NINÍ MARSHALL.
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Nombre real Marina Esther Traveso
Nacimiento Buenos Aires 1 de junio de 1903
Fallecimiento Buenos Aires
18 de marzo de 1996 (92 años)
Apodo(s) La Dama del Humor, La Chaplin con faldasOcupación: Actriz, presentadora de televisión, cantante, escritora, periodista, pintora
Marina Esther Traveso (Buenos Aires, 1 de junio de 1903 –
id, 18 de marzo de 1996) fue una actriz, guionista y humorista argentina,
conocida con el seudónimo de Niní Marshall.
Inició su carrera como ilustradora en la revista Sintonía en
la década de 1930 y, consecutivamente, se desempeñó como cancionista,
comentarista —con el seudónimo de Mitzy— y protagonista de programas cómicos en
las principales radios locales. Para 1938, había debutado como actriz y
guionista en Mujeres que trabajan, dirigida por Manuel Romero.
Su popularidad se acrecentó considerablemente en los años de
1940, protagonizando 37 películas, generalmente interpretando a sus personajes
Catita y Cándida. Con Luis César Amadori, filmó las primeras superproducciones
de la historia del cine argentino: Carmen y Madame Sans Gêne. Otras de sus películas
más destacadas son Hay que educar a Niní, Divorcio en Montevideo y Navidad de
los pobres. Tras el golpe de estado de 1943 (conocido también como Revolución
del 43) contra el gobierno de la llamada Década Infame, debió exiliarse en
México porque, según una de las versiones, el lenguaje utilizado en sus
personajes fue considerado por las autoridades «una deformación del idioma»; en
1950 debió trasladarse de nuevo, esta vez por falta de trabajo.5 Diseñó además
otros populares personajes basados en los arquetipos de la inmigración, como
Doña Pola, Belarmina, Doña Caterina, Niña Jovita o Lupe.3 Utilizó la caricatura
como un recurso de la observación y fue una de las figuras del espectáculo más
apreciadas de Argentina.
Su retorno al cine luego de la caída del peronismo tuvo
lugar en Catita es una dama; a partir de las décadas de 1960 y 1970, intervino
en cinco comedias y sus actuaciones televisivas junto a Nicolás Mancera en
Sábados Circulares tuvieron mucho éxito, al igual que su representación del café-concert
...Y se nos fue redepente, donde recreó a todos sus personajes. En teatro, por
su parte, se destacó en Coqueluche, Buenos Aires de seda y percal y La señora
Barba Azul. Su última película, ¡Qué linda es mi familia!, se estrenó en 1980.
Apodada «La Dama del Humor» y «La Chaplin con faldas», los últimos años de
su vida estuvieron marcados por los reconocimientos. En 1989 fue distinguida
como «Ciudadana ilustre de la Ciudad de Buenos Aires», en 1992 recibió el
premio Podestá a la trayectoria y en 1995, Marilú Marini, a modo de homenaje,
volvió a recrear sus libretos en dos obras teatrales. Falleció a los 92 años en
1996 y, posteriormente, se designó con su nombre a una calle de Puerto Madero y
a un teatro de Tigre.
Biografía
Infancia y juventud
La vivienda de la calle Defensa 219, en la que vivió
Marshall durante su infancia. Actualmente es sede del Museo de la Ciudad.
Marina Esther Traveso —conocida posteriormente bajo el
seudónimo de Niní Marshall— nació el 1 de junio de 1903 en el barrio porteño de
Caballito.8 Hija de asturianos, su madre fue María Ángela Pérez y su padre,
Pedro Traveso, se desempeñó como ingeniero. Transcurridos dos meses de su
nacimiento, su padre murió y dejó cuatro hijos al cuidado de su esposa, ya que otros
dos —Genoveva y José— habían fallecido a causa de difteria antes de que naciera
Marina.6 9 Tras ocurrir este hecho se trasladaron a una vivienda de la calle
Defensa 219, de San Telmo, donde vivió parte de su niñez.9 Fue inscrita a los
cuatro años de edad en la Escuela Juan José Paso, donde demostró su interés por
la actuación y un año después cantó en el Centro Asturiano.
A los seis años se mudó con su familia a Barrio Norte, donde
estudió danzas españolas,3 canto e idiomas como el francés, alemán e inglés.
Lideró una pandilla de niños llamada Los Arribeños del Norte, que practicaban
teatro en el sótano de la casa de su tío como medio de entretenimiento.6 Luego
de realizar sus estudios primarios, cursó en el Liceo Nacional de Señoritas,
donde comenzó a diseñar sus personajes imitando a sus profesores para hacer
reír a sus compañeros. Marshall, ya adulta, recordaría que tuvo una infancia
«feliz» y se caracterizaba por su timidez:
La timidez me
agarraba, por ejemplo, cuando tenía que dar una lección, o ponerme de pie para
decirle algo a una maestra o a una profesora. Pero cuando se terminaba la hora
de clase era un monigote, como soy ahora, un payaso. No fui muy buena alumna.
¡De verdad que no!
Niní Marshall
En esta institución se recibió de bachiller años después.
Al terminar la secundaria e interrumpiendo sus estudios en filosofía, contrajo
matrimonio en 1924 con Felipe Edelmann,6 un ingeniero de origen ruso mucho
mayor que ella y educado en Alemania. Con él tuvo a su única hija: Ángeles Edelmann
(n. 1926). Marina vivió en la provincia de La Pampa y regresó solamente a
Buenos Aires para que naciera su hija, pero al arribar le embargaron la
vivienda. Al morir su madre, la relación con su esposo comenzó a tambalear y
se separó debido a su ludopatía que lo había llevado a perder todo su dinero.14
Viviendo temporalmente en la casa de su hermana Blanca en Rosario, regresó con
su hija a Buenos Aires para instalarse en una pensión y buscar trabajo en los
medios gráficos.
