JUAN CRUZ MATEO.
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Semblanza de
ALBERTO RASORE
Publicada en la página
webb TODOTANGO.
PIANISTA, VIOLINISTA, DIRECTOR, COMPOSITOR, PINTOR
25 de diciembre de 1904 – 11 de julio de 1951
Nació en
Ensenada, Provincia de Buenos Aires, era el hijo mayor de cinco hermanos del
matrimonio formado por Rafael y Vicenta Goldaracena. Su padre había nacido en
Barcelona y fue administrador de los puertos de La Plata y de Comodoro
Rivadavia. Además, el primer presidente del Círculo de Oficiales de Mar de
aquella ciudad.
De pequeño sintió
inclinación por la pintura y la música. Estudió en la Academia de Bellas Artes
bajo la dirección de Mariano Montesinos y en el Consevatorio “Santa Cecilia”,
donde aprendió violín, violonchelo y piano, aunque no concluyó ninguna de las
dos carreras.
Debutó en
septiembre de 1919, a los catorce años, en la Confitería “París” de La Plata,
como violonchelista en la orquesta del bandoneonista Ángel Eladio Ramos,
“Ramito”. Integraban la orquesta Natalio Porcellana en acordeón a piano, Fausto
Frontera en violín, Primitivo Carrera en flauta y clarinete y Arturo Dallecio
en piano.
Al año siguiente,
se hizo habitué del Cine Bar Colón, donde actuaba el conjunto de Ponciano
García. Dada su corta edad, Mateo solía pedirle permiso al director para
reemplazar tanto al pianista, como al violinista y también al bandoneonista,
instrumento que nunca había aprendido.
A partir de 1924,
incursionó en Buenos Aires, tocando el violín y el piano. Luego, regresó al Bar
Colón, donde participó nuevamente en la orquesta de Ponciano hasta el final de
la década, cuando se integró a las orquestas de Anselmo Aieta y Osvaldo
Fresedo.
Se radicó en
París en 1931 y, al año siguiente, se vinculó a Carlos Gardel, acompañándolo en
doce grabaciones y en el rodaje de tres de las cuatro películas que “El
Morocho” filmara en Francia.
Curiosamente,
dentro de la extensa discografía gardeliana, las mencionadas 12 grabaciones con
Mateo, serán los únicos registros que realizará Gardel durante el año 1932. Los
temas son los tangos “Mentira”, “Pan”, “Otario que andás penando”, “Por favor
déjame”, “Sueño querido”, “Noches de Montmartre”, “Aquellas cartas”, “Sorpresa”
y “Cara rota” con la participación del piano de Juan Cruz Mateo y un violinista
que podría ser Fernando Ibáñez Camallonga, o el catalán Joaquín Solsona,
agregándose Julio Aramendi en vibráfono en el vals “Sueño de juventud”. Mateo y
el guitarrista Rafael Iriarte “El Rata”, lo secundan en la canción “El rosal” y
en la tonada “Mentiras”.
La duda sobre el
violinista se debe a que en las etiquetas de los discos figura el nombre de
Solsona, sin especificar su nombre de pila. Pero Orlando del Greco en su libro
“Gardel y los autores de sus canciones”, cuenta que el poeta Rafael Ibáñez
Camallonga, autor de la letra de “Por favor déjame”, cita a su hermano Fernando
Ibáñez Camallonga como el violinista que participó en los registros.
Fue el pianista
que más veces grabó con Gardel, superando a Rodolfo Biagi con 7 registros y a
Alberto Castellanos con 6.
En septiembre de
1932 Juan Cruz Mateo volvió a trabajar con Gardel, en la filmación de las
películas rodadas en Joinville, Francia. En “Espérame” Juan Cruz Mateo lo
secunda con su sexteto en “Me da pena confesarlo” y en “Criollita de mis
amores”. En el cortometraje “La casa es seria”, Gardel canta “Recuerdo malevo”,
con el acompañamiento de la orquesta de Mateo y en el film “Melodía de
arrabal”, lo secunda en “Silencio” y “Melodía de arrabal”. Cuando canta este
tango por primera vez en la película homónima, Mateo lo acompaña con su
sexteto, tocando el violín y, por último, en “Mañanita de sol”, a dúo con
Imperio Argentina, Mateo ejecuta el piano.
