del día 12 de agosto de 2012.
Pedro Jorge Solans: "En la muerte de Isidro Velázquez
desaparece el bandido y despierta el santón"
Isidro Velázquez fue uno de los bandidos rurales más
conocidos en el país. Su fama se extendió por todo el Chaco y en 1967 fue
asesinado en una emboscada de la policía del Chaco en el Paraje de Pampa
Bandera, luego de una traición. Su leyenda se acrecentó y éste bandido rural ha
pasado a ser un santón popular. Pedro Jorge Solans se ha encargado de
investigar, reconstruir la historia y a través de su libro Isidro Velázquez,
retrato de un rebelde acercarnos a la vida y al contexto en el cual se manejo
Isidro. Aquí su autor nos cuenta acerca de su trabajo de investigación, del
libro y de otros detalles de la vida de Isidro Velázquez.
Foto: Pedro J. Solans
La rebeldía rural de los años '60 se vió encarnada en la
figura de “los hermanos Velázquez”, principalmente en la de Isidro Velázquez. Asesinado
por la policía chaqueña en una emboscada junto con Vicente Gauna. Su figura fue
convirtiéndose en leyenda, así como Bairoletto, Mate Cosido o El Chueco Maciel
en Uruguay, Isidro Velázquez es como un “Robin Hood” del Chaco: un bandido
rural que robaba a los ricos para pagar a los pobres, hoy es un santo popular y
sobre el Paraje Pampa Bandera, donde fue asesinado, hay cruces, imágenes, y la
gente se junta a pedirle favores.
Isidro Velázquez fue inmortalizado en un chamamé “El último
sapucay” de Oscar Valles, que Jorge Cafrune interpretó, que fue el único chamamé
prohibido de la historia en épocas dictatoriales, también Luis Buschtein en su
libro “El fugitivo de Pampa Bandera" se preocupó por esta historia, y
recientemente una película llamada “Isidro Velázquez, la leyenda del último
sapucay” (en la que participa Pedro J. Solans), dirigida y guionada por Camilo
Gómez Montero, llevó al cine a este personaje.
Un aporte significativo es el de Pedro Jorge Solans en su
libro Retrato de un rebelde anecdótas, curiosidades, fotografías y escritos de
Isidro, y además desde una contextualización histórica aborda cuestiones
sociales de aquella época (la historia transcurre durante la dictadura de Juan
C. Onganía), y a través de una narración apasionante vuelca los datos obtenidos
de su investigación periodística.
- ¿En qué momento y por qué sintió la necesidad de relatar la historia de Isidro Velázquez?
Surgió tras investigar la masacre de Napalpí, ocurrida en 1924,
en la misma zona, donde fueron asesinados y humillados los pueblos originarios,
tobas y mocovíes y también criollos que se dedicaban a la cosecha de algodón.
Ese hecho histórico, pero vergonzoso, involucró a las sociedades de Quitilipi y Machagai, dos pueblos del centro de la Provincia del Chaco. Ese, luego sería el sector más emparentado con la vida de “Los Velázquez” que fueron los últimos bandidos rurales que existieron en el país.
Ese hecho histórico, pero vergonzoso, involucró a las sociedades de Quitilipi y Machagai, dos pueblos del centro de la Provincia del Chaco. Ese, luego sería el sector más emparentado con la vida de “Los Velázquez” que fueron los últimos bandidos rurales que existieron en el país.
Además, yo nací y viví mi infancia en Quitilipi, y tengo
presente lo que se vivía con la psicosis colectiva que generaba la presencia de
Isidro Velázquez y Vicente Gauna.
Tenía 8 años y participaba con mi padre de un asado en el
club Vendaval de Quitilipi para recaudar fondos y crear la Asociación de “Amigos
de Quitilipi”. Esa noche, del 1ª de diciembre de 1967, ingresó al asado una comitiva
policial y avisó que habían matado a “Los Velázquez”e invitaba a que viéramos
los cadáveres. De allí fuimos todos a ver los cuerpos que los exhibían como
trofeos en la Comisaría. Esas imágenes nunca se borraron de mi memoria y con el
tiempo explotaron.
- ¿Cuál es el punto exacto en el qué Isidro comienza a
definir su destino?
Isidro define su destino a partir de la persecución que
sufre injustamente tras un complot entre un colono, vecino de él, y la policía.
Esta persecución tiene como antecedente la vida de su hermano Claudio que murió
en un tiroteo mientras asaltaba un almacén.
- ¿Qué condiciones o cualidades tenía Isidro para qué hoy
sea considerado casi como un "héroe"?
