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29 de septiembre de 1875 – no se conoce fecha de
fallecimiento
Nombre completo: Quijano Mansilla, Pedro
GUITARRISTA, PROFESOR, COMPOSITOR
Es otro de los tantos forjadores del tango absolutamente
olvidado por el transcurso del tiempo. Sólo queda de él, algunas partituras y
algunas breves referencias de otros músicos. Sus obras las firmaba, Pedro M.
Quijano, no sabíamos a que se refería la letra M, hasta que encontramos el dato
de su nombre completo. Desconocemos, la fecha de su fallecimiento y los lugares
donde nació y murió.
Por estas razones, resultan fundamentales los datos
aportados por Domingo Prat en su Diccionario de 1934 (Editions
Orphée-Columbus), en el que se lee:
«En 1887 ingresa en el Conservatorio Nacional, dirigido
entonces por Don Juan Gutiérrez, y estudia el violín, llegando, sin finalizar
su estudio, a dominarlo de forma airosa. Escuchando tocar la guitarra a un
payador, en uno de los rincones típicos del Buenos Aires antiguo, en que se
hacía música y se mantenían grandes reuniones de contrapunto por las tiendas de
comestibles, Quijano experimentó la gran influencia que lo indujo a emprender
el estudio de la guitarra, y lo hizo en forma autodidáctica, valido de los
conocimientos musicales que poseía.
«Su constante asistencia al negocio de Raconi, en las calles
Perú y Garay y a la Berbenita, Belgrano y Saavedra, donde se reunían los más
famosos guitarristas y payadores de aquella época, como Alais, Garcia Tolsa,
Pablo Simeone, Caprino, Emir Absandastek (un turco que interpretaba
admirablemente las cosas criollas), Gabino Gardizábal (el payador que indujo a
Quijano a tocar la guitarra), Gabino Ezeiza, Pablo Vázquez, Nemesio Trejo (gran
periodista, escritor y payador) y muchos otros, le sirvió a Quijano entre las
más provechosas lecciones que tomará; ya que su espíritu, de sana emulación, le
atrajo al estudio y le aguzó la atención hacia los guitarristas de quienes
podía tomar algo.
«Dominando ya su instrumento, Pedro Quijano se dedicó desde
muy joven al profesorado, ocupando las cátedras del Conservatorio de la Capital
durante el período de 1892 - 93 y del Círculo de Obreros, de Flores, dando
también sus clases privadas que lo relacionaron con muy distinguidos hogares
argentinos. Entre sus discípulos pueden citarse: Maria Luraschi, Maria Méndez,
Lola Ocampo, la señorita Espinosa, las hermanas Salgado, el Dr. Alejandro
Zalbarriaga, gobernador de la Pampa, el Dr. Obligado, abogado y dibujante y el
Dr. Rueda, que anteriormente ya había estudiado con Alais, García y G.
Sagreras.
«En calidad de ejecutante, a Quijano sólo se le escuchó en
casas de familia, en rueda íntima; formando parte de rondallas, como la que
perteneció a la Sociedad Los Baturros, sobre todo, por esos rincones que hemos
dicho se formó su base de guitarrista, y por los campamentos revolucionarios de
febrero de 1904, en los cuales Quijano dejó caer música de vidalas en las
largas noches de espera.
«Las obras que ha publicado alcanza el número de 28; pero de
entre ellas sobresalen las que su autor incluye en "Auras Camperas",
algunas de las cuales, como "¡Qué polvo con tanto viento!" (tango),
se han hecho popularísimas al oído de los argentinos; lo mismo decimos de
"El arribeño" (estilo), "Ecos de mi pampa" (estilo),
"La salteña" (zamba) y "Gato correntino", no habiendo,
puede decirse, principiante, y aún buen guitarrista, que no las ejecute o
ejecutase estas dos últimas, en algún tiempo.
«Últimamente, Quijano ha publicado tres obras más, pero
fuerza es decirlo, no tienen el rico sabor que distinguiera a las anteriores
tan preferentemente. La popularidad de Pedro Quijano como compositor, tal vez
se deba en gran parte, al hecho de creérsele muerto, suposición que ha durado
más de veinte años. Sus colegas profesores, en la Argentina, lo hicieron
conocer de los alumnos dándoles a tocar sus obras, cosa que difícilmente harían
si lo supieran vivo; pero de cualquier manera, a corto plazo, la fama de
Quijano se acrecentaría por la sencillez de sus obras, por los motivos ricos y
lo bueno de su composición, que si bien no tiene alto vuelo musical —pretensión
que su autor no tiene— no deja de acusar valores que no escapan dentro de la
modestia de sus producciones.»
Fuentes:
Veniard, Juan María: en “Antología del Tango Rioplatense -
Desde los comienzos hasta 1920.”, Apéndice 4 “Principales autores e
intérpretes”, Instituto Argentino de Estudio Sobre el Tango - Instituto de
Musicología Carlos Vega, Buenos Aires 1980.
Prat, Domingo. Diccionario de Guitarras, Guitarristas y Guitarreros.
Buenos Aires, 1934.
fuente: TODOTANGO.
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