por Rolando Moro
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El tango nos habla de amores, lejanos y
cercanos, posibles e imposibles, de tragedias y encuentros.
Uno de ellos, quizás el preferido por
todos, fue el protagonizado por José María Contursi y Gricel Viganó.
Le debemos
a ese amor muchas de las letras
dedicadas por el poeta y que constituyen nuestro patrimonio musical, cada día
más valoradas por la grey tanguera.
Mucho se ha escrito al respecto, poetas,
escritores y letristas hicieron hincapié en aquella saga romántica perdurable en el tiempo.
Pero toda historia
tiene “otra” cara, veces grata, otras no tanto.
En nuestro particular caso se
trata de cosas halagüeñas que contaremos, al solo fin de completar una historia
querida por todos.
Por tratarse de una historia muy conocida
por todos, no agregaré demasiados datos biográficos, solo vivencias de los
protagonistas.
Gricel se casó (solo por civil) con Jorge
Camba en 1949, viajante de comercio que cubría el noreste del país, hombre
gustoso de reuniones con amigos, noche de rondas, tanguero visceral y muy buen
contador de cuentos en noches largas de truco, vinos y asado.
Al poco tiempo de casados nació Susana-única
hija de Gricel y Jorge-, era menor cuando su padre en uno de los tantos viajes
al Chaco, conoció a VILMA, mujer entusiasta en reuniones, divertida,
cantante, bailarina -contracara de
Gricel- Vilma tenía un hijo, de edad
similar a Susana.
Ese niño se llama NELSON, nacido en Resistencia de una relación anterior de Vilma.
Llega la separación de los padres de
Susana, que guardarían una relación sin tropiezos en el tiempo, Susana sería el
lazo permanente de unión afectuosa y cordial en esa familia, a la cual el
tiempo traería nuevamente a Katunga.
En Capilla del Monte la propiedad
original de Gricel poseía dos casas, una al frente y otra detrás, esta
última -luego de Susana- sería punto de encuentro de toda la familia en
vacaciones, luego que Jorge y Vilma viniesen a vivir a Resistencia.
Entre Nelson (Colorado) y Susana se
estableció una hermosa relación durante
mucho tiempo.
Katunga- muy afecto con los jóvenes-solía
llevar en su auto a Nelson hasta el casino de una cercana localidad, donde concurría frecuentemente
Antes de ingresar al salón y posteriormente que el
chofer estacionara el automóvil, se dirigía al “Colorado”-ya adolescente-para
darle un atado de cigarrillos y dinero,
siempre con las mismas palabras…”A un hombre nunca le debe faltar un
cigarrillo y dinero para invitar a una dama”
Al final de su vida-último viaje de
Nelson a verlo-Katunga no quiso que lo viera en ese estado, muy deteriorado por sus males, solo admitió que el novio de Susana (luego
esposo), ingresase a su pieza, en cuyos brazos falleció.
J.M. Contursi tuvo un hijo varón que
murió muy joven, ello posiblemente influyó al acercamiento
que mantenía con los jóvenes.
Pasaron los años, Gricel se trasladó a
vivir a Aguas Verdes -área cercana a Córdoba capital- también allí había dos
casas donde moraban Susana, y Gricel y la
madre de ésta. Los contactos se mantuvieron un tiempo más. Luego de casarse
Susana e ir a vivir a Viedma, los contactos entre los jóvenes cesaron.
El “Colorado”, se estableció en Resistencia en una casa que
había sido de su madre y su padre. Criado entre las barras de amigos
cazadores, pescadores y habitantes sempiternos de noches entre café y whisky.
Amigo visceral de todos, incondicional en cualquier programa. Lunes comidas
entre grupo de monteros, martes de rugby,
jueves tangueros en mi casa, sábados y domingos en el “viejo café”.
Treinta años de acompañamiento en
instituciones de distinto tipo, tuve siempre el secretario, vocal o revisor de
cuentas, nunca me tuve que preocupar por ello, Nelson siempre está con una sola
condición…¡No me hagas hablar en público!
Noches interminables de campo y estrellas, tanguero que no hace preguntas que
no corresponden entre varones, pero en tren de compartir invariablemente surgen
los temas.
-Dime colorado…..¿que es la vida de
Susana?-
-Mira Rolo, desde que fue a vivir al
Sur no tengo contactos con ella, tampoco sé su teléfono-
-Vamos a conseguirlo pues hace poco un
conocido de Córdoba que integra un foro en el cual también participo, anduvo
con una partitura inédita de Katunga y mantuvo contactos con ella y las hijas
del poeta.
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-Mate tempranero…¡Aquí está el número, llámala
ya!
-Hola Susana, soy Nelson…..¿Como andas?
¡Besoosoooooooooos enormes!
Tarea de tanguero amigo, hacer puentes de
contactos, de afectos, de encuentros.
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-Rolo hermano te agradezco y tengo algo
para vos, se que lo apreciarás y en tus manos estará bien. De aquellos años
conservé un sombrero y el bastón de Contursi. El sombrero se deterioró pues lo
llevé siempre en mis salidas al campo, el bastón lo tengo guardado.
Gricel me
dio una llave tipo Ford que ella usó en todos sus años de estación de servicio.
Con ella, que siempre llevaba en el
bolsillo trasero de su overol o jardinero,
cambiaba los aceites de los autos o colectivos que realizaban paradas en
la Texaco
-Gracias Colorado, los tangueros somos muy
sensibles con las cosas que tocan a nuestra historia, a nuestras
vivencias…..¡No imaginas como lo aprecio!
-¿Cómo está Vilma?, hace tiempo que no le
festejamos su cumpleaños.
-Cumplió 80, sigue en Reconquista y tiene
un programa de radio, activa como siempre.
-Colocaré esta llave histórica en una
panoplia en el salón de tango, para que
todos los que vienen a casa puedan tocar algo que tanto acompaño a Gricel y
luego en el auto de Katunga.
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ANECDOTAS DE PAGO CHICO: Tango Gricel
Tema compartido en grupos de tango, como muchos otros más, en charlas dadas en reuniones tangueras de los días jueves, durante años, donde se comparte y se difunden nuestros tangos y nuestra cultura.
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Muchas gracias Rolando...!!!!
por permitirme publicar, por mandarme el escrito y las fotitos de apoyo. Un verdadero lujo.
Un beso grande...!!!
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