Carrera en Argentina
Comienzos en el periodismo y la radio
Gracias al padre de una amiga, se inició en 1933 en la
revista La Novela Semanal redactando un artículo para la empresa General
Electric.6 15 Luego, continuó en Sintonía (1933-34), una de las revistas más
reconocidas de la época a nivel nacional junto con Antena y Maribel. En la
sección que tituló «Alfilerazos», tenía a su cargo la redacción de artículos
sobre asuntos de actualidad, los cuales frecuentemente estaban escritos con
notas humorísticas y críticas, donde utilizó el seudónimo de Mitzy.6 Adquirió
rápidamente popularidad por sus noticias humorísticas, trabajo del que comentó:
Mi especialidad
era un poco tomarle el pelo a la gente de la radio. Tenía una página de humor a
mi cargo, en la que hacía mis comentarios ilustrados con mis propios monitos,
porque también me defiendo dibujando. Iba, miraba, escribía y dibujaba. Ese
acercamiento, más las clases de canto que había tomado de chica, me permitieron
iniciar mi carrera como cantante.16
Habiendo tomado clases de canto en su niñez, debutó como
cantante en 1934 en el ciclo radial La Voz del Aire, durante ocho meses. A su
vez, intercalaba en otras emisoras como Radio Cultura, París, Porteña,
Nacional, Fénix (donde trabajaba con el seudónimo de Ivonne D‘arcy)17 y
principalmente Radio Belgrano,18 donde recitó temas musicales en varios
idiomas.
Por su parte, Pipita Cano, que conducía el ciclo El chalet
de Pipita por Broadcasting Municipal, le ofreció interpretar a Cándida en su
programa después de que hiciera una imitación con libretos propios de Francisca
Pérez,12 la empleada de su casa desde 1910.6 El personaje, según la escritora
Marily Contreras, era «una mujer ignorante, ingenua y torpe, pero querible, y
que produjo entre los oyentes de Niní una enorme cuota de ternura, por el
trasfondo de bondad que emanaba el personaje». En base a la actriz, expresó:
«...no se conformó con interpretar diferentes personajes, sino que además les
dio alma a través de sus libretos, rigurosos, precisos, que nunca se rebajaron
al chiste grosero ni precisaron de la procacidad para lograr la carcajada».
En 1936 debutó como cantante internacional (por hablar en
varios idiomas) en Radio Municipal, donde conoció a Marcelo Salcedo, un
contador paraguayo de una empresa yerbatera con el que se casó poco tiempo
después. Con Salcedo diseñó su nombre artístico de forma definitiva. Su
apellido, a partir de entonces, estaría conformado por la primera sílaba del
nombre y el apellido de su marido (Mar-Sal) y se le agregó una «h» y una «l» de
tal forma que quedara Marshall. Como nombre, optaron por una deformación de
Marina: Nina→Ninita→Niní. A pesar de que el seudónimo ya estaba listo, varias
emisoras donde compartió cartel con Encarnación Fernández, Pablo Palitos o Delfina
Fuentes, la presentaron en sus anuncios como Lily Marshall, Niní Marschall o
Niní Marshal debido a la dificultad que les causaba redactarlo aparentemente.
Por El Mundo, además de encabezar radioteatros, incursionó
también en un programa presentado por tiendas La Piedad y productos Llauró
donde representó variados personajes. Sus apariciones usualmente estaban
acompañadas por Juan Carlos Thorry, con quien trabajó asiduamente en el
espectáculo nacional hasta los finales del apogeo de su carrera. Observando a
las seguidoras que se agolpaban para pedirle autógrafos a Juan Carlos Thorry,
surgió Catita, que junto con Cándida se convirtieron en sus personajes más
populares y exitosos.
A finales de los años 1930, Roberto Llauró, propietario de
la empresa de los jabones Llauró, la contrató para que interpretara a una
mucama (la cual ya había presentado en El chalet de Pipita) en una audición de
la orquesta de Francisco Canaro animada nuevamente por Juan Carlos Thorry.
Consagración
Mirtha Legrand, Niní Marshall y Silvia Legrand en Hay que
educar a Niní (1940).
Si bien Marshall ejercía como pintora, escritora y
cantante, fue por medio de la actuación que recibió reconocimiento. Con rotundo
éxito en el medio radial, fue convocada en 1938 para realizar cine y, aunque
rechazaba la propuesta porque, según confesó, «no tenía rostro cinematográfico
y por miedo a que la gente se decepcione», aceptó. Dirigida por Manuel Romero
y bajo el auspicio de la productora cinematográfica Lumiton, protagonizó
Mujeres que trabajan, donde compuso a Catalina «Catita» Pizzafrola
Langanuzzo, una vendedora de tienda que cometía equivocaciones frecuentemente.
En la película figuraban actores como Mecha Ortiz, Pepita Serrador, Sabina
Olmos, Alita Román, Alicia Barrié y Tito Lusiardo. El redactor Camilo Sánchez
escribió: «Niní se atrevió a mostrarnos a otra más allá del guiño: a la Niní
provocadora, la astutamente contestataria. Y hay que remarcar también que fue
justiciera en su repertorio. Todas esas criaturas hablan de una inmortalidad:
el estilo marshallesco del que aún hoy se habla en muchas escuelas de teatro».
En 1939, contratada otra vez por Lumiton, protagonizó
Divorcio en Montevideo componiendo de nuevo a Catita en compañía de Enrique
Serrano y dirigidos por Manuel Romero. Ahí, para apartarse de su novia
presumida un muchacho se casa con una manicura conviniendo divorciarse meses
después. El trato se lleva a cabo pero el joven comprende que se enamoró de su
ex-esposa y la busca para volverse a casar. Mientras tanto, Catita, amiga de la
mujer, se casará con un compañero del esposo: un soltero empedernido.25 La
película se estrenó a mediados de año en el cine Monumental y recibió críticas
positivas, entre ellas la de la revista Antena, que elogió a Romero publicando
que «... sigue siendo el realizador aplomado y seguro de La rubia del
camino».
