fue el último y decisivo golpe. Al dejar la casa de
General Hornos escribió el vals "Adiós a la casa vieja" que
musicalizó y grabó el cantor Pedro Ortiz. Ahí estaba dibujado su estilo de
poeta sencillo, romántico y nostálgico. El de aquel chico inmigrante de 17 años
al que Gardel le cantó esos versos: "Se ganó el cariño de la muchachada, /
que en una cortada le dio el corazón..."
Letras de Alfredo Bigeschi
Aquí parado en la esquina (Tango)
Caricias (b) (Tango)
Contigo pan y cebolla (Tango)
Fotogénico (Tango)
La novena (Tango)
Me la nombra el viento (Tango)
Novia (Vals)
Siete palabras (Tango)
Tango argentino (Tango)
Vos no querés a nadie (Tango)
Y te cantan hasta en Francia (Tango)
fuente: TODOTANGO.
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fuente: TODOTANGO.
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