Héctor Gagliardi
Hoy, se realiza la cosa,
y ya se ha formado en torno
del carro de los adornos
la rueda de las chismosas;
y una de ellas, ¡qué envidiosa!,
comenta con la de al lado,
«algún yuyo, le habrán dado
se lo juro.... doña Rosa...»
Mensajeros apurados,
que silban toda la escala,
traen cada telegrama
un regalo fracasado....
El padrino sofocado
porque no tiene resuello,
piensa alarmado, en el cuello
que le tienen preparado...
La noche, trae realidad
y calor de ceremonia.
La salida de la novia
ya reunió la vecindad
mas esa curiosidad,
por verlos a los dos juntos
se ha despertado a tal punto
que... ¡dobló la cantidad!...
Llega el auto iluminado
-como vidriera de amor-
exhibiendo en su interior
a los novios ajustados,
que se sienten aplastados
oyendo a grandes y chicos,
que comentan a los gritos
los defectos encontrados...
¡Por fin!... novios y cortejo,
pueden entrar en la casa;
y allí, como siempre pasa,
viene el llanto de los viejos;
siguen después los consejos
que nadie les da valor
y después... ¡Al comedor!...
para iniciar los festejos...
Entonces tranquilamente
comienza la gran función;
va tomando ubicación
el batallón de parientes;
-esos que solamente-
"Han venido... por cumplir"
y ya ni los hace ir
¡"La carga de los valientes”!...
Empiezan las copas rotas
y las bandejas subiendo...
parece, que van corriendo
una carrera de postas;
la mesa, resulta angosta
y en minutos ha quedado:
como un campo devastado
por la manga de langostas...
El lugar de los regalos
los vigila una parienta,
cicerone que comenta
y aumenta lo que ha llegado...
«Seis veladores mandaron
y siete juegos de té
hay, tres lámparas de pie
pero a una... ¡la abollaron!...»
Con esa, son tres frazadas
y aquello,
que esta ahí envuelto...
¡el cuadro del pato muerto
rodeado de seis manzanas!
La batería enlozada
venía sin cucharón;
pero... ya dijo el patrón:
«El lunes por la mañana!»
Todos, entran a mirar
y a controlar, si está el suyo,
que contemplan con orgullo
y lo vuelven a tocar...
para, de paso, arreglar
un poquito la tarjeta,
que al torcerse... ¡de coqueta
ninguno se va a enterar!...
La fiesta, esta en su apogeo,
los chicos corren y pasan,
pero a menudo descansan,
señal de zapatos nuevos...
y en la cama del abuelo,
tres criaturas dormidas
han quedado confundidas
entre abrigos y sombreros...
Los novios... se han escapado
porque ya, es un poco tarde,
y lloran juntas las madres
-por lo solas que han quedado-
y allá en un rincón sentado
quedó rendido el padrino,
con el cuello desprendido
que lo tiene estrangulado...
El día empieza a venir;
los últimos que se fueron
son aquellos que vinieron...
-un ratito por cumplir-
el gato, quiere salir
y al rascarse en los barrotes,
muestra restos en los bigotes,
de un merengue "chantilly".
……..............
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