Ese mismo año presentó su personaje de Cándida en un filme
titulado con el mismo nombre. Esta vez, las críticas reflejaron bastantes
aspectos negativos; la revista Radiolandia, por ejemplo, definió al argumento
como de «materiales primarios, aderezado con algunos lugares comunes de directa
repercusión en el auditorio, sirve a sus fines cómico-sentimentales a la
intérprete y resulta de eficacia popular».28 Entre las muchas personas que se
presentaron para obtener el papel de extras en los castings se encontraban
Zully Moreno y Pepe Biondi, que para las décadas de 1950 y 1960 serían dos de
las figuras más sobresalientes del cine y la televisión.
Con una duración de 87 minutos, en 1940 se estrenó
Casamiento en Buenos Aires. Los protagonistas eran Niní Marshall, Sabina Olmos
y Enrique Serrano. La trama estaba basada en las infidelidades y significó uno
de los mejores trabajos del director Manuel Romero. Sintonía tituló «Impacto demasiado
fácil», mientras que La Nación, relató: «Episodios y tipos convencionales, se
arman con medios directos y fáciles, pero entre unos y otros se asoma...
Catita». En ese mismo año llegó a filmar cuatro películas seguidas.
Los celos de Cándida tuvo un modesto éxito y junto con el
director Luis Bayón Herrera, la actriz compaginó los diálogos. Finalmente,
formando el dúo Marshall-Codecá, la temática de Los celos de Cándida se refirió
a una pareja que en su luna de miel adquieren una importante suma de dinero en
un casino y residen en una pensión de Buenos Aires; El Heraldo, en sus
sugerencias para el programa de mano, la catalogó como una «magnífica comedia
de gracia irresistible».
Hay que educar a Niní, de 1940, fue el debut actoral de dos
gemelas que serían muy reconocidas: Mirtha y Silvia Legrand (extras).32
Marshall compuso ahí a una actriz de reparto poco conocida que acuerda hacerse
pasar por la hija de un industrial adinerado.33 Bajo las órdenes de Luis César
Amadori, fue una producción de Argentina Sono Film que incluyó en su elenco a
artistas de la talla de Francisco Álvarez, Mecha López o Nury Montsé. El
escritor y poeta Horacio Salas le dijo al entregarle el título de Ciudadana
ilustre: «Una de sus películas se llama Hay que educar a Niní. Pero es Niní
quien nos educa hace 50 años».5 María Elena Walsh la llamó «Nuestra Cervanta» y
explicó que «sólo un prodigioso dominio del idioma le permitió a Niní
descalabrarlo, travestirlo y lanzarlo a las efímeras ondas del éter».
A finales de año, apareció Luna de miel en Río, calificada
como de «título llamativo» por la prensa gráfica. Ahí, Marshall acompañó a Tito
Lusiardo en la comedia dirigida por Romero, quien también había aportado para
los guiones. En 1941 y convocada por Lumiton, protagonizó Yo quiero ser
bataclana que contenía cuadros musicales y escenografía de Ricardo Conord. La
crítica cinematográfica la calificó como «una buena cinta cómica».6
Continuaba actuando en radio, sólo que lo hacía de forma
esporádica, diciendo públicamente: «No quiero volver a mis oyentes con lo mismo
de siempre». Posteriormente intervino en otras películas como Orquesta de
señoritas, en donde uno de los propietarios de SACI, Luis César Amadori,
dirigió el filme, y Cándida millonaria, con guion de Pedro E. Pico y basada
en la historia Querer y cerrar los ojos. El director y compositor Enrique
Santos Discépolo la incluyó en uno de sus proyectos titulado Cándida, la mujer
del año, que fue el mayor fracaso en la carrera de la actriz debido al escaso
elenco que acompañó a Marshall.
El escritor Abel Posadas comentó en uno de sus libros: «Hay
que educar a Niní (1940), Orquesta de señoritas (1941), La mentirosa (1942) y
La mujer sin cabeza (1947), ofrecen un seductor panorama de ensueño partiendo
del mecanismo de la impostura, tan caro al entretenimiento propuesto por
Amadori».
Con Madame Sans Gêne, la cómica historia de la lavandera de
Napoleón Bonaparte, se hizo la película más costosa del cine argentino de
entonces con decorados de Raúl Soldi y la actuación de Herminia Franco y Delfy
de Ortega.39 En Carmen realizó una representación de la ópera de Georges
Bizet40 y en Mujeres que bailan una parodia de La muerte del cisne. Su período
de mayor plenitud creativa ocurrió entre 1940 y 1956 con la trilogía Casamiento
en Buenos Aires, Luna de miel en Río y Divorcio en Montevideo. De hecho, entre
el período 1938-80, participó en 28 películas argentinas como guionista,
intérprete y dialoguista siendo una de las figuras más relevantes de la
cinematografía argentina en su «época de oro», semejante a Tita Merello,
Libertad Lamarque, Zully Moreno, Mecha Ortiz, Amelia Bence y Mirtha Legrand.41
Según el historiador Pacho O'Donnell «Niní marcó la época en que la familia se
reunía para escuchar sus programas radiales. Era extraordinario, la ciudad se
paraba para oírla».
Retomó el trabajo con Manuel Romero en 1948 cuando colaboró
en la película Porteña de corazón al lado de Augusto Codecá, cuya escenografía
estuvo ambientada mayormente en un hospital.
Labor teatral
Por dos años (1937-39), secundada por Tony Rocca, fue
partícipe de giras teatrales por las ciudades del Gran Buenos Aires y otros
barrios alternando en las mismas géneros como el jazz y temas musicales
interpretados por Marshall y Juan Carlos Thorry.43 Ambos viajaron a Santa Fe,
Paraná, Mendoza, Rafaela, Rosario, Córdoba, Tandil y San Juan; en compañía de
Pedro Quartucci, emprendió una gira por Chile y Perú en 1941 y por Estados
Unidos en 1949.
