José Ignacio Rodríguez, conocido artísticamente como Chango Rodríguez, es un autor que ya ha aparecido varias veces en este cancionero y con todo merecimiento, porque el malogrado cantautor cordobés es autor de obras inolvidables, entre las que últimamente se escucha mucho esta zamba encantadora, cargada de sensibilidad como todas las suyas, pero de una belleza poco común.
Es bastante conocido el hecho de que su autor la compuso estando en la cárcel, cuando veía alejarse a su mujer tras las rejas, que era como la "luna cautiva/ que se aleja y se va"
La zamba, como ya ocurría también en las "DE ALBERDI" o "DE SIMOCA", tiene en su estribillo sus mejores momentos musicales.
Los Chalchaleros, en sus recitales del cincuentenario en el teatro Coliseo de Buenos Aires y con instrumentos modernos de orquesta, demostraron que ésta es una de las muchas zambas del cancionero popular, que no tienen fecha de caducidad...
LUNA CAUTIVA - Zamba
Letra y Música:
Chango Rodríguez
De nuevo estoy de vuelta,
después de larga ausencia;
igual que la calandria
que azota el vendaval.
Y traigo mil canciones
como leñita seca:
recuerdo de fogones
que invitan a matear.
Y divisé tu rancho
a orillas del camino;
adonde los jazmines
tejieron un altar.
Al pie del calicanto,
la luna cuando pasa
peinó mi serenata
la cresta del sauzal.
Tu amor es una estrella
con cuerdas de guitarra:
un luz que me alumbra
en mi oscuridad.
Acércate a la reja;
sos la dueña de mi alma;
sos mi luna cautiva
que me besa y se va.
Escucha que mis grillos
están enamorados;
que llora mi guitarra,
sollozo del sauzal;
el tintinear de espuelas
del río allá en el vado
y una noche serena,
prendida en mi cantar.
De nuevo estoy de vuelta;
mi tropa está en la huella:
arrieros musiqueros
me ayudan a llegar.
Tuve que hacer un alto
por un toro mañero,
allá en el calicanto,
a orillas del sauzal.
después de larga ausencia;
igual que la calandria
que azota el vendaval.
Y traigo mil canciones
como leñita seca:
recuerdo de fogones
que invitan a matear.
Y divisé tu rancho
a orillas del camino;
adonde los jazmines
tejieron un altar.
Al pie del calicanto,
la luna cuando pasa
peinó mi serenata
la cresta del sauzal.
Tu amor es una estrella
con cuerdas de guitarra:
un luz que me alumbra
en mi oscuridad.
Acércate a la reja;
sos la dueña de mi alma;
sos mi luna cautiva
que me besa y se va.
Escucha que mis grillos
están enamorados;
que llora mi guitarra,
sollozo del sauzal;
el tintinear de espuelas
del río allá en el vado
y una noche serena,
prendida en mi cantar.
De nuevo estoy de vuelta;
mi tropa está en la huella:
arrieros musiqueros
me ayudan a llegar.
Tuve que hacer un alto
por un toro mañero,
allá en el calicanto,
a orillas del sauzal.
calandria: (arg) ave de color ceniciento y canto melodioso típica del Río de la Plata
fogón: (arg) hoguera o fuego que se encendía por las noches y en torno al cual se reunía la gente
matear: tomar mate, que es una bebida que se obtiene por infusión de hojas de mate
mate: infusión de hojas de hierba preparada en una calabaza que se sorbe con una bombilla o tubo
calicanto: (americ) arbusto que se cultiva en los jardines por su olorosas flores
cresta: copa de un árbol o conjunto de ramas y hojas del mismo
sauzal: salceda o terreno poblado de sauces
sos: (arg) eres
mañero: (americ) dícese del animal receloso, esquivo y huraño y del difícil de controlar
fuente: FOLKLORE DEL NORTE.
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