La faz desconocida
del Gaucho Relámpago.
Por Daniel Beller
Carlos Domingo Nasca, "El Gaucho Relémpago", fue un
pionero del disco criollo. Sus placas, de marca "ERA", son verdaderos
documentos, en su mayoría únicos, de la faz formativa del tango. Artistas como
Francisco Canaro, Roberto Firpo, Juan Maglio y Jose Betinotti han registrado
sus creaciones en aquellos discos, grabados en el sistema acústico, que hoy
desvelan a todo coleccionista serio del tango y la música criolla.
Lamentablemente, casi no existe documentación sobre la vida de este entrañable
precursor de la industria fonográfica criolla. Han sido los coleccionistas
quienes con amor y dedicación, han aportado datos y viejas grabaciones, que hoy
nos dejan conocer a Don Carlos Domingo Nasca, quien tanto aporto a nuestra
cultura. Hoy, 90 años después, poner en una bandeja de 78 RPM un disco ERA, es
como abrir un cofre que contiene un tesoro: vuelven a vivir los gloriosos
compases de la Guardia Vieja, cuando la Rondalla del Gaucho Relámpago tocaba
"El Caburé" o "Una noche de garufa".
Carlos D. Nasca
En este sitio podrán encontrar dos artículos excelentes:
"Carlos D. Nasca, El Gaucho Relámpago", de Bruno Cespi, una crónica
detallada de la vida de nuestro querido personaje, y "Alemania: la guerra,
el disco... el tango", por Héctor Lorenzo Lucci. También editado por el
maestro Lucci, el libro "El tango en la sociedad porteña -
1880-1920", escrito por Hugo Lamas y Enrique Binda, el cual detalla parte
de los títulos editados por la marca ERA. Por último, Francisco Canaro, en su
libro "Mis bodas de oro con el tango", cuenta de su encuentro con
Nasca, para grabar en discos ERA. He aquí un articulo y unas fotos que nos
ayudarán a conocer aún más a este querido personaje, cuya visión ha trascendido
el pasar de los años.
Un Gaucho Radiómano
El Gaucho Relámpago... ¿Quién no lo conoce? ¿Quién, al verlo
pasear por las calles de nuestra ciudad no se sonríe, como cosquilleado por su
elegante vestimenta, tan emocionante para nosotros y tan querida al mismo
tiempo?
Porque el Gaucho Ralámpago es el vivo retrato de nuestras
muchas veces bisabuelos. Su gran bombacha, elegante blusa y lujoso chaleco
prendido con monedas de plata, su tradicional pañuelo al cuello, su cinturón
más ancho y adornado que el de un campeón de box, su sombrero claro de grande
ala, bien calado sobre la ancha frente... Agréguese a esto su paso pesado con
el ritmo como péndulo de reloj balanceándose de izquierda a derecha, su hablar
a gritos, tan franco y grave, tan simpático y agradable completa nuestra
convicción de encontrarmos con un gaucho verdadero.
Un Gaucho radiómano
Sabemos que con esta croniquita no presentamos al Gaucho,
pero una circunstancia especial nos puso al habla con él y creemos que nunca
esta demás recordar a los viejos radiómanos aficionados en nuestras páginas.
Si, radiómano, El Gaucho Relámpago es radiómano y muy viejo
por cierto. En el año 23, allá por los comiezos de la radio en nuestro país, se
dedicó de lleno a ella aunque no en su faz experimentadora. Con un transmisor
pequeño alimentado por un motogenerador, uno de los primeros aplicado a estos
aparatos, empezó a transmitir. Nunca se preocupo de cubrir largas distancias:
se conformaba hablando con los pocos aficionados, que igual a él, gustaban
entretenerse un rato. Más tarde cuando muchos de sus amigos y los que no lo son
adoptaron el motogenerador, él con ese espíritu de contradicción que lo
caracteriza adopto los vasos electrolíticos. Hoy usa un transmisor Hartley y
receptor Perry o "Perro" como el lo llama.
-«Dios guarde a ustedes», fueron las primeras palabras que
oímos del Gaucho y sin pedir permiso, seguro de que todos lo acogeríamos con
agrado, pasa a la redacción en busca del jefe. Nos da la mano. Con su franqueza
gaucha aprieta con fuerza, como queriendo trasuntar toda la nobleza de un alma
sencilla.
«Vengo a pedirles que tengan el bien de corregir algunos
domicilios de aficionados que deben aparecer en "Guía Radio". Mis
amigos me lo piden.»
Luego prosigue: «Tenía ganas de conocer a los
"patrones" de la Revista más vieja y más leída, de la tan mentada
Revista Telegráfica, más popular cuanto más la "cuerean" por radio,
esos pocos doloridos a quienes ustedes critican con toda razón.»
Cuando le requerimos apuntes para esta nota se sonríe y
manifiesta la satisfacción que la causa: «Mi estación AK1 era más conocida por
la del "Gaucho Relámpago"», nos dice, «y gozo ahora en pensar lo que
dirán mis amigos cuando me vean "fotografiao" junto con mi potriyo,
nada menos que en esta Revista.»
- ¿Quiere mucho a sus aparatos? Le preguntamos, con el deseo
de provocar su charla amena.
-«Sí... mucho», nos contesta. «Pero perdonenme si les
confieso que... que más quiero a mi potriyo. Primero el, después... la radio.
Si mi caballo supiera hablar, o relinchara cuando yo se lo pidiera, muchas
veces mis estimados amigos radiómanos hubieran escuchado sus quejas, sus celos
por la radio que le resta algo de mi cariño, pero también sus relinchos de
felicitación, por su suerte de tener por dueño... al Gaucho Relámpago... a
Carlos Nasca por buen nombre.»
-...
-«Pero amigo, ¡preguntarme eso a mí!. Por puro chiste muchas
veces en la calle muchas veces me llaman "gringo" o
"gallego", pero usted que me tiene cerquita y me siente hablar... no
tiene duda de que soy "Chivilcochino"...
-...
-«57 años. Nací en el año 1872.»
Luego satisfecha su misión nos tiende la mano como despedida
y con un grito de «buenas tardes», nos despidió.
En la calle lo espera su potrillo, hermosa estampa del
caballo criollo, ricamente "chapeao", tiesas las orejas y la mirada
fija en las escaleras por las cuales bajaba su dueño.
(Publicado en la "Revista Telegráfica", Diciembre
de 1929).
fuente: TODOTANGO.
..................................
..................................
No hay comentarios:
Publicar un comentario