En Carrousel de estrellas y Pepe volvió con música tuvo la
oportunidad de actuar al lado de Pepe Arias y diseñar los libretos con
dirección de León Alberti. En 1963, en el Teatro Coliseo y con dirección de
Carlos A. Petit y Mariano Mores, se estrenó Buenos Aires de seda y percal, uno
de sus pocos trabajos con Mirtha Legrand; y La señora Barba Azul, en el Teatro
Buenos Aires con producción y compañía de Carmelo Santiago.46
Entre otros de los espectáculos teatrales en que participó
se encuentran ¡Vos que lo tenés, cuidalo! (1965), Recuerdo del viejo Buenos
Aires (1969); Coqueluche (1971), con Thelma Biral;3 El pequeño Marshall-Luz
ilustrado (1976), con Jorge Luz; Una noche en la radio,47 que se presentó en
varios sitios de Buenos Aires. Marshall continuó sobre los escenarios hasta
1981 cuando protagonizó su último espectáculo teatral, ¿Quién apagó la radio?,
con el cómico Jorge Luz.48 49 En la actualidad, Marshall es considerada una de
las precursoras del café-concert con Carlos Perciavalle, con quien actuó en la
última versión de Una noche en la radio, con temporadas en Mar del Plata.
Su talento para reproducir los rasgos del habla de distintos
sectores sociales o de colectividades fue un aporte no sólo para el humor sino
también para la investigación filológica, y la Universidad de La Plata
registró el lenguaje de sus personajes con esos fines. Según el crítico
cinematográfico Claudio España «Catita era dicharachera, arribista, petulante,
convencida de lo que dice y de cómo lo dice. Para ella, el mundo que la
enfrenta está al revés».5 Dora Cerati, que compiló en media docena de compactos
históricos programas de radio, expresó: «A la manera de una Mafalda adulta,
Niní sacó a luz una clase social relegada a la que le hizo decir o ridiculizar
lo snob, lo superfluo, pero sin groserías, sin palabras soeces, sin golpes
bajos».
Exilio y regreso
En 1943, Radio Splendid la contrató por una importante suma
de dinero,6 pero apenas un mes después y debido a una campaña impulsada en el
ámbito del presidente de facto Pedro Pablo Ramírez para preservar el idioma fue
censurada e inscripta en las denominadas «listas negras», prohibiéndosele así
su trabajo en la radio.6 Desde la oficina de Radiocomunicaciones enviaron un
comunicado que expresaba que la prohibición había sido llevada a cabo «porque
sus personajes deformaban el idioma al pueblo argentino, que no tiene capacidad
de discernir». Debido a eso, en el mismo año se exilió en México.
Anteriormente todo proyecto artístico que la incluía había sido vetado por
Radiodifusión desde 1943, poco después de haber participado en la compañía de
revista de Pepe Arias, en varias películas y en presentaciones en Montevideo.
Otros episodios similares ocurrieron con actores como Libertad Lamarque o
Arturo García Buhr.
En 1944, un terremoto produjo varios daños en San Juan y
hubo 10.000 víctimas aproximadamente. Como otros militares nacionalistas del
Grupo de Oficiales Unidos (GOU), Juan Domingo Perón pertenecía al gabinete del
presidente Pedro Pablo Ramírez ejerciendo como secretario de trabajo y
previsión y secretario de guerra. Ante la tragedia, Perón encabezó una
convocatoria dirigida a figuras notorias del espectáculo como Libertad
Lamarque, Lydia Lamaison, Mirtha Legrand, Mecha Ortiz, Silvana Roth y Marshall,
quien otorgó 4964 pesos argentinos además de recolectar donaciones al igual que
sus pares.
Juan Duarte.
En 1950, fue censurada por segunda vez cuando Ángel
Mentasti, de Sono Film, le transmitió que se debían cancelar todos los
proyectos que la incluían por un pedido expreso de Eva Perón, en aquel entonces
primera dama. Mientras estaba en la Casa de Gobierno para exigir una
explicación, el ayudante de Juan Duarte, secretario del ex-presidente Juan
Domingo Perón, le dijo: «Señora, dice el señor Duarte que se acuerde de cuando
en una fiesta de pitucos, vestida de prostituta, imitó a su hermana Eva», según
relató en sus memorias.14 Respectivamente Fanny Navarro, compañera de Marshall
en Mujeres que bailan (1949), que había presenciado la fiesta en la que
Marshall aparentemente imitaba a Evita, le habría contado el hecho a Juan
Duarte, con quien tenía mucha afinidad e incluso se rumoreó que mantenían un
noviazgo.14 Otras versiones expresaron que Evita se habría molestado por su
papel en Madame Sans Gêne (1945) y que le había guardado rencor por un espacio
central que Marshall obtuvo en la radio y que ella misma pensaba conseguir.
Evita en 1947.
Al regresar de una larga gira en 1950, debió irse nuevamente
del país por la poca posibilidad laboral, exiliándose en México. Aconsejada por
sus amigos, antes de viajar Marshall le dejó algunos bienes a su familia para
vender su casa de Punta del Este, un edificio de departamentos en la calle
Juramento y su quinta de Moreno. En México, vivió temporalmente en la Casa
Latinoamericana, un complejo donde residían todos los argentinos que estaban
ahí, como Hugo del Carril, Imperio Argentina o Ana María Lynch.14 En aquel
sitio tuvo como vecina a Libertad Lamarque y a su marido, el músico Alfredo
Malerba, de quienes fue íntima amiga. A la temprana muerte de Eva Perón,
regresó dos años después con ocasión del casamiento de su hija y el nacimiento
de su nieto en 1955.
En México, que atravesaba su mejor momento cinematográfico,
profundizó su actividad pictórica y prosiguió con su carrera actuando en filmes
como Una gallega en México, Una gallega baila mambo, de la compañía Filmex; Mi
campeón, de Chano Urueta; Amor de locura, con Óscar Pulido; Una gallega en La
Habana o Dios los cría, con Germán Valdez.53 Paralelamente, condujo varios
ciclos radiales especialmente en Radio Carve, de Montevideo.
