LUNATICO, EL PINGO DE GARDEL
........................................................
Nota de NESTOR PINSON,
publicada en la página webb
TOGOTANGO.
Sección Crónicas // Gardel.
........................................................
Nota de NESTOR PINSON,
publicada en la página webb
TOGOTANGO.
Sección Crónicas // Gardel.
Cantores de tango fanáticos del turf, que se dieron el gusto
de poseer uno o más pura sangre de carrera, hubo varios. José Razzano fue dueño
del varias veces ganador “Montecristo”. Hugo Del Carril, en sociedad con unos
amigos del ambiente, fue poseedor de unos cuantos que habitaban el stud
“Pachanela”, del cuidador Pablo Ojeda. Agustín Magaldi también tuvo su stud:
“Simpatía”. Alberto Gómez, infatigable aficionado, tuvo entre otros al caballo
“Feérico” y así podríamos seguir enumerando a unos cuantos más.
Bing Crosby
Cabe destacar que Bing Crosby, fanático del turf, cuando
llegó a la Argentina en 1941, se relacionó con el cuidador del recordado “Penny
Post” y compró a la yegua “Blackie”, que ganó doce clásicos en Buenos Aires.
Además, adquirió otros caballos que se llevó a su país. Pero estos datos sólo
son anécdota.
Para el pueblo, durante cuatro años (1925-1929) y por varias
décadas, no hubo otro como “Lunático”, que fue un discreto exponente de su
raza, pero su patrón era nada menos que Carlos Gardel.
Contrariamente a la creencia de muchos, “Lunático” —un
alazán tostado, nacido en Buenos Aires el 25 de septiembre de 1922, hijo de
“Saint Emilión” y “Golden Moon”)—, le hizo ganar buen dinero a su propietario,
quien lo gastó generosamente apostando a otros corceles. Digo esto porque
“Lunático” costó cinco mil pesos, dos mil al contado y el resto a los
resultados, y ganó premios por $ 72.450.
Leguisamo y Gardel.
Carlos estaba en Montevideo, año 1921, y visitó el hipódromo
de Maroñas. Allí, estaba trabajando el cuidador Francisco Maschio, quien le
presentó al jockey Irineo Leguisamo. Pasaron unos años y, en 1925, se empecinó
en tener su propio caballo contra la voluntad de Maschio. Por fin, en el
Tattersal de Palermo pudo convencerlo y saltó la oferta por ese caballito de
linda estampa, nacido en el haras “Ojo de Agua”, que debía reponerse de un
golpe. Esta lesión, retornaría cada tanto en el futuro, convirtiéndolo en un
animal irregular en su rendimiento.
Según el conocedor Francisco Rosende (en notas publicadas en
el diario Tiempo Argentino durante el mes de junio de 1985) contra lo que
muchos entendidos suponen, el primer stud de “Lunático” fue el “19 de abril”.
La chaquetilla de las primeras carreras eran entonces naranja y verde a rayas
horizontales,mangas y gorra verdes. Puesto a punto, debutó el 26 de abril de
1925, tirada de 1.200 metros y la monta de “Legui”. Salió tercero, el placé fue
de $ 5,20.
El jueves 21 de mayo vuelve a presentarse para 1.500 metros,
fue el favorito y ganó por el pescuezo dando sólo $ 2,65. El jueves 11 de
junio, llegó la tercera presentación para ganadores de una o dos carreras, aquí
salió segundo a medio pescuezo. Lo extraño, fue una revancha para sólo tres
días más tarde, quería Maschio derrotar a su reciente vencedor, “Tagore”. Otra
vez “Lunático” volvió a cruzar el disco en tercera posición, a tres cuerpos. El
esfuerzo fue grande y más de diez meses estuvo fuera de las carreras.
Gardel con Lunático, en el haras Ascot (1930)
Pero el descanso fue buena terapia, porque en 1926 y sobre
once lances, salió primero en cinco y tuvo dos segundos puestos. Para el debut
de ese año, el 2 de mayo, cambió el color de chaquetilla y se mudó al stud de
Maschio, “El Yeruá”, con los colores oro viejo y gorra lila. Sobre 1.700 metros
fue tercero dando un placé de $ 5,10.
