ARBOL DE NAVIDAD,leyendas.
Muchas de las leyendas y antiguas tradiciones que hacen
referencia al árbol de Navidad se remontan a tiempos muy antiguos, pero la
documentación histórica acerca del árbol tal y como lo conocemos y decoramos
hoy en día, sólo apareció en los últimos siglos.
No hay duda, sin embargo, que estas leyendas y tradiciones
muestran la convergencia de muchas costumbres, algunas de ellas nacidas fuera
de la cultura cristiana y otras de origen estrictamente cristiano.
Vamos a considerar aquí algunas que podrían ser precursoras
del árbol de Navidad.
ORIGEN HISTÓRICO
Desde tiempos muy antiguos, los pueblos primitivos introducían
en sus chozas las plantas de hojas perennes y flores, viendo en ellas un
significado mágico o religioso.
Los griegos y los romanos decoraban sus casas con hiedra. Los
celtas y los escandinavos preferían el muérdago y muchas otras plantas de hoja
perenne (como el acebo, el rusco, el laurel y las ramas de pino o de abeto) pues
pensaban que tenían poderes mágicos o medicinales para las enfermedades.
En la cultura de los celtas, el árbol era considerado un
elemento sagrado. Se sabe de árboles adornados y venerados por los druidas de
centro-Europa, cuyas creencias giraban en torno a la sacralización de diversos
elementos y fuerzas de la naturaleza.
Se celebraba el cumpleaños de Frey (dios del Sol y la
fertilidad) adornando un árbol perenne, cerca de la fecha de la Navidad
cristiana. El árbol tenía el nombre de Divino Idrasil (Árbol del Universo): en
cuya copa se hallaba el cielo, Asgard (la morada de los dioses) y el Valhalla (el
palacio de Odín), mientras que en las raíces profundas se encontraba el Helheim
(reino de los muertos).
Cuando se evangelizó el centro y norte de Europa, los
primeros cristianos de esos pueblos tomaron la idea del árbol para celebrar el
nacimiento de Cristo, cambiando su significado pagano.
SAN BONIFACIO, OBISPO DEL SIGLO VIII
SAN BONIFACIO, OBISPO DEL SIGLO VIII
San Bonifacio
cortando el roble de Odín
Una interesante tradición -en parte historia, en parte
leyenda-, popular en Alemania, afirma que el árbol de Navidad se remonta al
siglo VIII.
San Bonifacio (675-754) era un obispo inglés que marchó a la
Germania en el siglo VIII (concretamente a Hesse), para predicar la fe cristiana.
Después de un duro período de predicación del Evangelio,
aparentemente con cierto éxito, Bonifacio fue a Roma para entrevistarse con el
papa Gregorio II (715-731).
A su regreso a Alemania, en la Navidad del año 723, se sintió
profundamente dolido al comprobar que los alemanes habían vuelto a su antigua
idolatría y se preparaban para celebrar el solsticio de invierno sacrificando a
un hombre joven en el sagrado roble de Odín.
Encendido por una ira santa, como Moisés ante el becerro de
oro, el obispo Bonifacio tomó un hacha y se atrevió a cortar el roble sagrado. Hasta
aquí lo que está documentado históricamente.
El resto pertenece a la leyenda que cuenta cómo, en el
primer golpe del hacha, una fuerte ráfaga de viento derribó al instante el árbol.
El pueblo sorprendido, reconoció con temor la mano de Dios en este evento y
preguntó humildemente a Bonifacio cómo debían celebrar la Navidad.
El Obispo, continúa la leyenda, se fijó en un pequeño abeto
que milagrosamente había permanecido intacto junto a los restos y ramas rotas
del roble caído. Lo vio como símbolo perenne del amor perenne de Dios, y lo
adornó con manzanas (que simbolizaban las tentaciones) y velas (que
representaban la luz de Cristo que viene a iluminar el mundo).
Como estaba familiarizado con la costumbre popular de meter
en las casas una planta de hoja perenne en invierno, pidió a todos que llevaran
a casa un abeto. Este árbol representa la paz, y por permanecer verde simboliza
también la inmortalidad; con su cima apuntando hacia arriba, se indica, además,
el cielo, la morada de Dios.
OBRAS TEATRALES RELIGIOSAS MEDIEVALES
OBRAS TEATRALES RELIGIOSAS MEDIEVALES
Árbol de
Navidad
También ofrecen pistas importante sobre el origen del árbol
de Navidad, tal como lo conocemos, las obras de teatro medievales que
representaban los misterios y pasajes de la Biblia.
En concreto el árbol del Bien y del Mal en el Paraíso
Terrenal. Su propósito era enseñar la religión a los feligreses, que en su
mayoría eran analfabetos.
Para difundir y mantener viva la fe y dar a conocer las
Sagradas Escrituras, la predicación era esencial, pero no suficiente.
Se pensó que las obras teatrales completaran esa predicación
y pronto se hicieron populares en toda Europa.
En la Nochebuena, el 24 de diciembre, se representaba -con
grandísimo éxito popular- el episodio del pecado original de Adán y Eva. El árbol
del Paraíso terrenal era el centro del escenario.
