EL TANGO RECUERDO, UN SECRETO DE FAMILIA.
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Nota de RICARDO GARCIA BLAYA
publicada en la página webb TODOTANGO.
El tango "Recuerdo" nació en una época donde el
género crecía y evolucionaba permanentemente, donde la inspiración de los
compositores parecía infinita, tanto que hoy resultaría difícil elegir una
"bisagra", un hito, a partir del cual uno concluya que hay un antes y
un después de tal o cual obra.
Sin embargo, podemos afirmar que "Alma de bohemio"
(1914) de Roberto Firpo es una marca indudable de la vanguardia creativa. Por
la originalidad de su estructura melódica y por la compleja densidad de su
música, que nos preanuncia la aparición del tango más elaborado, del tango
moderno.
Lo mismo ocurre con "Recuerdo" diez años después, con la
diferencia que tuvo letra casi desde su creación y que esta también influyó,
finalmente, en el resultado musical de la obra. Recordemos que los versos de
Juan Andrés Caruso de "Alma de bohemio" son de 1929, es decir, quince
años más tarde de su creación.
"Recuerdo" es otro punto de inflexión en el
desarrollo de la creación tanguera. Para muchos, el mejor tango que hubo, no
sólo por sus atractivos estéticos si no también, porque abrió nuevas
perspectivas en la composición.
Osvaldo Pugliese
Pero "Recuerdo" tiene una historia muy especial,
delicada, que se desarrolla en los enigmáticos desfiladeros por donde transitan
las relaciones familiares y sobre todo, si tomamos en cuenta que estamos
hablando de uno de los más grandes artistas que nos dio el tango: el maestro
Osvaldo Pugliese.
El asunto no es sencillo, no sólo se refiere a la identidad
del compositor, también al origen de su variación y al contexto documental
(partituras y discos).
El tango aparece editado en 1924 con la única mención de que
la música es de Adolfo Pugliese. La edición con la letra de Eduardo Moreno fue
publicada unos meses después.
La partitura dice en su parte inferior derecha: "Unico
editor autorizado. A. Pugliese. Acevedo 220. U.T.65, Chacrita 2260".
Son variadas y contradictorias, las conclusiones de los
muchos investigadores que analizaron el tema. Algunas opiniones, dan poca
relevancia al hecho de la firma del tango por parte del padre de Osvaldo y lo
justifican en razones circunstanciales.
Luis Adolfo Sierra menciona algunas obras anteriores de
Osvaldo: "El tango titulado "Primera categoría"... Le seguirán
luego, casi sin solución de continuidad "El frenopático",
"Gauchita sentimental"... Antecedentes todos y acaso precursores de
su obra fundamental que es el tango "Recuerdo"... tango instrumental
de mayor trascendencia estilística y renovadora que se haya compuesto. Lo
estrenó el cuarteto del bandoneonista Juan Fava, en el café Mitre de Villa
Crespo". Y agrega en una nota al pie de página: "Acerca del equívoco
tan difundido en razón de haber aparecido en las primeras ediciones del tango
"Recuerdo" el nombre de Adolfo Pugliese como autor de la obra,
corresponde aclarar que fue simplemente una medida precautoria por parte del
editor y padre de Osvaldo Pugliese, dado la minoría de edad de éste -quien
apenas contaba 19 años- en circunstancias que no estaba todavía debidamente
legislada la protección legal de los derechos intelectuales". Y al final
subraya: "... nadie de buena fe puede poner en tela de juicio quien es el
verdadero autor". (La historia del tango, volumen 14, editorial
Corregidor)
Lo mismo dice el coleccionista Osvaldo Firpo: "Se
efectuó la edición a nombre de don Adolfo Pugliese, padre de Osvaldo, por la
minoría de edad de éste. Tiempo después concurrieron juntos padre e hijo a la
Sociedad de Autores a registrar definitivamente el tango a nombre de su
creador".
Roberto Selles sostiene que la causa fue económica y se
remonta a una entrevista que hiciera al maestro, donde este le confesó que le
entregó el tango a su padre, porque tenía dificultades en su empleo y andaba
escaso de recursos.
La misma opinión parecieran tener Oscar del Priore e Irene
Amuchástegui al citar una charla mantenida entre el músico y el escritor Arturo
Lozza: "Pero en ese entonces mi padre sufrió un gran inconveniente con su
profesión de músico, de flautista... Entonces mi viejo comenzó a trabajar como
corredor de partituras musicales.... Una noche..., papá me propuso editarlo.
Bueno, editalo, agarrátelo, ¿para qué lo quiero yo?". (Cien tangos
fundamentales, de Oscar del Priore e Irene Amuchástegui, editorial Aguilar.)
Para Horacio Ferrer el tema es absolutamente ocioso, pero
tiene el convencimiento de que la obra es de Osvaldo, por su estructura, su
calidad, su estilo. Descalifica a aquellos que mencionan otros autores y
destaca el hecho de que se trata de un tango muy importante para ser hecho por
un personaje ignoto, de trayectoria autoral desconocida. Para Ferrer resulta
irrelevante el motivo por el cual lo registró el padre.