Vida posterior
Última etapa
En 1956, luego de la golpe de Estado contra el gobierno de
Juan Perón, regresó a su país natal con su tercer esposo, el periodista Carmelo
Santiago, y fue convocada por varios canales televisivos y por Julio Saraceni
para filmar Catita es una dama, con guiones de Abel Santa Cruz bajo el sello de
Argentina Sono Film. Con Santiago convivió 16 años hasta 1968; él se había
convertido en su representante y le había rechazado varios trabajos por ser de
temática «picante»: uno de ellos fue La cigarra no es un bicho en compañía de
Luis Sandrini, en donde su papel fue reemplazado por María Antinea.11 Mientras
Santiago producía varios ciclos televisivos conoció a otra mujer, motivo por el
cual Marshall decidió separarse y, en sus propias palabras, «poner fin a su
vida sentimental» después de tres matrimonios desafortunados. Sin embargo,
Santiago había sido muy importante para su carrera artística ya que fue
productor de su esposa en dos espectáculos de music-hall con los que
recorrieron México, Cuba, República Dominicana, Puerto Rico, Colombia, Perú,
Chile, Uruguay y hasta Barcelona y Madrid. Ambos, auxiliados por una gran
producción, prepararon cuatro películas, cuatro temporadas teatrales en Buenos
Aires, una gira por América Latina, cinco ciclos radiales y televisivos y una
gran cantidad de sketches.
Digo de mí que no soy artista, sino una señora de su casa
que logró, simplemente, hacerse la graciosa.
—Niní Marshall
En 1962, dirigiéndose al público infantil, editó un disco
con temas para niños titulado Niní Marshall, para los chicos. Asentada
definitivamente en Argentina, comenzó a popularizar de nuevo a sus personajes
que habían sido parcialmente olvidados por el público, y en 1964 debutó en el
medio televisivo con Cosas de mamá y papá,23 por Canal 9, donde además de
actuar junto a Raimundo Pastore hizo la adaptación de la historia. Julio
Saraceni la relanzó al cine argentino con una película que se destacó
principalmente por el vestuario: Cleopatra era Cándida (1964),con libretos
de Abel Santa Cruz y la participación especial de Juan Verdaguer, Tito Lusiardo
y Vicente Rubino. La Prensa la definió como «un filme que no responde a una
línea argumental coherente y sólida», mientras que Antena se refirió al
argumento como «eficiente» y a la dirección como «solvente».
No crean que dejé
de ser tímida, creo que soy tan tímida que inventé mis personajes para
esconderme detrás de ellos.
Niní Marshall.
Para 1967 se la podía apreciar en el exitoso programa
Sábados circulares,55 de Nicolás Pipo Mancera, donde llegó a estar durante 30
minutos consecutivos y sin comerciales con su interpretación de Belarmina, uno
de sus «queridos» personajes
Componiendo a Loli, ese mismo año realizó su primera
intervención cinematográfica a colores en Escándalo en la familia, con
dirección y guion de Julio Porter y un variado elenco de cómicos que reunía a
Fidel Pintos, Alberto Olmedo, Juan Carlos Altavista, Carlos Carella y Carlos
Scazziotta.11 Con Producciones García Nacson actuó con Leo Dan en La novela de
un joven pobre y posteriormente,56 anunció su retiro del espectáculo, aunque no
lo concretó ya que tres años después, en 1971, y bajo las órdenes del director
Enrique Carreras, cumplió su anteúltima labor cinematográfica en Vamos a soñar
por el amor, que intercalaba géneros como el romance, la comedia y el musical.57
Niní Marshall y Luis Sandrini en ¡Qué linda es mi familia!
(1980). Sería la última película de ambos. Sandrini murió el último día de
filmación, y a raíz de ello, Marshall nunca pudo ver el filme sin emocionarse.
En la década de 1970 se presentó en el café-concert El Gallo
Cojo, de San Telmo, en un espectáculo unipersonal de humor negro que combinaba
todas sus mayores creaciones titulado Y se nos fue... redepente!3 (cuyo guion
había sido redactado en la década de 1940, aunque nunca se había estrenado),
que alcanzó más de 1500 presentaciones escénicas.6 En 1979, fue llevado a la
televisión y en 1986, se editó un disco que tuvo a Marshall como autora, el
cual se presentó en el Teatro La Capilla, de la calle Suipacha.
Contando con 74 años de edad, protagonizó el programa El
humor de Niní Marshall redactando los guiones y popularizando la frase
«Analfabestia», que se introdujo en el lenguaje de los argentinos por mucho
tiempo. Su último filme lo realizó en 1980, con ¡Qué linda es mi familia!,6
donde compuso a Rosita secundando a Palito Ortega y Luis Sandrini, que murió
repentinamente antes del estreno y se la dedicó a su memoria. En esta década
fue cuando realizó sus últimas apariciones en televisión y a principios de 1980
acompañó a Lino Patalano en una gira por Rosario,42 poco antes de que el Museo
del Cine le entregara la Cámara Pathé junto a Tita Merello, Delia Garcés,
Libertad Lamarque y Mecha Ortiz «en reconocimiento a las primeras figuras del
cine nacional».
Retiro
Marshall, recibiendo el Premio Konex de Platino en 1981.
Marshall se retiró poco antes de cumplir 80 años,
argumentando que «no quería asistir a sus propios funerales». Con la conducción
estelar de Antonio Carrizo, se presentó junto a Nelly Láinez en Juntos, ciclo
emitido durante 1982, y allí desarrolló por última vez sus mejores
creaciones.60 En 1985 publicó su libro autobiográfico titulado Mis memorias
(Ed. Moreno),48 en donde relató anécdotas, sus mejores libretos y su biografía.
