nacía el bandoneonista JOSE DAMES.
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Biografía de GASPAR ASTARITA, publicada en la pagina webb TODOTANGO
Extraído del libro: "Estos fueyes también tienen su
historia", de Gaspar Astarita, Ediciones La Campana, Buenos Aires, 1987.
28 de octubre de 1907 - 7 de agosto de 1994
Pureza y riqueza melódica, frases de personalísima inventiva
y perfecto desarrollo, clara inspiración e inalterable e inconfundible jerarquía
musical respira toda la frondosa obra de composición de José Dames. Desde que
comenzó su labor en nuestra música popular a mediados de la década del '30 y
hasta el presente, su imaginación ha producido más de 350 piezas.
Pero si hubiera escrito únicamente estas tres, "Fuimos",
"Nada" y "Tú", toda la adjetivación prodigada en este párrafo
quedaría ampliamente justificada. En esos tres tangos -verdaderos e
imperecederos aciertos de creación-, está el ejemplo de toda una manera de
acoger, sentir y tratar un tema musical a través del mandato de la inspiración,
y expresarlo luego enriquecido con el contenido emocional de quien dispone de
esa especial sensibilidad que es aptitud y actitud de los verdaderos creadores.
Pertenece José Dames -si bien inició su labor profesional
como músico mucho antes-, a la famosa "generación del '40". Porque su
bandoneón y su inspiración comenzaron a registrar sucesos perdurables a partir
de 1941 y porque su trabajo creativo, que se circunscribió en su mayoría a la
especialidad del tango para cantar, estuvo estrechamente asociada a los grandes
letristas de esa época: Homero Manzi, José María Contursi, Enrique Cadícamo, Cátulo
Castillo, entre otros.
Él fue un acertado socio para la concertación de música y
palabras. El refinado desborde de lenguaje y metáforas de Manzi en "Fuimos",
el encuentro esperanzado de José María Contursi en "Tú" o la tristeza
de Horacio Sanguinetti en "Nada", hallaron en Dames las correctas
frases musicales que necesitaban.
Nació José Dames en la ciudad de Rosario (provincia de Santa
Fe, a 300 km al
norte de Buenos Aires). Desde muy niño sintió la atracción de la música, no
obstante pertenecer a un hogar humilde, sus padres le costearon estudios
musicales, aprendió el violín.
A lo 18 años se traslada con su familia a San Fernando (provincia
de Buenos Aires, distante 20 km
da la capital). Comenzó a estudiar el fueye con el maestro Gómez,
posteriormente se perfeccionó con Carlos Marcucci, e inició su actuación
profesional en tríos y cuartetos.
En esos primeros años de su carrera, integró la fila de
fueyes de la orquesta de Julián Divasto y también participó en el conjunto del
bandoneonista Carlos Tirigall.
Hacia 1934 forma el rubro de "las dos D": Dodero-Dames,
con el pianista Rolando Dodero actuando numerosas temporadas en Radio Excelsior
y luego en La Voz del Aire. Más adelante se puso al frente de su propio
conjunto, "José Dames y sus paisanos", el cual se disolvió para
reagruparse años más adelante, accediendo en esa última etapa al registro
discográfico en el sello Philips.
Pero nunca dedicó sus mejores afanes a la ejecución ni tuvo
condiciones como para erigirse en director, pues le faltó la obligada disposición
empresarial. Su vocación apuntó siempre hacia la composición.
A partir de 1940, comenzó Dames una prolongada y permanente
carrera de ejecutante integrando los conjuntos de Anselmo Aieta, Juan Canaro,
Ricardo Pedevilla, Emilio Orlando, Rodolfo Biagi, Atilio Bruni y Francisco
Rotundo, y participó en los acompañamientos orquestales de los cantantes
Roberto Rufino, Roberto Flores, Andrés Falgás, Héctor Palacios y Alba Solís. Paralelamente
a todas estas actuaciones formó siempre algún trío, flanqueado su bandoneón por
dos guitarras. El último fue el que actuó en Radio El Mundo en 1957, secundado
por los guitarristas Vicente Spina y José Sabino.
Y su trayectoria como instrumentista profesional culminó en 1982,
en La Farola, un reducto tanguero de Buenos Aires del cantor uruguayo Mario
Ponce de León.
«Nunca me senté, con el bandoneón en las rodillas, a
escribir un tango. El proceso de creación ha tenido para mí otras características.
Las melodías me llegaban en la calle, en el tranvía, en cualquier parte. Siempre
tuve la precaución de anotarme el tema que me surgía así, espontáneamente. Después
sí, lo desarrollaba musicalmente», comenta José Dames.
Aunque en sus comienzos produjo tangos que denunciaban ya al
músico con vocación y disposición creativa, la expresión mayúscula de su
producción se gestaría a partir de 1940, cuando los letristas importantes del
tango descubren su especial facultad melódica.
De su asociación autoral con Horacio Sanguinetti salió desde
el comienzo de la década una serie exitosa: "Los despojos", "Tristeza
marina", "Por unos ojos negros", "Milagroso" y "Nada",
el tango que alcanzó las casi 300 grabaciones de intérpretes diferentes.
Con José María Contursi dieron a conocer "Tú" (que
estrenó y grabó la orquesta de Aníbal Troilo en impecable versión con Edmundo
Rivero), "Fulgor", "Brindemos en silencio", "Mientras
vuelve el amor" y, siempre en esos años del '40, en plena agitación
tanguera, aparece "Fuimos", tango que a nuestro juicio es su más
acabada composición, o en todo caso la que mejor define su estilo, con versos
de Homero Manzi.
De ese mismo tiempo son "No me importa su amor" con
letra de Enrique Cadícamo, "Sin ti" con Abel Aznar, "Tan lejos"
con Marvil, "Horizonte azul" con Héctor Marcó y un tango, bellísimo
tango, con versos de Cátulo Castillo titulado "Detrás del turbio cristal",
que inexplicablemente no trascendió (o que no encontró el intérprete y la
grabación que merecían). Luego siguieron, en años posteriores, una serie de
composiciones con el poeta Julio Camilloni: "No era el amor", "Otra
vez arlequín", "Canción del ángel", "La vida que te di",
con Juan B. Tiggi "La luna cae en San Telmo" y con Mario Ponce de León
"Simplemente Laura".
Entre sus piezas instrumentales: "El buscapié" (grabado
por Osvaldo Pugliese), "Muy picante" (registrado por Mario Demarco), "De
muy adentro" (en colaboración con Héctor María Artola y grabado por Aníbal
Troilo), "A bailarlo", "Alma y violín", "El cometa"
y su serie de milongas: "La coqueta", "Sencilla y briosa", "La
luciérnaga", "La juguetona", "Chispeando", "Vayan
abriendo cancha" y "Repiqueteo de taquitos" (esta última en
colaboración con Ernesto Baffa).
También escribió un vals de estilo europeo, "Canción de
primavera", y una pequeña obra de música sacra que dedicó a la iglesia de
su barrio: Nuestra Señora de Pompeya.
Este sintético apunte de su prolongada trayectoria como
instrumentista y compositor me la relató José Dames una tranquila mañana del
verano de 1983 en su casa del barrio de Pompeya.
Extraído del libro: "Estos fueyes también tienen su
historia", de Gaspar Astarita, Ediciones La Campana, Buenos Aires, 1987.
Fuente: TODOTANGO.
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