Hasta aquí, la versión "oficial". Pero otros
investigadores que se basan en los elementos documentales o, que entrevistaron
a personalidades de aquellos años, opinan diferente.
El coleccionista Bruno Cespi tiene serias dudas sobre la autoría y rechaza el argumento de la minoridad de Pugliese porque tiene en su poder tres partituras: "Primera categoría", "Carlitos" y "El frenopático" (1922-1923), todas anteriores y editadas con su nombre.
Esta opinión es compartida por Héctor Lucci, quien agrega
que no sólo las ediciones musicales llevaban el nombre del padre, también los
discos. La primer grabación de "Recuerdo" fue de la orquesta de Julio
De Caro, el 9 de diciembre de 1926 en forma instrumental. En 1927 lo graba por
primera vez cantado, la cancionista Rosita Montemar, con el acompañamiento de
músicos del sello Víctor. La orquesta Bianco-Bachicha, lo registra en forma
instrumental en París, en 1928. Y en 1930, la Orquesta Típica Víctor, con la
voz de Roberto Díaz. En todas las etiquetas figura A. Pugliese. Y más aún,
todavía figura así en el disco RCA-Víctor 39776, de la versión de Ricardo
Tanturi de 1942.
Para Néstor Pinsón, el tango es del hermano, Vicente
Salvador Pugliese "Fito", violinista, quien tenía mala relación con
su padre, a quien le recriminaba ser mujeriego y bebedor y además, de
sobreprotejer a su hermano Osvaldo. Lo llamaban "Fito", por el simple
hecho de ser hijo de Adolfo. Un día abandonó la casa paterna y se fue al sur
del país abandonando el pentagrama de su obra.
La persona que se lo contó, es un gran bandoneonista y
director, quien además recuerda que estaba en el café ABC con Eduardo Moreno,
cuando se apareció el violinista Emilio Marchiano "El rengo" para
pedirle al letrista, que vaya a la casa de Fito para ponerle versos a un tango.
Termina su historia diciendo que el hermano nunca volvió a su casa y murió en
Mar del Plata.
La misma historia le relató, con lujo de detalles, el autor
de la letra, Eduardo Moreno (1906-1997): "... una de las causas de las
peleas de Fito con el padre fue que Osvaldo de muchachito, fue medio enfermo,
muy flaco, débil y le echaba la culpa a don Adolfo porque este era de andar con
mujeres y cada tanto tenía alguna enfermedad de transmisión sexual. La conducta
del papá era la razón por la cual el hijo tenía esos problemas. Hasta que un
día Fito se fue de la casa, dejó el violín, dejó todo. Bueno... la música de
"Recuerdo" es suya".
Enrique Pollet
Pero acá no acaba la cosa. La famosa variación final, que le
da ese toque magistral a la obra tampoco le pertenecería a Osvaldo. La misma
fue hecha al poco tiempo en ocasión de agregarse la letra y le pertenece al
bandoneonista Enrique Pollet, "El francés" (1901-1973), en
colaboración con Eduardo Moreno. La adaptación de los versos a la música obligó
a rediseñar también otras partes del tango. La fuente de esta aseveración es el
mismo músico, mencionado párrafos atrás, que recibió esta información de boca
del propio Pollet y que me pidió no mencionara su nombre.
Cuando investigamos en las partituras de Osvaldo posteriores
a "Recuerdo" nos encontramos con una curiosidad. En todas ellas se
destaca que el autor es el mismo de "Recuerdo", pero en la del tango
"Ausencia" de 1931, está la misma mención pero con el agregado de A.
Pugliese.
En las muchas oportunidades que se le preguntó al maestro
Pugliese sobre el tema, este hace un relato de cómo fue concibiendo la melodía
en los viajes del tranvía. Que era un tema muy requerido en su casa. Explica el
motivo del título, que en un primer momento fue "Recuerdo para mis
amigos", que después acorta cuando se edita, agregándole el subtítulo
"A mis amigos", en homenaje a la barra del café "La Cueva del
Chancho" o "De la chancha", como le decían los muchachos. Y lo
ya dicho, que se lo dio a su padre para ayudarlo.
Finalmente, me decidí escribir esta nota sin la menor
intención de menoscabar la inmensa figura del maestro y, parafraseando a
Sierra, con absoluta buena fe. Porque me parece importante echar luz en los
temas ligados a las vicisitudes de los hombres de "carne y hueso",
sin un falso sentido del respeto, sin banalidades, sin hipocresía. Porque la
grandeza de Osvaldo Pugliese no se empaña por la búsqueda de una verdad, que de
confirmarse, resultaría de menor cuantía si se compara con su extraordinaria trayectoria
como músico, director y compositor.
fuente: TODOTANGO.
Tangos y Leyendas.
RICARDO GARCIA BLAYA.
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