Conforme se
detalla en el artículo de Hamlet Peluso y Eduardo Visconti, “Los
acompañamientos musicales de Carlos Gardel”, del libro “Para vos, Morocho”,
publicado por el Museo Casa Carlos Gardel, integraban la orquesta: Mateo y
Ramón Mendizábal (piano), Julio Falcón, Ángel Maffia, Gerardo Martínez y José
Schumacher (bandoneones), Juan Ghirlanda, Segundo Ardanaz y Esteban Rovati
(violines), Horacio Pettorossi y Esteban Gutiérrez (guitarras) y Louis Montigny
(contrabajo).
También ese año,
formó con el guitarrista Rafael Iriarte y Juan Carlos Marambio Catán, un trío
que se denominó Trío Buenos Aires. Actuaron en Barcelona.
En los catálogos
de Victor, en España, figuran las grabaciones del trío: la canción “Tus trenzas
negras”, la chacarera “La sanjuanina”, la zamba “Blanco y azul”, el pericón de
Marambio Catán “Pobre gallo” y los temas de Julio Vega, el vals “Besos de
plata” y la zamba “La calandria”.
Llevó al disco
con Marambio Catán los tangos “Hacelo por la vieja”, “Dorita”, “Confesión”,
“Dicen que dicen”, el vals “Palomita blanca” y el tango “Acquaforte”. Con Vega
grabó “Ayer se la llevaron”, “Cartas de amor” y “No seas así”, con música del
cantor y letra de Enrique Dizeo. Cierra las grabaciones del trío, el tango
“Guitarra mía”, con la intervención especial del cantor Francisco Alfredo
Marino, el autor de “El ciruja”.
También registró
con su orquesta y los mismos cantores: “Clavel del aire”, “Yo tengo la culpa”
(Marambio), “Media vida” (Vega), “Ave María purísima” y “Tango mío” (dúo Vega-Marambio).
Con su piano y guitarras acompañará a Rosita Barrios en “Alma de bandoneón” y
en dúo con Luis Mandarino “Mi viejo amor”.
Compuso con
Marambio Catán el tango “Todavía estás a tiempo”, siendo además autor de los
tangos “Yo tengo la culpa”, “Cartas de amor”, “Una vida” con letra del cantor
Roberto Maida y la ranchera “Ave María purísima” con letra de Enrique Dizeo.
Recorrió Europa
durante 7 años, regresando fugazmente a La Plata en 1938 para retornar, ese
mismo año, a París. Allí comienza a dejar el tango, para dedicarse intensamente
a la pintura, volcándose al estilo llamado futurista, logrando reconocimiento
internacional al resultar vencedor en el “Gran Premio de Francia y Colonias”.
Enfermo de
cáncer, regresó definitivamente a La Plata en 1949, siendo agasajado en el Bar
Colón, donde había actuado como incipiente músico tres décadas atrás, pero ya
para rendirle homenaje como reconocido pintor. Expuso sus obras en la Galería
Peuser de la Capital y sus pinturas “Ciclistas” y “Cabello de lino” pasaron a
exhibirse en el Museo de Bellas Artes de La Plata, también sus cuadros “Pizarro
en París” y “Autoretrato”, en el Museo Municipal de Arte Moderno.
Falleció en el
Hospital Policlínico de La Plata. Como cierre de esta evocación vale citar las
palabras de Marambio Catán, quien en su libro de memorias “El tango que yo
viví, 60 años de tango”, dirá de él:
«¡Oh! El gran
Cruz Mateo, hijo de La Plata y que si se hiciera justicia a su talento, a sus
condiciones de hombre, a su trayectoria artística, debiera tener en la Capital
de la Provincia una calle o cualquier lugar que eternizara el nombre de Juan
Cruz Mateo, como ejemplo para las generaciones futuras que se inquieten por las
expresiones del espíritu. De Juan Cruz Mateo, tendría para escribir varios
volúmenes. Ver sus cuadros que tienen un colorido asombroso y que en cada uno
de ellos está latente la exquisitez de su espíritu. Como pintor puede figurar
entre los primeros, como músico dominaba todo lo que puede un superdotado y
como hombre no conocí nada más cercano al hombre integral, al ser humano
perfecto.»
fuente:
TODOTANGO.
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