Se filma una película sobre el director de "Pelota de
trapo"
Rescate de Leopoldo Torres Ríos
"La mirada de Clara" está dirigida por Pablo Torre, nieto del recordado director
Foto: Federico Guastavino
Pablo Torre es el menor de los hijos de Leopoldo Torre
Nilsson, y se inició como realizador en 1994 con "El amante de las
películas mudas", título al que siguió, cuatro años después, "La cara
del ángel". Ahora, y rodeado por metros de cables, potentes spots, un
joven equipo de colaboradores y una cámara que se desliza lentamente por ese
bar con aire melancólico, reaviva para la pantalla grande la historia de su abuelo,
al que él califica como "un escrutador de las cosas sencillas del pueblo y
un espectador apasionado de la vida orillera".
-Mi propósito no es tan ambicioso. Este film nació a partir
de mi novela "La ensoñación del biógrafo", que en 1998 quedó
finalista en el Premio Planeta. Íntimamente sentía que dentro de esa trama
novelada había un posible guión de cine, ya que sus personajes recorrían sueños
y realidades que tenían que ver con un Buenos Aires ya casi perdido en el
olvido, imbricado con los inicios de nuestra pantalla nacional. Finalmente,
pude transformar esa obra literaria en un relato en el que mi abuelo Leopoldo y
mi abuela Clara se conocieron, se casaron y formaron una familia que inició su
fervor por las imágenes.
-En realidad conocía muy poco de la historia de mi abuelo,
que falleció cuando yo tenía ocho años. Sabía que había sido fotógrafo de
plaza, que se había casado por poder con Clara -una sueca que de su patria
llegó a Buenos Aires para unirse a ese bohemio desconocido- y que, luego, se
convirtió en uno de los directores más trascendentes cuya obra comenzó bastante
antes del inicio del cine sonoro. Lo que después supe de mi abuelo se lo debo a
mi padre, Torre Nilsson. Pero él era muy fantasioso y estoy seguro de que mucho
de lo que me contó se debe a su imaginación literaria, que siempre se antepuso
a su mucha más importante producción cinematográfica... En mi cabeza, yo tenía
fantasías, realidades y sueños respecto de mi abuelo. Con todos estos
elementos, cuya mayor fuerza era la palabra, fui construyendo la historia y la
leyenda de Torres Ríos. La película pendula entre un porteñismo ya transformado
en nostalgia y unas vidas luchadoras que hablan de calidez y de emoción.
Pablo Torre afirma: "«La mirada de Clara» está
concebida dentro de un doble mundo que habla de la realidad y pasa por la
imaginación. Es, sin duda, un homenaje a mi abuelo pero es, también, una mirada
mágica en torno de una figura ejemplar del cine argentino".
El elenco del film está encabezado por Norman Briski.
"Mi personaje en esta historia -explica el actor- tiene mucho de
fantasmagórico y de emotivo. Es una especie de relator que se inserta en la
vida de Torres Ríos y de Clara, su mujer, para atravesar variadas etapas de sus
existencias cotidianas. Es, sin duda, un papel que me conmovió desde el momento
en que leí el guión... En realidad, el teatro es mi pasión de siempre, pero
cuando el cine me ofrece una oportunidad como la de «La mirada de Clara» me
dejo tentar por la cámara. Y si, como valor agregado, la historia refleja el
devenir de uno de los más importantes cineastas de nuestro medio, este nuevo
acercamiento a la pantalla grande lo vivo como una fiesta."
Completan el reparto del film Pompeyo Audivert, Gabriel
Feldman, Natalia Segre y María de la Cruz Tamae. "Con actores tan
entusiastas y un grupo de técnicos de primer nivel -finaliza Torre-, espero
lograr un film emotivo y una trama que recuerde a aquel Leopoldo Torres Ríos
que engrandeció con su talento la cinematografía argentina."
Obra insoslayable
Leopoldo Torres
Ríos nació en 1899 y falleció en 1960. Alto, desgarbado, de sombrero aludo y
mirada penetrante, debutó en la pantalla nacional en 1923 con "El puñal
del mazorquero". Nuestro cine todavía era mudo, y ese pionero comenzaba su
labor en aquellas filmaciones de humildad franciscana. Algunos lo llamaron
"el payador de nuestro séptimo arte", mientras que él se declaraba
enemigo de la cinematografía mecánica y abjuraba de ciertos pecados de las
películas comerciales.
Era un intuitivo y un gran improvisador. Como poeta bohemio,
trabajaba en el desorden y su filmografía pasó de la mudez a la palabra con
títulos que tenían tanto a la ciudad como al campo como escenarios plenos de
simpleza y de emoción. Su obra compendia más de treinta películas, entre ellas
varias de inmediata recordación: "La vuelta al nido" (1938); "El
sobretodo de Céspedes" (1939); "Pelota de trapo" (1948);
"El hijo de la calle" (1949); "El crimen de Oribe", que en
1950 codirigió con su hijo Torre Nilsson; "Edad difícil" (1956),
hasta llegar, en 1959, a uno de sus films más emblemáticos: "Aquello que
amamos", y con el que finalizó su obra tan querible y humana.
Ahora, con "La mirada de Clara", Torres Ríos
vuelve a la pantalla. Y lo hace de la mano de su nieto Pablo Torre, que le
brinda un merecido homenaje. .
fuente:
Nota de: Adolfo C. Martínez
publicada en LA NACION.COM
23 de julio de 2004.
..............................................
No hay comentarios:
Publicar un comentario