VISIÓN FUGAZ
Por: rolandomoro 05/05/2013
Por: rolandomoro 05/05/2013
La Mesa del Café - Folklore
publicado en la página webb TODOTANGO.
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VISION FUGAZ
¡¡Vamos a ir a lo de Chela que nos invitó a comer, te espero a las 20,30hs y no llegues tarde como siempre!!
Desde lo más recóndito de los palmares brotan vivencias de
otros tiempos, senderos olvidados donde dejaron sus huellas otros seres
humanos, pletóricos de alegría y tristezas que la vida les iba entregando,
veces a carga completa, veces en cuentagotas.
Ringgg… ¿Ya son las ocho y media, que estás haciendo que no
llegas?
Hola mi amor, me entretuve pensando en otros seres humanos
para volcar sus sentimientos en el papel.
¡¡Como siempre desvariando!! vamos que es tarde y Chela
estará preocupada por la comida que preparó.
¿Como conquistarían sus mujeres, con qué jugarían sus niños,
como curarían sus heridas? Enjugaría con estrellas sus lágrimas de madre,
aquella vez que su niño fue devorado por las palometas, al caer desvanecido en
el cause, por la certera patada de un novillo mientras bañaba su caballo.
¡¡Muy rica la comida, les agradecemos, la próxima será en
casa!!
Debo encontrar un argumento atractivo, algo que sorprenda a
los nuevos amigos que vendrán. Quiero compartir vivencias de los antiguos
habitantes, que medie comprensión entre nosotros. Recuerdo de aquel avión que
un día cayó en la laguna del fondo, entre palmares y camalotales, donde nadie
sobrevivió, cuyas fotografías aun permanecen en mi poder. Que desgracia…
¿Cuánto sufrirían los tripulantes?
¡¡No olvides de venir a llevarme al cine, bien sabes que te
extraño y me embola esperarte todo el tiempo, no tardes!!
Aquel cementerio olvidado entre pajonales, donde los Mocoví
enterraban sus niños muertos por la viruela. Tal vez la cruz colgada de un
timbó como única señal del entierro de Cayé Carapé, famoso curandero y adivino
de los treinta. Cuentan lugareños que lograba hacer caer las bombachas de las
chicas que se negaban bailar con él. Dicen que una mujer poriahú, llevaba la
cabeza de una vaca faenada-se regalaba antiguamente-y Cayé logró hacer mugir la
cabeza, aterrorizando a la pobre mujer.
¡¡Te extraño, no desvaríes con esas cosas de escribir, te
espero a tomar mate!!
Hola mi amor, pensaba en distintos argumentos y me retrasé
un poco, pero ya estoy contigo….¡¡No te enojes!!
El pequeño bote a motor me transportaba por el serpenteante
curso del Paranacito, Dédalo de riachos y esteros en el bajo que cual inmensa y
líquida curiyú se fue abriendo paso entre palmerales, hollando terrenos blandos
para perpetuarse en los años con firme trazo. Vuelta a la derecha, para
posteriormente seguir a la izquierda mientras la presión comienza a bajar en
clara intención de descargar sus negros nubarrones.
El río está panzón debiendo agacharme en tres oportunidades
por los gruesos alambres que atraviesan su curso y sirven de sostén a isleños
al vadear con sus caballos la correntada.
Adelante baten sus alas varias garzas blancas, indicando
inequívocamente la desembocadura de la laguna brava, meta silenciosa y remota,
donde hallar inspiración para los escritos y pesca de hermosos ejemplares.
Podría ser una novela de amor desesperado, tal vez un cuento
de terror….¡¡Debo pensar, meditar en medio de esta soledad!!
La lluvia en la ciudad era belicosa, abundante. Truenos y
relámpagos alumbraban todo el paisaje, mientras sus habitantes apuraban el
paso, buscando fuga a clima tan adverso.
En el riacho la actividad de los peces
iba en aumento por la baja presión y la electricidad estática que amenazaba con
tormenta. Surubí rayado primero, corvina después y dos manduré cuchara.
Escribiré mi novela sobre el amor, un amor lejano que nunca
cristaliza en el beso apasionado generado por tanta espera.
¡¡No tardes!! ¿Dónde estás?, yo aquí sola con tanta lluvia y
vos como siempre lejos cavilando….¡¡Te amo, no tardes!!
Sorprendido miro el reloj pues la oscuridad llegaba más
rápidamente de lo imaginado. Motor a pleno, palanca de acelerador y timón
firmemente agarrados, solo me restan ocho kilómetros de serpenteante viaje.
No recordaba el segundo alambre que vino con su dura estirpe
a dar directamente en el cuello, cercenando hasta los huesos. Libre de timón,
el bote fue a dar en un raigón con toda la fuerza que imprimía el acelerador
llevado a fondo.
Profundo silencio, mientras una corriente roja se iba
acoplando lentamente al líquido curso milenario.
La lluvia en la ciudad aumentaba su intensidad cuando sonó
la bocina de la camioneta.
¡¡Aquí estoy mi amor, hoy no me retrasé, mañana será
distinto, te lo prometo!!
VISIÓN FUGAZ
Por: rolandomoro 05/05/2013
La Mesa del Café - Folklore
publicado en la página webb TODOTANGO.
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Soledad de pescador en el atardecer, pero sabemos que ella es la sempiterna compañera del hombre de río. Pensamientos y profundas reflexiones van atadas a su vida pues de que otra argamasa se construye un hombre, que no fuesen tiempo y sueños.
ResponderEliminarBesos
Hola ROLANDO, gracias por acompañar el blog con tu lectura siempre. Muy bueno tu escrito, te felicito. Y gracias por permitirme publicarlo.
ResponderEliminarLa fotito que encontré y tus bellas palabras, le siguen dando marco.
Besos.
Graciela.