DOMINGO FEDERICO.
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Semblanza de RICARDO GARCIA BLAYA
publicada en la página webb TODOTANGO
BANDONEONISTA, DIRECTOR, COMPOSITOR, DOCENTE 4 de junio de 1916 - 6 de abril de 2000
Este inolvidable músico y genial melodista radicado desde
hace muchos años en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, era en
realidad un porteño nacido en el barrio de Palermo Viejo. Aprendió violín de su
padre, luego el piano y el solfeo.
La familia después se radica en Carmen de Patagones, la
ciudad más austral de la provincia de Buenos Aires, y el papá don Francisco
compra un bandoneón y comienza a estudiar el instrumento ante la mirada atenta
de su hijo Domingo. Se repite la historia del violín.
El bandoneón lo atrapa definitivamente y además de las
clases que recibía de su papá, adquiere libros de método para su aprendizaje.
Nuevamente en Buenos Aires, comienza la secundaria y
continúa estudiando el bandoneón por su cuenta con gran perseverancia.
Ya en la facultad de medicina, decide perfeccionarse en el
conservatorio de Pedro Maffia y Sebastián Piana.
A los dieciséis años, junto con su hermana Nélida, a quien
Domingo la había iniciado musicalmente, formó el dúo Federico para tocar en
escenarios céntricos, en diferentes radios de Buenos Aires y en alguna que otra
gira por el interior del país.
El entusiasmo por el tango y la buena aceptación del
público, hicieron que abandonara sus estudios universitarios para dedicarse de
lleno a la música. Empieza a componer y escribir sus propios temas, se
convierte en un buen arreglador y arma una orquesta de señoritas, donde su
hermana tenía el papel más destacado.
Después de un tiempo, pasa a integrar la formación de
Scarpino, luego la orquesta de Juan Canaro para finalmente recalar en el año
1941, en la de Miguel Caló.
De esta etapa nos cuenta Sara Ribot (revista "Tango y
Lunfardo" Nº 55, Chivilcoy, 23 de mayo de 1990): «Un dato curioso se dio
con el estreno de su tango "Al compás del corazón". Recién ingresado
Federico al conjunto de Miguel Caló le mostró su tango a sus compañeros y fue
muy aceptado. Los integrantes de la orquesta querían tocarlo, pero los cantores
Raúl Berón y Alberto Podestá dudaban, porque no conocían bien la letra aún. Un
buen día, decidieron estrenarlo sin consentimiento de Caló, a manera de
travesura. El director no solía ir por la tarde a la confitería donde actuaban.
Como los cantores no querían interpretarlo, uno de los más entusiastas con el
tango, Enrique Mario Francini, decidió hacerlo. Así fue el improvisado debut de
este tango, con gran aceptación del público, que pedía volver a oír la pieza.
Cuando llegó Caló y el público le pedía el tema, este no sabía de que se
trataba, pidió escucharlo e inmediatamente lo incorporó al repertorio».
«De 1941, es también "Yo soy el tango", con letra
de Homero Expósito. Fue la primera grabación de Troilo con el cantor Francisco
Fiorentino».
En 1943 se separa del Caló para formar su propia orquesta,
con la que debuta con mucho éxito en el café Select Buen Orden, junto con sus
cantores Alberto Tagle y Alfredo Castel. Como dato curioso podemos señalar que
el contrabajo estaba a cargo de su padre, quien insaciable en su búsqueda,
también había aprendido a dominar este instrumento.
La orquesta estaba integrada por Domingo Federico, como
primer bandoneón y director; los bandoneones de Eduardo Corti, Priori y
Thompson; Enrique Cantore, Pando, Tallaferro y Ternaski en violines; Mario
Garcés como pianista y en el contrabajo Francisco Federico.
Además de Alberto Tagle y Alfredo Castel, tuvo como
vocalistas a Ignacio Díaz, Carlos Vidal, Oscar Larroca, Mario Bustos, Hugo
Roca, Enzo Valentino, Dante Rossi, Carlos Valdés, Armando Moreno, Rubén Sánchez
y Rubén Maciel.
