LOS ESCRITOS DE ROLANDO
donde iré publicando vivencias muy hermosas, que el querido amigo ROLANDO MORO, comparte en la página webb TODOTANGO, en la MESA DEL CAFE, con todos quienes allí escribimos.
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LOS ESCRITOS DE ROLANDO.
LA CALANDRIA.
LA CALANDRIA.
Rolando Moro
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Publicado en la página TODOTANGO
LA MESA DEL CAFE - FOLKLORE - 10/08/2012
MAXIMAS, MINIMAS Y OTRAS...
Estimado OSCAR.
Cuando días pasados referías al pájaro lustroso que encontró
solaz en tu patio y te observaba como quien desea transmitirte algo. Sentí el
impulso de compartir contigo una vivencia de meses atrás, pero llegaba a una
intersección de rutas y el semáforo de fueros profundos, no me habilitaba la
luz verde necesaria para seguir.
Hoy amaneció esplendente en el Chaco Austral y siendo
la-9,30hs-te contaré aquellas vivencias, conciente de la importancia que
brindas a estas cosas.
Se abrían paso los ochenta con aires de construcción,
trabajo en paz. Todo por hacer y el viento traía aromas de campos verdes, las
flores volvían a abrirse al límpido sol de la democracia….Era necesario
encontrar palas y picos para el desafío de edificar lo nuevo.
Búsqueda de pueblo en pueblo, paraje por paraje, polvo y
barro, en derroteros de esperanza y todo por hacer.
Fue una tarde en las que las alas se cerraron en Puerto
Tirol, donde nutrido grupo de entusiastas pugnaban ofreciendo brazos y picos a
la gesta.
Al capataz de dichos “obreros” llamaremos “El Negro”.
Geólogo brillante venido del Tucumán, sombrero y alpargatas, mirada profunda de porte altivo, originario.
La corriente de simpatía y respeto fue instantánea, mutua, la veleta se clavó en rumbo de lo permanente.
Pasarían años de compartir, enseñar y aprender, aportes mutuos, satisfacción, respeto y admiración por el semejante.
Familias, cacerías, ideas, noches largas en montes aislados, tratando de ser más bichos que los bichos a los que tratábamos de ganar, para compartir en ollas de amistad con el grupo de obreros de la construcción social.
Doña Lola- matriarca del Tukma-venía a deleitarnos de tanto en tanto con sus inigualables tamales. Madre originaria intensa, como suelen tener los niñitos campesinos del noroeste, cada una de ellas se convierte en Pachamama de humildes hogares.
Geólogo brillante venido del Tucumán, sombrero y alpargatas, mirada profunda de porte altivo, originario.
La corriente de simpatía y respeto fue instantánea, mutua, la veleta se clavó en rumbo de lo permanente.
Pasarían años de compartir, enseñar y aprender, aportes mutuos, satisfacción, respeto y admiración por el semejante.
Familias, cacerías, ideas, noches largas en montes aislados, tratando de ser más bichos que los bichos a los que tratábamos de ganar, para compartir en ollas de amistad con el grupo de obreros de la construcción social.
Doña Lola- matriarca del Tukma-venía a deleitarnos de tanto en tanto con sus inigualables tamales. Madre originaria intensa, como suelen tener los niñitos campesinos del noroeste, cada una de ellas se convierte en Pachamama de humildes hogares.
Los años fueron deshojando almanaques, rumbos que fija la
vida en cada uno de nosotros.
El negro a buscar agua “sana” (sin arsénico) en antípodas provinciales, 500 Km. a Taco Pozo, donde las huertas alejarían el escorbuto del desierto.
El negro a buscar agua “sana” (sin arsénico) en antípodas provinciales, 500 Km. a Taco Pozo, donde las huertas alejarían el escorbuto del desierto.
Poesías, libros, teatro, unipersonales escritos y actuados por él, fueron marcando su novel destino de lápiz y reflexión.
Vuelta a los ruidos ciudadanos, embriaguez de bocinas y
sirenas, nueva compañera de ruta que halló entre libros y actuación, lo llevaron
a sentir que su destino estaba en el silencio, en volver a ser dueño de sus
pensamientos y tiempo….En la lejanía reflexiva.
Casita en Capilla del Monte, allende los cerros, como aquel
Tucumán de la niñez.
Nuevas obras, libros y poesías, tres Films representando a
lo profundo del sentir popular.
Hasta que los galenos diagnosticaron cáncer en su fiel compañera, destino fatal debido a la intensidad del mal.
Hasta que los galenos diagnosticaron cáncer en su fiel compañera, destino fatal debido a la intensidad del mal.
Patio grande en Capilla del Monte, frutales y cerros, mate y
alpiste a los sempiternos compañeros de mañanas y atardeceres.
Fue hace 5 meses en que me relató sus vivencias.
“El último día me pidió que la lleve hasta el comedor de la
casa, allí miró todo detenidamente, a su hijo y a mí, se despidió en paz y
cerró sus ojos para siempre.
Amaba el mar, tan lejano, tan querido, por ello llevé sus cenizas a Mar del Plata y las volqué entre sus olas, pues era eso lo que deseaba.
Los días fueron arrastrando sus horas, la soledad me
torturaba hasta las últimas fibras, desesperación y llanto permanente, mate y
pájaros, cama fría y platos amontonados, las arrugas marcaban el abandono y la
desesperanza.
Fue una mañana en que el dolor me llevó a invocar…..¡¡Mari
no puedo más vivir, ayúdame, dame un rumbo, soy un hombre solo y paso
llorando!!
De tarde, como todos los días, con el mate y el alpiste me
senté a ver los pájaros, de pronto entre todos, bajó una Calandria que nunca
había venido, RECORRIÓ EL PATIO, PARA LUEGO, MIRARME UN LARGO RATO, LEVANTAR
VUELO Y PERDERSE EN EL HORIZONTE.
-Concluyó mi amigo…."Sabes Rolando, esa fue su despedida para
que yo pueda iniciar una nueva vida"-
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