BERNARDINO TERÉS.
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Reportaje a
Bernardino Terés de MARTIN LEMOS
publicado en la página webb TODOTANGO.
Entrevista realizada por el autor en Buenos Aires, 1968.
Entrevista realizada por el autor en Buenos Aires, 1968.
MUSICO, PIANISTA, COMPOSITOR
DIRECTOR MUSICAL DE TEATRO,
Nombre completo: Bernardino Terés Díaz
Nació en Funes, en Navarra, España. Llegó al país en el año 1909, con su condición de músico profesional.
En su niñez había
comenzado a estudiar con el organista del convento de su pueblo, poco faltó
para que sus padres lo metieran a prepararse para cura. Pero un día apareció en
Méjico como organista de una iglesia, en cuyos oficios religiosos intervenían
músicos de la orquesta del Teatro Principal. Se lo llevaron con ellos y a los
18 años por enfermedad del director le propusieron reemplazarlo, sus
conocimientos superaban al de sus compañeros de mayor edad. Luego tuvo la
oportunidad de recorrer muchas ciudades de Méjico, fue a Cuba y, finalmente,
llegó a Buenos Aires con más años y sobrada experiencia.
«He cumplido 59
años de porteño y voy para 87 de edad. Vivo en esta casa de mi propiedad
-aunque le queda ligero el acento español-, lejos del mundanal bullicio y estoy
solo la mayor parte del día, desde que murió mi esposa. Mi hija Juanita sale
temprano a su empleo, es bibliotecaria en SADAIC, a veces repaso la cantidad de
programas de teatro que conservo, fotos, estampillas, sólo eso».
Tocame la
Carolina
Rápidamente,
encontró trabajo pues nos muestra una página pegada sobre un cartón de la
revista P.B.T., del 20 de noviembre de 1909. «Aquí están -nos dice- las efigies
de las primeras figuras del primer elenco español que dirigí en el Teatro
Avenida, recién llegado al país. Este soy yo, con mis enhiestos 27 años y mis
grandes bigotes. De todos ellos sólo sobrevive una chica, Gabina de la Muela y
yo. En esa época, gustaba a rabiar el teatro lírico español con los dos
primeros éxitos del género chico: "La gran vía" y "La verbena de
La Paloma". Pero, precisamente, el exceso de compañías españolas que lo
cultivaban en la zarzuela y en la opereta, nos obligaron a irnos con la música
a otra parte.
«En 1911 me
encontré en Chile, luego en Lima, en Colombia y otras ciudades, dirigiendo
orquestas solo o compartiéndolas con directores locales. En el trece, estaba de
vuelta y en el Teatro Apolo dirigí con mi amigo Francisco Lozano, una compañía
mixta, es decir argentinos y españoles, ya estará usted adivinando que me iba
acercando al teatro criollo. Ocurre que los actores españoles se van adaptando
a las costumbres y modismos argentinos, a tal punto, de interpretar a un
comisario de provincia o a un sargento mazorquero. Recuerdo hacerlos a Benito
Cibrián y a Abelardo Lastra, actor que murió en el escenario durante una
representación».
Su música también
tendió a lo criollo, a lo porteño, pues, como director y compositor, dio un
gran paso en su carrera promoviendo la "revista criolla", cuando creó
un conjunto de bataclanas a las que denomina "Las vírgenes de Terés",
casi todas ellas coristas nacidas en nuestro país. Notas periodísticas adversas
comentaban que el plantel lo integraban muchachas provenientes del servicio
doméstico con aspiraciones de vedettes y que estaban más capacitadas para
aquello. Respondió publicando en los diarios más importantes, anuncios de
convocatoria a todas aquellas que se considerasen jóvenes y bonitas, para
integrar un coro revisteril.
Ya también como
productor representó obras de autores argentinos como Carlos Goicochea, Carlos
Mauricio Pacheco, Antonio De Bassi, entre otros.
«Yo me mantuve
fiel a mi creación del coro, que llegó a poner cuarenta señoritas en escena.
Esporádicamente desertaba para ocuparme de otros géneros, como ocurrió en 1922,
cuando dirigí en el Teatro Porteño a un niño actor muy precoz, Narcisín,
Narciso Ibáñez Menta. Desde 1926, cuando Alippi se separa de Muiño y organiza
una compañía que se presenta en Montevideo, salvo en un par de casos, ya me
dediqué íntegramente a la revista porteña. Compuse para Sofía Bozán, Alberto
Anchart, estuve con Ivo Pelay, con Carlos A. Petit, escribí para y acompañé a
la Maizani, a Ada Falcón, a María Esther Gamas, a Manolita Poli.
«Tengo
registradas unas 200 obras. Para los españoles la "tonadilla" era más
que el cuplé. Era una composición musical breve, con letra dramática o risueña,
que estuvo muy en boga en el Buenos Aires de la década del veinte. La primera
que escribí se titulaba "No te fíes de los hombres", del año trece.
Muchas cantaron mis "cositas", Raquel Meller, Linda Thelma y, por
supuesto, quien fuera luego una gran actriz, Lola Membrives, que era argentina
y a quien acompañé en grabaciones para el sello Nacional, incluso en varios
tangos.
«Fui porteño en
la Corrientes angosta y español cuando andaba por la Avenida de Mayo».
fuente: TODOTANGO.
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