REYNALDO NICHELE.
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CONFESIONES DEL MAESTRO REYNALDO NICHELE
Nota de NESTOR PINSON
publicada en la página webb TODOTANGO
Reynaldo Nichele, violinista
1 de junio de 1918 - 25 de abril de 1998.
Yo nací en la Argentina, en la ciudad de Zárate, el primero
de junio de 1918. Fue de casualidad, tendría que haber nacido en Montevideo
porque allí vivía mi familia. Mi padre era italiano y técnico en refrigeración,
mamá era uruguaya y la empresa lo mandó de apuro, por unos días y yo me
adelanté a la fecha prevista. A los pocos días ya estaba de regreso en
Montevideo.
Solamente hice la escuela primaria, estudios secundarios no
tengo, hice primario y "cabaret". El primario mezclado con estudios
de música. Imaginate que a los trece años comencé profesionalmente, fue la
nochebuena de 1931 en el Casino de Carrasco con la orquesta de Carlos Warren.
Yo estudié con un virtuoso del violín cuyo nombre no
trascendió porque era un hombre tímido, se llamó Carlos Giucci. Con él también
estudió Edgardo Donato, pero lo echaba a cada rato, porque a Edgardo le gustaba
hacerse el loco y arrancaba con pízzicatos cuando no correspondía y cosas así,
después lo tomaba de nuevo
Mis primeros años fueron para conjuntos de cabaret, tango e
incluso jazz. Estuve con Juan Baüer, trabé una linda amístad con
"Quico" Artola... parecía un fósforo apagado, era flaco, alto y
negro, hasta que un día se fue a Buenos Aires. Pasó poco tiempo y asuntos de
"mujeraje"... bueno, una mujer me trajo a mí también. Comencé
haciendo algunas cositas para vivir hasta que me llamó Troilo, a quien ya
conocía, para su primera orquesta, aquella del debut en el Marabú el primero de
julio de 1937.
Estuve dos años con "Pichuco" y después me llamó
Roberto Zerrillo para acompañar en las giras a Libertad Lamarque, pero no
intervine en ninguna de sus grabaciones. Después me quedé en la vía, meta
camínar por Corrientes sin trabajo. Un día me encuentro con Troilo que estaba
completo, pero como era muy dadivoso me llevó igual y no paré por veinte años
Troilo anduvo bien hasta los años cincuenta, luego comenzó
su decadencia y ya fue barranca abajo. Finalmente me cansé y lo dejé. Entré por
concurso en la Sinfónica Nacional, el director de la mesa de admisión era el
propio director, Juan José Castro. También estuve como veinte años. Allí me
jubilé. Hice mucha televisión e integré muchas orquestas que acompañaban a los
cantantes extranjeros que estaban de moda y llegaban al país en sus giras.
Con la orquesta Aníbal Troilo, es el cuarto de pie a la
izquierda.
No llegué a tener orquesta propia, aunque la escasez de
trabajo nos llevaron a formar un cuarteto con Eduardo Rovira, Atilio Stampone y
Fernando Romano en el contrabajo. También alternaron Orlando Trípodi y José
Colángelo. Hicimos varias giras y bastante radio, pero para no repetirnos nos
propusieron cambiar la denominación cada tanto y así fue el Cuarteto de Rovira,
el de Stampone y también el mío. Cuando me tocó llegaron unas grabaciones para
varios casettes que fueron comercializados en el Japón, entonces allí apareció
como Cuarteto Reynaldo Nichele.
Me preguntás sobre Fiorentino... mirá, fue un cantor
cariñoso, y así era como persona. Troilo sabía conducir a sus cantores. Como se
trabajaba mucho lo trajo al tano Marino para colaborar y el tano se empezó a
llevar buenos aplausos, es posible que esto afectara a "Fiore" y se
fue. Hizo mal en irse, nunca más fue el mismo.
De los músicos de Troilo el más destacado fue Orlando Goñi,
una cosa muy grande, para poner aparte. Cuando no había orquestaciones él ponía
todo. Hubo un bandoneonista, Alberto "Pajarito" García, que
reemplazaba al gordo cuando empezó a no tocar. Troilo metía los dedos pero el
primero era García. Muchos no se daban cuenta. José Basso tenía mucha fuerza,
le decíamos el furioso. Me gustaba Osvaldo Manzi, muy delicado, pero era otra
cosa. Piazzolla era un gran técnico y metía mano en los arreglos hasta que
Troilo lo paraba, si no le cambiaba el estilo. "El Gato" era medio
jodido y además jodón, de bromas pesadas. Tenía una tendencia rítmica, se
pasaba el tiempo escuchando a Bela Bartok, a Schomberg, Weber, todos músicos
modernos cuyas obras eran de gran base rítmica, y eso le quedó. Era mas ritmo
que melodía, en el exterior lo entendieron, aquí no, el cambio fue muy brusco.
¿Y D'Arienzo?... Hace años que me peleo con mis compañeros
cuando se quejan que hay poco trabajo. Les digo que nos salvaría la aparición
de otro D'Arienzo. De pronto los jóvenes saldrían a bailar, aparecerían nuevas
orquestas, la televisión se interesaría... en ese caso, luego vendríamos
nosotros, los buenos, y estropearíamos todo otra vez.
Y sí, Di Sarli fue un fenómeno. Tocando fue el tango mismo.
No hubo mejor. Fue una maravilla. Los ritmos, el manejo de los bajos, las
milongas. Junto a Goñi y Francisco De Caro fueron los mejores pianistas.
Y de mis colegas, Heifitz. Es tanto lo que me gusta que no
me lo aguanto. En el tango, Vardaro. Cuando de muchacho lo ví en Montevideo
exclamé: "ese es el que me gusta". También Alfredo Gobbi, Enrique Camerano,
muy tangueros los dos. Con respecto a Francini, el era en la orquesta de Raúl
Kaplún el segundo de éste. Y cuando se fue, Francini era Kaplún, por supuesto
con lo que le agregó en vehemencia, en sonido, lo suyo, lo que tenía adentro.
No hay que olvidarse de "Tierrita" Guisado, nació para tocar con Di
Sarli. Así como fue Antonio Agri para Piazzolla, pero fue el menos tanguero de
los nombrados.
¿Y yo ?... siempre toqué tango. ¡Y en cada lugar!, cabaret y
del peor. Así mamé "el yeite".
En un cabaret del Uruguay me presentaron a Gardel, me saludó
y le extrañó que tan joven estuviera tocando allí. También acompañé por unos
meses a Malena de Toledo, nos hicimos amigos, ella salía con un compañero mío y
yo con una amiga de ella. Para mi Manzi le hace una fotografía, para mi se
inspiró en ella cuando la escuchó cantar, porque en realidad tenía una voz
aguardentosa, las dos grabaciones que escuché de ella no reflejan su verdadera
voz, en público no era así. Y había en ella mucha sensación de tristeza, de
alejamiento, incluso solía sentarse sola junto a una mesa apartada. Pero no
pasaba de una cancionista de cabaret. Cuando le pedían un bis siempre hacía
"Lamento boricano".
Hice muchas giras a Europa, muchas veces en Japón y otros
países de Asia, fui con Osvaldo Requena, con Carlos García con Néstor
Marconi...
Nichele se enfermó un mes antes de emprender un viaje,
nuevamente con Requena con quien discutían mucho y se querían mucho. Y falleció
en la misma mañana que el conjunto partió, fue el 25 de abril de 1998.
fuente: TODOTANGO.
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