OSIRIS RODRIGUEZ CASTILLO
Ya es la hora:
No puedo,
ni quedarme a tu
lado…
ni llevarte
conmigo.
Sé que más fácil,
para ti, quedarte
-pañuelo en el
umbral atardecido,
monograma de
lágrimas apenas
donde se empañan
el ángulo de tu vidrio-
Es tu oficio
quedarte,
y partir…es mi
oficio.
Desde siempre fue
así.
Tú esperas algo
que alguna vez te
entregará el camino.
Yo…peregrino
coronando lamas
-para ver qué hay
detrás-
y, el peregrino
jamás ha de
quedarse porque quiera.
Algo tiene que
atarlo hasta el olvido
del sueño
imponderable que lo lleva
para saber al
fin, que su destino
era hallar…ese
nombre; esa sonrisa;
ese pequeño
gesto; ese suspiro!
Si fueras tú, yo
sé que si tú fueras,
sobre tu seno
tibio
reclinada la
sien, me quedaría
fatigado y
tranquilo,
consolado y
seguro
…como cuando de
chico.
A un solo gesto
tuyo, olvidaría
que es hora de
partir…y yo no olvido.
Sé muy bien que
es la hora, y que no puedo
ni quedarme a tu
lado
…ni llevarte
conmigo.
Podrías detenerme
si se que fueras
y aquí, por fin,
mi asilo,
asomado a tus
ojos quedaría
como un sauce a
un remanso pensativo…
Pero no puedes,
lumbre.
Pero no puedes
sitio.
Pero no puedes,
techo,
lecho, aguja,
dedal, lámpara, vino,
mujer!
Tu no consigues
detenerme…y
prosigo.
De nuevo me
reclaman
lejanos
horizontes desvalidos…
Porque aprendí
del agua
mi canto y mi
destino,
he de ser como el
agua;
y he de andar mal
herido,
desflechando en
zarzales,
despeñado en
abismos,
dudando entre ser
nube,
lluvia, lágrima,
río…
u hombre; tan
desolado!
hombre; tan
dolorido!
Hombre. Tan sin
respuesta
para el Fin y el
Principio!
Podrías detenerme
si es que fueras…
Y aquí, por fin,
mi asilo,
asomado a tus
ojos quedaría
como un sauce a
un remanso pensativo.
Pero sé que no
puedes…
-Aunque a veces
me digo
que ese pequeño
gesto de ternura
pudiera ser el
sueño que persigo…-
Mujer…
Si yo pudiera
ser como era al
principio…
Entonces,
demoraba los
pasos, sorprendido
por la curva de
un vuelo,
por el canto de un
nido,
por la estrella
de un charco,
por el pulso de
un grillo…
Si hasta una
flor, entonces,
me cerraba el
camino!
Pero ahora….
No puedo.
Me alejo de tus
labios, como un grito.
Me arranco de tu
tierra, como un árbol
y me voy de tus
ojos, y te digo:
-mi juventud
perdóname, no puedo…
ni quedarme...
ni llevarte
conmigo...
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