El domingo 23 de mayo, pista barrosa sobre 1.800 metros,
siempre con la conducción de Leguisamo, ganó de atropellada pagando $ 8,65 a
ganador y 4,20 a placé. El domingo 6 de junio, se debía correr livianito y
“Legui” andaba como simpre por los 60 kilos. Por primera vez cambia el
conductor, para esta tenida el elegido fue el rosarino Justino Batista. 2.800
metros y pista barrosa. Y vuelta al triunfo pagando $ 5,65 y 4,15. El domingo
20 de junio, nuevamente Irineo y fácil victoria sobre 3.000 metros. Esta vez $
4,75 a ganador y placé de 2,90. Descanso por un mes y vuelta a la pista el
domingo 18 de julio y dando once kilos de ventaja vuelve al triunfo pagando $
4,85 y $ 3,55, respectivamente. El año lo terminó el 11 de noviembre, solamente
cuatro animales y “Lunático” sale último, a seis cuerpos y medio, estaba
fatigado.
Lunático, con su peón Eugenio Magnoni
En 1927, las exigencias fueron grandes, y las consecuencias
también. Nada menos que 18 carreras disputó. No obstante, obtuvo cuatro
triunfos, dos segundos puestos y cuatro terceros, con otros conductores aparte
de Leguisamo: el rosarino,Félix T. Rodríguez, José Canal, Emilio Ruiz, Carlos
Ferragut y Pedro Costa.
La alegría grande fue su primera carrera de ese año, domingo
20 de febrero, 2.800 metros, sólo cinco participantes, “Lunático” uno de los
menos jugados. Cuentan que Leguisamo estuvo inspirado y ganó por 3/4 de cuerpo
y dando su mejor tiempo para la distancia. El sport: $ 31,70 a ganador y $ 10,
65 a placé. ¡Qué tal! El domingo 25 de diciembre, llegó el último triunfo del
caballo de Gardel. Fue sobre 2.800 metros, con la monta del “Pulpo”, sólo
cuatro anotados, pagó $ 6,95.
En 1928, tuvo una sóla presentación y no pudo con el
ganador, su único rival. Con casi un año sin correr, lo llevaron a Maroñas,
Uruguay, quizá para pasar inadvertido al público palermitano. Finalmente,
decidieron que la despedida fuera en el Hipódromo Argentino de Palermo. Fue 9
de mayo de 1929, con Leguisamo, 2.200 metros y llegó tercero.
Partitura de un tango, nunca grabado, en homenaje a Lunático
Su performance total fueron 36 carreras, sólo una fuera de
Palermo. Ganó 10. Fue segundo en 6. Tercero en 8. Cuarto en 6. Quinto en 1. Y
no figuró en 5.
Pasó a reproductor, pero ninguno de sus dos hijos fue
destacado: “Reviro” y la yegüa “Mala entraña”.
Hubo una extraña simbiosis entre Gardel, su hinchada y el
heroico caballito. Seguramente si Carlos no lo hubiera comprado su trayectoria
habría sido más breve y, posiblemente, poco recordada. Se me ocurre que el
caballo sabía de la calidad de su dueño y no lo quería desfraudar, porque dio
todo, pese a no haber nacido con sangre de crack. También fantaseo que el halo
de Gardel lo ayudó.
El cantor tuvo otros ejemplares que no rindieron: “La
pastora”, “Amargura”, “Cancionero”, “Theresa”, “Explotó”, “Mocoroa” y
“Guitarrista”, pero el único que pareció importarle fue “Lunático”.
En 1935, una película esperaba a Carlos Gardel en Buenos
Aires, que lamentablemente, no pudo concretar con su participación. Fue
reemplazado por Juan Carlos Thorry y, posiblemente, retocaron su argumento
original. Y, como el dinero manda, para aprovechar la “publicidad” de su
trágica muerte, se filmó rápido, estrenándose a sólo cuarenta días del
accidente de Medellín. Película olvidable, que sólo vale la pena nombrar porque
en su título está el reconocimiento al protagonista de esta historia: “El
caballo del pueblo”, claro: “Lunático”.
Fuente: TODOTANGO.
……………………….........
No hay comentarios:
Publicar un comentario