En 1988 se retiró del espectáculo a través de la televisión en el programa El
mundo de Antonio Gasalla, componiendo a Doña Caterina a los 85 años.61 Con una
gran cantidad de honores y distinciones, en el mismo año fue homenajeada en el
Ciclo de Grandes Humoristas en el programa Botica de Tango de Eduardo Bergara
Leumann y en 1989, se le concedió una producción especial en el festival «La
mujer y el cine».62 Ese mismo año fue declarada «Ciudadana ilustre de la Ciudad
de Buenos Aires» en el Teatro Municipal General San Martín3 48 y en 1990 obtuvo
el premio Santa Clara de Asís. En 1992, a iniciativa de la Asociación Argentina
de Actores (AAA), Mirtha Legrand y Pinky (conductoral de la ceremonia) le
otorgaron el premio Podestá a la trayectoria.3 Aplaudida de pie por todos los
presentes, subió acompañada de su hija Angelita a recibir el honor. En marzo de
ese mismo año había sido internada en terapia intensiva por diez días y se
temió por su vida.63 Sin embargo, medios gráficos informaron posteriormente que
ya se encontraba restablecida e incluso había presidido un show de Chico
Novarro y Andrea Tenuta. Desde 1988 se había trasladado a un departamento
próximo al de su hija y en 1991 rentó su antiguo domicilio.
«Entre soñar para adelante o recordar, prefiero recordar. Es
más cómodo. Con los años que tengo ya no tiene sentido mentir».
—Niní Marshall, 1994.
Se la solía ver en contadas oportunidades en celebraciones
importantes u en homenajes muy desmejorada. Graciosamente, cuando los jóvenes
se acercaban a saludarla, ella comentaba: «Hay una cuarta generación que me
aguanta».65 Al cumplir 91 años, rindió una entrevista con Lino Patalano para la
revista de interés general Gente,10 y un año después se la vio públicamente
presenciando dos espectáculos que protagonizaba Marilú Marini en el Teatro
Maipo y Lola Membrives recreando los personajes que habían hecho famosa a la
anciana cómica: Mortadela y Niní,17 3 estrenadas un año antes en el exterior. A
su vez, en diciembre de 1995, con grandes dificultades para movilizarse y muy
emocionada, acompañó a su amiga Libertad Lamarque cuando la nombraron
«Personalidad Emérita de la Cultura Argentina» en el Teatro Nacional Cervantes.
Fallecimiento
En la madrugada del 22 de enero de 1996 fue internada en una
habitación común de la Clínica Bazterrica, en el barrio porteño de la Recoleta,
por problemas de origen respiratorios.66 La noticia no se hizo pública hasta
tres días después y las autoridades de la institución no dieron demasiados
detalles por pedido expreso de su familia. A pesar de que logró recuperarse
parcialmente, se encontraba muy desmejorada y su nieto confesó ante los medios:
«Ya no tiene ganas de vivir».11 El 8 de marzo fue nuevamente ingresada en
terapia intensiva por una afección respiratoria y una grave deshidratación que
le provocaron una descompensación general y un progresivo desmejoramiento
físico. Falleció a la edad de 92 años el 18 de marzo a las 11:05 h de un paro
cardiorrespiratorio.42 Sus restos fueron velados a cajón cerrado, según su
petición, en la capilla ardiente del Teatro Nacional Cervantes desde las 17 h
hasta las 10 h del día siguiente, donde artistas, seguidores y familiares se
despidieron de la actriz. Luego, sus restos fueron trasladados al cementerio de
Olivos,67 donde fueron inhumados ante una gran multitud que acompañó al féretro
encabezado por su hija, su yerno Juan Carlos Abregó y sus nietos.
Entre las personalidades que fueron a despedirla al teatro
se encontraban Lydia Lamaison, China Zorrilla, Georgina Barbarossa, Gabriela
Acher, Nora Cárpena, Ana María Picchio, Jorge Guinzburg, Luis Brandoni, Jorge
Luz, Marcos Zucker, Amelia Bence, Palito Ortega, entre otros. Además enviaron
ofrendas florales Mirtha Legrand y sus hijos Marcela y Daniel Tinayre, el
ex-presidente Carlos Menem, Enrique Pinti, Pinky, Susana Giménez, el
ex-intendente Jorge Domínguez y Antonio Gasalla.42 Su muerte, ocurrida tan solo
un mes después a la del popular cómico Tato Bores, significó uno de los hechos
más importantes del año ocurridos en el país según el libro La Nación:
testimonio de tres siglos (2005).
Legado
En 1999, la familia de Marshall, en colaboración con el
sello discográfico Gogni y Vea Más Multimedios, lanzaron un CD recopilando sus
mejores monólogos.68 En 2003, se conmemoró el centenario de su nacimiento y se
realizaron varios homenajes en su honor, como una muestra retrospectiva
denominada «Niní cumple 100 años» en el Centro Cultural Recoleta o la
proyección de sus principales filmes en la sala Leopoldo Lugones.69 Por la
misma razón, la señal de cable Volver emitió un ciclo especial y las autoras
Patricia Narváez y Marily Contreras publicaron dos libros biográficos.
En 2005, Raúl Etchelet estrenó el documental La película de
Niní, que contenía testimonios, relataba su vida y estaba basada en su libro
biográfico publicado el mismo año.70 Actualmente la residencia donde vivió en
su niñez y en su adolescencia, la Casa de los Querubines, es sede desde 1999
del Museo de la Ciudad y en diferentes instituciones de Buenos Aires continúan
proyectándose filmes protagonizados por la artista.
En 1996, el diario Clarín llevó a cabo una encuesta popular
sobre los artistas argentinos y Marshall resultó poseedora del cuarto puesto en
el rubro de la «artista más querida de todos los tiempos» con un 10.2% y de la
«más talentosa» con un 7.3%. En 2005, el mismo periódico realizó otra similar y
ahí obtuvo el segundo puesto en la sección del «mejor cómico de toda la
historia argentina» con un 10.3%, precedida por Alberto Olmedo.
