JOSE MARIA RIZZUTI.
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Semblanza de HORACIO LORIENTE
publicada en la página webb TODOTANGO
Extractado de: Loriente, Horacio: "Ochenta notas de
Tango.
Perfiles Biográficos", Ediciones de La Plaza, Montevideo 1998.
Auspiciado por la Academia de Tango del Uruguay.
Auspiciado por la Academia de Tango del Uruguay.
6 de agosto de 1897 – 16 de enero de 1953
Se incluye en la brillante promoción de los grandes
pianistas de la década del 20. Como Francisco De Caro, Juan Carlos Cobián,
Enrique Delfino, Vicente Gorrese, Carlos Vicente Geroni Flores, Luis Riccardi y
Eduardo Pereyra, entre otros.
Había nacido en 1898, en el barrio San Cristóbal de Buenos
Aires. Su padre era un prestigioso músico, director de la Banda Policial e
influyó para que siendo niño estudiara piano y solfeo. Así nace su vocación por
los tangos. A escondidas ensaya “El apache argentino”, primer tango que tocó.
Tuvo en su barrio tres amigos con los que inició una amistosa competencia en el
afán de superarse: Victorio Pierre, Fidel Del Negro y Humberto Canaro.
En 1917, siendo ya bachiller, convence a su padre para que
le permita iniciarse como pianista de orquestas, prometiendo a cambio seguir
una carrera universitaria y estudios serios de música.
Se produce su debut en el Bar Los Leones, ubicado en la
avenida Montes de Oca y Australia, en el barrio de Barracas en el conjunto que
dirigía desde el bandoneón Juan Bautista Guido. Los violinistas eran Agesilao
Ferrazzano y Alberto Kernusky y el flautista José Galarza. Sin dejar dicho
barrio, Rizzuti reemplaza a Ángel Pastore en el café T.V.C. en la pequeña
orquesta de Ricardo Luis Brignolo.
Los violinistas eran Federico Lafémina y Bernardo Germino a
quien reemplazaba a veces Julio De Caro. Nació allí una amistad de por vida
entre Rizzuti y el autor de “Buen amigo”.
Retorna con Guido para debutar en el Cabaret Tabarís, de la
calle Suipacha, hasta que al alejarse Roberto Goyheneche de la orquesta de
Eduardo Arolas, a sugerencia de Julio De Caro, Rizzuti pasa a integrar el
famoso conjunto, al que en 1919 ubicamos en Montevideo para actuar en el parque
Hotel.
Al volver a la Argentina, Arolas emprende con su orquesta
una extensa gira por la provincia de Buenos Aires. Al llegar a Tres Arroyos,
ante una grave diferencia con su director Rizzuti y De Caro regresan
inmediatamente a Buenos Aires.
Un encuentro con Pedro Maffia —alejado circunstancialmente
de Roberto Firpo— le dio a De Caro y Rizzuti la idea de actuar juntos,
agregándose el segundo violín José Rosito. El cuarteto debuta, con mucho éxito
en el Café El Parque de Plaza Lavalle, donde una noche llega allí Osvaldo
Fresedo. Tenía excelentes referencias sobre Rizzuti y quería escucharlo. Lo
invitó enseguida a formar parte de lo que sería la primera orquesta con su
nombre. El pianista asintió pero solamente a condición de que también fuera con
ellos Julio De Caro, lo que fue aceptado.
El debut de la orquesta se produjo en el Casino Pigall, el l
de julio de 1919. Fresedo (bandoneón); Rizzuti (piano); De Caro y Juan Koller
(violines) y Hugo Baralis (contrabajo).
Se produce el viaje de Fresedo a Estados Unidos. La orquesta
sigue bajo el mismo rubro y Pedro Polito toma la dirección de la misma. Si bien
esto no fue de su agrado, resolvieron continuar hasta que se produjera el
retorno del autor de “Sollozos”. Cuando este volvió decidió no continuar en el
Casino Pigall y Rizzuti, De Caro y Baralis se fueron de su lado.
Por algún tiempo estuvo inactivo hasta que fue requerido por
Luis Petrucelli para volver al Casino Pigall. Ya había escrito su primer tango:
“Carpincho”, llevado al disco por Roberto Firpo.
En la orquesta de Petrucelli, tuvo por compañeros a Maffia,
Bernardo Germino, José Rosito y Humberto Constanzo. Allí estrenó su hermoso
tango “Cenizas”.