El árbol debería haber sido un manzano, pero no habría sido
adecuado en invierno. Se ponía un abeto en el escenario con algunas manzanas en
sus ramas, y obleas preparadas con galletas trituradas en moldes especiales, así
como dulces y regalos para los niños. Incluso cuando se abandonaron estas obras
teatrales religiosas, el árbol del Paraíso siguió estando asociado a la Navidad.
LOS ORÍGENES MÁS RECIENTES DEL ÁRBOL DE NAVIDAD
La opinión más generalizada entre los expertos es que el árbol
de Navidad, tal como lo conocemos hoy, decorado e iluminado con luces, deriva
de este árbol del Paraíso. Como su lugar de nacimiento se sugiere la orilla
izquierda del Rhin, y concretamente la Alsacia.
Uno de los primeros testimonios de esto son los registros de
la ciudad de Schlettstadt (1521), en los que fue establecida una especial
protección para los bosques en los días previos a la Navidad; los guardabosques
eran los responsables de castigar a cualquiera que cortara un árbol para
decorar su casa .
Otro documento nos informa de que, en Estrasburgo, la
capital de Alsacia, los abetos se vendían en el mercado, para llevar a casa y
decorarlos. De Alsacia, la tradición de los árboles de Navidad se propaga a
toda Alemania y al conjunto de Europa, y pronto, al resto del mundo cristiano.
ASPECTOS SIMBÓLICOS DEL ÁRBOL
Árbol de
Navidad
Los árboles han tenido a lo largo de la historia un
significado muy especial: en todas las culturas poseen aspectos simbólicos de
carácter antropológico, místico o poético.
La idea extendida de los aspectos benéficos de los árboles
para el hombre ha dado lugar a distintas leyendas y lo ha relacionado con
sentidos mágicos y rituales.
En varias culturas el árbol representa el medio y la unión
del cielo y la tierra: ahonda sus raíces en la tierra y se levanta hacia el
cielo; por ello en ciertas religiones, sobre todo orientales, el árbol es signo
de encuentro con lo sagrado, punto de encuentro entre el ser humano y la
divinidad.
Otros significados ampliamente extendidos sobre los
atributos mágicos del árbol concernían a la fecundidad, al crecimiento, a la sabiduría
y a la longevidad.
SENTIDO CRISTIANO
El árbol de Navidad recuerda, como hemos visto, al árbol del
Paraíso de cuyos frutos comieron Adán y Eva, y de donde vino el pecado
original; y por lo tanto recuerda a Jesucristo que ha venido a ser el Mesías prometido
para la reconciliación. Pero también representa el árbol de la Vida o la vida
eterna, por ser de hoja perenne.
En palabras de Juan Pablo II: “En invierno, el abeto siempre
verde se convierte en signo de la vida que no muere […] El mensaje del árbol de
Navidad es, por tanto, que la vida es ‘siempre verde’ si se hace don, no tanto
de cosas materiales, sino de sí mismo: en la amistad y en el afecto sincero, en
la ayuda fraterna y en el perdón, en el tiempo compartido y en la escucha recíproca”
(Juan Pablo II, Audiencia, 19 de diciembre de 2004).
Árbol de
Navidad con los tradicionales adornos
La forma triangular del árbol (por ser generalmente una conífera), simboliza a la Santísima Trinidad. A las oraciones que se realizan durante el Adviento se les atribuye por un color determinado, y cada uno simboliza un tipo:
• El azul, para las oraciones de reconciliación.
La forma triangular del árbol (por ser generalmente una conífera), simboliza a la Santísima Trinidad. A las oraciones que se realizan durante el Adviento se les atribuye por un color determinado, y cada uno simboliza un tipo:
• El azul, para las oraciones de reconciliación.
• El plateado, para las de agradecimiento.
• El dorado, para las de alabanza.
• El rojo, para las de petición.
• Estos colores, junto con el verde del árbol mismo, tal vez
sean los más tradicionales para los adornos navideños.
El árbol de Navidad y los regalos propios de estas fechas,
son un modo de recordar que del árbol de la Cruz proceden todos los bienes…
Por eso tiene un sentido cristiano la tradición de poner
bajo el árbol los regalos de Navidad para los niños:
“Generalmente, en el árbol decorado y a sus pies se colocan
los regalos de Navidad. El símbolo se hace elocuente también desde el punto de
vista típicamente cristiano: recuerda al ‘árbol de la vida’ (Cf. Génesis 2, 9),
representación de Cristo, supremo don de Dios a la humanidad” (Juan Pablo II, Ídem).
LOS ADORNOS NAVIDEÑOS
Los adornos más tradicionales del árbol de Navidad son:
• Estrella: colocada generalmente en la punta del árbol,
representa la fe que debe guiar la vida del cristiano, recordando a la estrella
que guió a los Magos hasta Belén.
• Bolas: en un principio San Bonifacio adornó el árbol con
manzanas, representando con ellas las tentaciones. Hoy día, se acostumbra a
colocar bolas o esferas, que simbolizan los dones de Dios a los hombres.
• Lazos: Tradicionalmente los lazos representan la unión de
las familias y personas queridas alrededor de dones que se desea dar y recibir.
• Luces: en un principio velas, representan la luz de Cristo.
fuente: primeros cristianos.wordpress.com
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