Junto con la directora cinematográfica María Luisa Bemberg y
la actriz Ana María Campoy, son unas de las pocas personalidades femeninas que
poseen una sala con su nombre. En el Museo Municipal del Cine Pablo C. Ducrós
Hicken, en el barrio porteño de Once, se encuentra una amplia sala con el
nombre Niní Marshall, variada en su contenido. Allí hay afiches, fotografías,
cuadros, pelucas, vestimentas, sombreros, cámaras y elementos cinematográficos
que se usaron alguna vez en las películas protagonizadas por Marshall, así
también como objetos personales de la actriz.
A su vez, desde 2009 una calle de Puerto Madero lleva su
nombre, elegida por votación popular.72 En 2011, en conmemoración a los 15 años
de su deceso, se inauguró en el partido bonaerense de Tigre un teatro con su
nombre, con Norma Aleandro como madrina y más de 600 invitados. Esta sala
cuenta con 870 butacas y una tecnología avanzada; fue declarada de interés
municipal por el intendente Sergio Massa.
Parte de su familia también está dedicada al medio
artístico; de hecho, sus sobrinas nietas son la actriz Antonella Costa y la
fallecida escritora Susana Degoy; su nieto, Carlos Gamallo, actuó en seis
películas.
Sus personajes
Características principales
Como recursos humorísticos, Marshall utilizaba las faltas
ortográficas y gramaticales y ejercía una observación minuciosa de la sociedad
de la época, para luego reflejarlas de forma exagerada en sus personajes que
abarcaban todas las clases sociales. El constante cambio de la «g» por la «j»
en las frases pronunciadas por algunas de sus creaciones fue algo clásico y
común en ellos. Sus personajes eran estereotipos de los habitantes que estaban
radicados en la Argentina desde las primeras décadas del siglo XX, entre ellos
los inmigrantes europeos. Cuando a Marshall se le preguntaba cómo creaba sus
personajes, respondía que era cuestión de observar y oír.
Catalina «Catita»
Pizzafrola Langanuzzo: de origen italiano, era una chismosa impenitente. Su
atuendo clásico incluía ruleros y nunca veía nada bueno en la gente que estaba
presente con ella.
Cándida Loureiro
Raballada: humilde y exagerada, era de origen español. Se desempeñaba como
empleada doméstica y siempre defendía la moral, relacionándose con la
solidaridad y la justicia.
Doña Pola: una
simpática anciana judía. Era dueña de la tienda «Los 3 hemisferios» y
aprovechaba cualquier ocasión para hacerle publicidad a su local.
Mónica Bedoya
Hueyo de Picos Pardos Sunsuet Crostón: representa a la mujer llena de modismos,
costumbres aristocráticas y de buenas condiciones económicas que residen en
Barrio Norte o que aspiran a pertenecer a la sociedad de clase alta.
Incorporaba nuevos códigos al habla argentina como «podéme» o «tarúpido» y
expresaba fonemas como por ejemplo «depre» y «porsu».
Belarmina Cueio:
joven provinciana y empleada doméstica de la Niña Jovita. Algo mentirosa, torpe
y a menudo reprendida por su jefa, que en ocasiones la castigaba físicamente.
Las obligaciones de la vivienda y el cuidado de su loro conformaban su
ocupación. De este personaje, Marshall decía: «surgió en mi mente en los años
en que estuve viviendo en el interior».
La Niña Jovita:
acompañada de su loro Romeo, mantuvo siempre su deseo de asociarse con un
caballero que enamore «su corazón ingenuo de dama antigua». Según la propia
Marshall, surgió de la observación de las amigas solteronas de su tía.
Gladys Minerva
Pedantoni: era la alumna más estudiosa de la clase. Desenfadada y vanidosa,
obsequiaba regalos a sus maestras y era el centro de las bromas de sus
compañeros.
Doña Caterina
Gambastorta de Langanuzzo: abuela de Catita, viuda cuatro veces. A pesar de
tener 90 años y haber permanecido mucho tiempo en Argentina, conservaba su
acento italiano.
Don Cosme: un
italiano de voz ronca, papel que abandonó pronto por consejo de su
fonoaudiólogo.
Lupe: una joven
mexicana sufrida y enamorada de su esposo Margarito, ebrio y haragán que la
obligaba a trabajar.
La Bella Loli:
actriz de varieté pasada de moda.
Giovannina
Regadiera: recreación de una soprano italiana.
Fruelain Frida:
una alemana dueña de un perro de raza dachshund.
Mingo: hermano
travieso de Catita.
Miss Mc Adam:
también llamada Bárbara Mc Adam, fue una refinada señora inglesa considerada
una lady que visitaba México con vestidos y sombreros extravagantes. Fue muy
popular su frase: «¡Beatiful!».
La Loli: una
cupletista española excedida de peso.
Inspiración
Se destacó creando personajes que retrataron la
idiosincrasia argentina y los arquetipos de la inmigración proveniente de
España (la gallega Cándida), Italia (Catita o Catalina Pizzafrola Langanuzzo) o
del este europeo (Doña Pola).76 Además creó a Mingo (el hermano de Catita), la
eterna solterona Niña Jovita, Doña Caterina, Gladys Minerva Pedantoni,
Sabelotodo, Don Cosme, Loli, la mucama Belarmina, la aristocrática Mónica
Bedoya Hueyo de Picos Pardo Sunsuet Crostón, entre otros.77 69 En México diseñó
personajes como Miss Bárbara Mc Adam, producto de su atención a los turistas
vestidos con colores llamativos y que gastaban su dinero en Acapulco; y a Lupe,
la sufrida mexicana esposa de un borracho empedernido llamado Margarito que la
hacía trabajar para mantenerlo.
Creo mis
personajes observando a la gente, prestando atención a los pequeños defectos
que pueden causar risa. Yo voy a la peluquería, por ejemplo, y paro la oreja
para ver lo que hablan los clientes. Es increíble lo que pueden decir allí las
mujeres: están en los secadores y como el aparato les tapa las orejas y hace
ruido, deben gritar para escucharse. A gritos cuentan la vida y milagros de
todo el barrio. En general, yo caricaturizo lo que allí se dice, pero a veces
ni me hace falta cargar las tintas, lo mismo en los transportes públicos:
generalmente no viajo en ómnibus porque me reconocen y me miran, y eso me pone
muy nerviosa; pero a veces me pongo los anteojos negros y doy una vuelta para
escuchar a la gente. Parece mentira lo indiscretos que son. Otra fuente muy
jugosa es la placita Vicente López que está enfrente a mi casa; ahí espío a las
mucamitas con sus novios y obtengo expresiones, dichos y situaciones que con
sólo repetirlos causan gracia.