De todos ellos, Carlos Vidal fue sin duda el más
representativo. El que impuso toda su personalidad, en versiones que quedarán
imborrables en el recuerdo, tal el caso de los tangos "Yuyo verde" y
"Yo".
Es contratado por Radio Splendid y toca en los más
importantes escenarios porteños y bailes.
Con respecto a los bailes y las costumbres del 40, el propio
Federico nos relata: «en esos años había tres tipos de público. Un sector que
venía a escuchar y otro sector de bailarines, en proporciones que variaban de
acuerdo con las características de la orquesta, en nuestro caso la cosa era
repartida. Y un sector universal: las madres. Las madres eran un cordón que
rodeaba el baile, más visible en los clubes de barrio y más diluido en los
grandes salones, pero siempre presente. Estaban de custodia. Qué cómico: si a
la salida del baile, uno le rozaba un pelo a una chica, te mataban; y resulta
que, bailando, te la podías llevar hasta la casa».
Su obra de eximio compositor no se detiene. Así van
surgiendo de su notable inspiración verdaderas joyas del género: "Yuyo
verde", "A bailar", "Tristezas de la calle
Corrientes", "Percal", entre otros bellísimos tangos.
En 1944 hace su primer disco que tenía de un lado su tango
instrumental "Saludos" y en el acople, "La culpa la tuve
yo", con la voz de Ignacio Díaz, siendo ésta la única grabación del cantor
con la orquesta.
Como ya dijimos, Federico fue un melodista excepcional, un
gran compositor. De su obra se destacan, además de los tangos ya mencionados:
"Con el mayor gusto", "Déjame volver para mi pueblo",
"Futuro", "La noche y marfil", "Tropical",
"Cosas del amor", "Para usted, amigo" y en su última etapa:
"Fueye azul", "Tango íntimo", "En la calle",
"Dibujos", "A María Rosa", "Muy suave",
"Pachito", "Un cigarrillo muerto", "Memorias",
entre otros.
Relata Ricardo Barbieri (revista "Tango y
Lunfardo" Nº 55): «después de una brillante trayectoria, en el año 1963,
Domingo Federico fue requerido nuevamente por Miguel Caló, y junto a Armando
Pontier, Enrique Francini, Raúl Berón y Alberto Podestá -entre otros-, reflotan
nuevamente "La orquesta de las estrellas", conjunto que debutó en
Radio El Mundo, animando las audiciones de los lunes y los jueves a las 21, en
un ciclo que habría de durar tres meses, temporada en la que se estrena un
nuevo tango de Federico y R. Koy, titulado "En la calle", con la voz
de Raúl Berón, obra que más tarde, junto a once composiciones más, conformaría
el único LP que esta orquesta grabara en el sello Odeon. Además el conjunto
actuó en canal 9 y amenizaron distintos shows.»
Luego vendría su definitiva radicación en la ciudad de
Rosario, donde se casa y forma una nueva orquesta con destacados músicos
rosarinos y las voces de Rubén Sánchez y Rubén Maciel. También actúa, en radio,
en televisión, hace grabaciones para los sellos Victor, Embassy y Rosafon, y
ameniza bailes, muchas veces con una formación más pequeña, un trío denominado
"Saludos".
Antes de su última experiencia orquestal había realizado 45
giras por la Argentina y países latinoamericanos y 120 recitales en el Japón,
primero como bandoneonista de la orquesta de Francisco Canaro en 1961 y luego
al frente del quinteto "A lo Pirincho".
En Rosario se entrega a su vocación de docente en la
Universidad y dirige una orquesta conformada por sus alumnos.
«Yo quería formar una orquesta de jóvenes, y acá está:
Orquesta Juvenil de Tango de la Universidad Nacional de Rosario. Si algún
pequeño mérito me cabe, es el de haber hecho a esta gente al tango. Ellos
tienen una formación musical académica muy sólida, te leen la Biblia. Pero era
necesario llevarlos a entender aspectos del lenguaje del tango, los valores y
los fraseos que tenemos. Y respondieron muy bien».
Domingo Federico fue un grande entre creadores del tango y
su obra es de tal calidad que, muchos de sus temas se convirtieron en genuinos
clásicos del género.
fuente: TODOTANGO.
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SALUDOS
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