Vuelve con Fresedo para reemplazar provisoriamente a Cobián,
realizando los bailes de fin de año de 1922. En el verano de 1923, Cobián se va
definitivamente y Rizzuti se instala en la formación hasta 1928. Es la época de
su bella página: “El cisne”. Salvo alguna excepción está presente en todos los
discos Victor que Fresedo graba entre 1922 y 1925 y en los Nacional-Odeon,
1925/29.
En 1926, alcanza a grabar dos discos, hoy inhallables, como
solista de piano, conteniendo los tangos “Meditación”, “No llores más”, de
Alejandro Gutiérrez del Barrio y “Olvide amigo”, de su propia autoría; lo mismo
que el vals “Tentación”. El 2 de octubre de 1928 imprime “Como un sueño”, que
ha quedado inédito.
En octubre de 1928, la orquesta de Fresedo se embarca a
París. La integraban su director, Alberto Rodríguez y Luis Minervini
(bandoneones); Adolfo Muzzi y Juan Koller (violines); Rizzuti (piano); Humberto
Constanzo (contrabajo) y Ernesto Famá (cantor). Debutan con gran suceso en el
Cabaret Nouvelle Garrón, actuando también en Les Ambasadeurs.
Unos meses más tarde, junto al cantor Ernesto Famá retorna a
Buenos Aires, en tanto Osvaldo Fresedo convoca a otros profesionales y continúa
en Europa.
A comienzos de 1929, decide formar su propio conjunto. Lo
acompañan José y Francisco Della Rocca (bandoneones), José Cacopardo y
Francisco Oréfice (violines) y Constanzo (contrabajo). Actúan en los cines
Medrano, Argos y Fenix y en los cafés tangueros de la época, Nacional,
Germinal, Richmond.
Disuelta esta orquesta, se incorpora a la que dirige Carlos
Marcucci, reemplazando a Alberto Soifer en el Richmond Suipacha y graba algunos
discos con la orquesta de Petrucelli.
En 1932, es invitado por De Caro para intervenir en una gran
orquesta en el cine Ástor de la calle Corrientes. Compartía su labor pianística
con Francisco De Caro.
Una vez más, Fresedo lo convoca en 1933. Comenzaba un nuevo
ciclo de grabaciones para el sello Victor y era estrella destacada del elenco
de Radio Nacional. En el naciente cine sonoro la orquesta formaba parte del
elenco de “Tango” y de “Los tres berretines”. En ésta, con lucida actuación de
Rizzuti en primer plano. También se presenta en el Teatro Cómico, en la comedia
musical “Diez postales por un peso”. Todos los temas pertenecen al propio
Fresedo.
Sorpresivamente, Fresedo abandona el elenco de Radio Belgrano
a fines de 1938, y se va a Radio El Mundo para debutar en la fiesta de fin de
año. Pero antes de iniciarse la temporada oficial, en marzo de 1939, la
dirección de Radio Belgrano propuso a algunos músicos de Fresedo un contrato
para formar orquesta y quedarse bajo el rubro Rizzuti-Ray, aprovechando la
enorme popularidad del cantor Roberto Ray. La misma se integró con Adolfo Muzzi
(primer violín), Félix Verdi (bandoneón) y (contrabajo). Actuaron en locales
nocturnos y bailes hasta el alejamiento de Ray para presentarse como solista.
Entonces, se une a Daniel Álvarez con un nuevo elenco,
realizando una breve temporada, que sería la última, abandonando la profesión y
dedicándose a la enseñanza.
Lo arrebató de la vida un accidente de tránsito, viajando en
un taxi, en 1953. Desaparecía así, prematuramente, uno de los músicos más
importantes de la historia del tango. Intérprete delicado, de gran personalidad
y estilo. Más de cincuenta tangos grabados cuya importancia encabezan “Cenizas”
y “El cisne”, pero sin desmerecer a: “Bésame en la boca”, “Desilusión”,
“Hollín”, “Canción de cuna” y “Volvé mi negra”. Junto a ellos “Pasión”, “Queja
melodiosa”, “El torta”, a pesar de su discutible letra y “Adiós para siempre”,
grabado en 1936 y que fue el último tema que llegó al disco.
Nos parece muy bien que, al recuerdo de Rizzuti, los amantes
del género digan “el pianista de Fresedo” vinculando así permanentemente, a dos
compañeros y amigos. Pero nuestra intención es demostrar que José María Rizzuti
fue algo más que eso. Una gran figura de nuestra música popular.
Extractado de: Loriente, Horacio: "Ochenta notas de
Tango. Perfiles Biográficos", Ediciones de La Plaza, Montevideo 1998.
Auspiciado por la Academia de Tango del Uruguay.
fuente: TODOTANGO.
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