No. Isidro no es considerado un héroe. Más bien, un
vengador, un rebelde, un santón popular que los peones, los cosecheros, los
hacheros, vieron cómo él se vengaba de las injusticias que soportaban de la
policía, de los patrones, de las autoridades, y sus dotes naturales de moverse
en el monte, y su buena puntería con las armas, fueron valoradas como un bien
preciado y generaron leyendas, mitos y creencias.
- ¿Hay cómo una cuestión de fé que rodea a Isidro hoy en el
Chaco?
Sí. Muy incipiente. Generalmente, los rebeldes populares que
mueren de una forma que los redime el pueblo termina dándole un lugar en los
altares. Velázquez murió traicionado, emboscado y fusilado. Esa muerte lo
redimió de cualquier falta que haya tenido.
- En el libro comienza relatando cómo fue la emboscada,
luego cuenta su vida y vuelve al punto de la muerte ¿esa forma temporal del
relato la eligió por algo en particular?
Sí. Porque me parece que en la muerte de Velázquez,
desaparece el bandido y despierta el santón. Termina el hombre común y surge el
intermediario con la divinidad, el poder sobrenatural.
- En el texto se transcriben los diálogos con la misma
manera de hablar de los personajes (sin las eses, con los acentos marcando la
tonada, etc.). ¿Hay una intencionalidad desde la narración de acercar al lector
a esas costumbres chaqueñas?
Sí. Por supuesto, creo que había que rescatar esa manera de
comunicación, ese lenguaje, esa forma de hablar porque, en definitiva, muestra
una interpretación del mundo diferente al nuestro, pese a estar compartiendo el
mundo, la región, la tierra. Esa especie de cultura subyacente es muy rica, es
parte de la cultura guaranga.
- ¿Con qué curiosidades se topó mientras investigaba y
escribía el libro?
Precisamente, con ese lenguaje, casi mezcla entre el
castellano y el guaraní, con esa interpretación gestual, y relatos increíbles. Allí
hay un paso de posta entre la realidad y la ficción. Un choque o un abrazo
entre lo urbano y el monte, -que ya queda poco-, o el campesinado. Me impactó la
relación de esa gente con la tierra y su cosmogonía; y sobre todo, con el
paisaje.
En la cuenca lechera paraguaya, la zona de Pilar, donde se
exiló Isidro con su amante Ninón de 15 años, y donde Isidro se burló de la
policía stroessnerista. Allí aún hoy se vive trazos de la república guaranítica, y el realismo mágico está a flor de piel.
- ¿Fue complicado obtener datos y documentos para hacer el
libro?
Tuve los obstáculos propios de una investigación periodística
de un hecho reciente, donde todavía están vivos varios protagonistas directos,
y donde se debe desentrañar mitos, se revela hechos contradictorios o se rompe
ciertos moldes. A menudo, en estas historias se cruzan virtudes y defectos
humanos. Están presentes, las pasiones, los amores, las traiciones, los hechos
heróicos, los miedos, las cobardías-
- En buena medida, en el libro quedan expuestas las luchas,
las injusticias y la forma de vida de los campesinos del Chaco de aquel tiempo ¿se
propuso esto al escribirlo, es inherente a la historia misma, o ambas cosas?
No. No me lo propuse, pero era inherente a la historia misma.
No se puede escribir sobre los Velázquez, sin hablar del campesinado, de los
obrajes, del monte, sin hablar de la dictadura de Juan Carlos Onganía reflejada
en la policía del Chaco, sin hablar de La Forestal, de los algodonales, de la
explotación forestal, de la clase media.
- ¿Isidro era simplemente un bandido rural o también
considera que era un insurgente que no estaba de acuerdo con el sistema?
No. Velázquez fue un simple bandido rural y no tenía ningún
encuadre político ni social. El sociólogo Roberto Carri, lo definió como formas
prerrevolucionarias de la violencia.
- A partir de su
investigación, ¿crée que la justicia de Chaco le atribuyó a Isidro culpas de
otros casos no resueltos para ocultar su incompetencia o realmente Isidro era
un gran problema para la policía chaqueña?
Las dos cosas.
Sobre el autor
Pedro Jorge Solans es Periodista y escritor nacido en
Quitilipi, Chaco. Publicó los poemarios Bostezo crepuscular, Solferino y La
Carga; el libro de cuentos breves En manos de Él y el ensayo periodístico A
cielo abierto. Es autor de Crímenes en sangre, investigación sobre la matanza
indígena en Napalpí, Chaco y otros títulos publicados por Ed. Punto de
Encuentro. Dirigió el semanario Diario del Valle, las revistas Entorno y
Nicandro, en la Provincia de Córdoba. Fundó y dirige actualmente El Diario de
Carlos Paz, en Córdoba.
fuente: RAICES DEL FOLKLORE.COM
entrevista a Pedro Jorge Solans
Pablito Piris.
....................
No hay comentarios:
Publicar un comentario