Niní Marshall
Filmografía
Filmografía en Argentina
¡Qué linda es mi
familia! (1980)
Vamos a soñar por
el amor (1971)
La novela de un
joven pobre (1968)
Ya tiene comisario
el pueblo (1967)
Escándalo en la
familia (1967)
Cleopatra era
Cándida (1964)
Catita es una dama
(1956)
Mujeres que bailan
(1949)
Porteña de corazón
(1948)
Navidad de los
pobres (1947)
Buenos Aires canta
(1947)
Una mujer sin
cabeza (1947)
Mosquita muerta
(1946)
Santa Cándida
(1945)
Madame Sans Gene
(1945)
Carmen (1943)
Cándida, la mujer
del año (1943)
La mentirosa
(1942)
Cándida millonaria
(1941)
Orquesta de
señoritas (1941)
Yo quiero ser
bataclana (1941)
Luna de miel en
Río (1940)
Hay que educar a
Niní (1940)
Los celos de Cándida (1940)
Casamiento en
Buenos Aires (1940)
Cándida (1939)
Divorcio en
Montevideo (1939)
Mujeres que
trabajan (1938)
Filmografía en México
Una gallega en La
Habana (1955)
Dios los cría
(1953)
Amor de locura
(1952)
Los enredos de una
Gallega (1951)
Mi campeón (1951)
La alegre casada
(1950)
Una gallega baila
mambo (1950)
Una gallega en
México (1949)
Filmografía en España
Yo no soy la Mata-Hari (1949)
Programas de televisión
El mundo de
Antonio Gasalla (1988)
Juntos (1982)
Mónica y Andrés
(1980)
Y se nos
fue...redepente (1979)
Al estilo de
Mancera (1978)
El humor de Nini
Marshall (1977)
Teatralerías
(1967)
Sábados circulares
(1966-69) (1971-72)
Cosas de mamá y
papá (1964)
Esas cosas de Niní
(1960)
Niní Marshall
(1958)
Philco Music Hall
(1957)
Obras de teatro
¿Quién apagó la
radio? (1981)
Una noche en la
radio (1977) (1981)
El pequeño
Marshall-Luz ilustrado (1976)
Y se nos
fue...redepente! (1973)
Coqueluche (1971)
Recuerdo del viejo
Buenos Aires (1969)
¡Vos que lo tenés,
cuidalo! (1965)
Escándalo en Mar
del Plata (1965)
La señora Barba
Azul (1963)
Buenos Aires de
seda y percal (1963)
Cosas de mamá y
papá (1961)
Pepe volvió con
música (1948)
Carrousel de
estrellas (1948)
Un lío de millones
(1946)
Discografía
Y se nos
fue...redepente! (1986)
Niní Marshall,
para los niños (1961)
Premios, homenajes, distinciones y medallas
Premio Sensación
Radiofónica (1937)79 80
Premio de ACCA a
la «Mejor Intérprete Cómica» (1945)
Premio Cóndor de
Plata a la «Mejor Actriz Cómica» (1946)
Placa de Oro de
ACDADT (1950)
Premio a la «Mejor
Actriz de México» (1951)
Premio ACDADI
(1956)
Premio a la «Mejor
Actriz Cómica del Cine Argentino» (1956)
Medalla de Oro de
ALPI (1959)
Medalla de la
Asociación Israelita de la Argentina (1960)
Premio a la «Mejor
Actriz de Teatro en México» (1961)
Premio Selección
al «Mejor Disco para Niños» (1962)
Circular de Oro
(1965)
Copa de Plata de
Brasil (1966)
Medalla de Oro de
Odia (1966)
Premio Mástil de
Oro (1966)
Declarada «Figura
pionera del cine argentino» por ACCA (1967)
Testimonio de
Honor a la «Mejor Actuación Femenina en Show» (1967)
Premio Leo (1968)
Medalla de Oro
(1968)
Premio 9 de Oro
(1968)
Premio 9 de Oro
(1969)
Premio Karamba
(1971)
Premio Ancla de
Oro (1972)
Premio San Gabriel
(1973)
Premio La Bruja de
Oro (1973)
Premio La Estrella
de Oro (1974)
Premio Gallo Cojo
de Oro (1974)
Premio Bamba
(1974)
Medalla de Oro de
la revista Informe (1975)
Premio Sol de Oro
(1975)
Premio Martín
Fierro (1975)
Premio Palma de
Oro Audiencia (1977)
Premio a la «Mejor
Actuación Femenina en Café-Concert» (1978)
Reconocimiento «A
la artista de todos los tiempos» (1978)
Premio Martín Fierro (1979)
Premio Cruz de Plata Esquiú (1979)
Reconocimiento en el Museo Municipal
del Cine Pablo Ducrós Hicken (1980)
Premio Konex de
Platino (1981)
Distinción
especial de ACCA «por su aporte al cine argentino» (1983)
Distinción
Obelisco de Plata (1983)
Distinción Glorias
de la Cultura Nacional (1984)
Homenaje en el
Teatro Nacional Cervantes (1988)
Homenaje en La
Botica del Tango (1988)
Homenaje en el
festival «La mujer y el cine» (1989)
Declarada
«Ciudadana ilustre de la Ciudad de Buenos Aires» (1989)
Premio Martín
Fierro como reconocimiento a la trayectoria artística (1989)
Premio Santa Clara
de Asís (1990)
Premio Podestá a
la trayectoria artística (1992)
Premio de la
Fundación Elena B. de D`anna (1994)
fuente: WIKIPEDIA.
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fuente: WIKIPEDIA.
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