Uno de nuestros grupos folklóricos emblemáticos.
LA LOPEZ PEREYRA.
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Comentario de Cucho Marquez:
Este tema es algo más que una zamba, pues está considerado como una especie de himno popular salteño. Tanto es así que, a pesar de que en tiempos se atribuyó al santiagueño don Andrés Chazarreta que fue quién la sacó del olvido en 1920; no se tardó en provocar una controversia sobre su autoría, hoy meridianamente clara en la persona del músico y poeta Artidorio Cresseri o Cresceri (los dos son apellidos italianos hoy vigentes). Don Artidorio había nacido en Salta en 1862 o 1872 (según también otras dos versiones existentes), hijo de músicos y profesor de artistas tan importantes como Gustavo Leguizamón. El título original de esta composición fue "CHILENA DEDICADA AL DOCTOR CARLOS LOPEZ PEREYRA". Según cuenta con gracejo Jaime Dávalos -y si no es verdad es algo muy ingenioso- López Pereyra era el juez que tenía que sacar a nuestro autor del "Hotel del Gallo", o sea de la cárcel y a él le dedicó el tema. Cosa que no dudamos que consiguiera Cresceri, con una zamba tan bella como ésta, compuesta al estilo clásico con cuatro estrofas y sin estribillo y que es una de las obras maestras de la música popular de todos los tiempos.
LA LOPEZ PEREYRA - Zamba
Letra y Música: Artidorio Cresceri
Yo quisiera olvidarte; me es imposible, mi bien, mi bien,
Tu imagen me persigue: tuya es mi vida, mi amor también.
Y cuando pensativo yo solo estoy, deliro con la falsía
con que ha pagado tu amor, mi amor.
Tu imagen me persigue: tuya es mi vida, mi amor también.
Y cuando pensativo yo solo estoy, deliro con la falsía
con que ha pagado tu amor, mi amor.
Si yo pudiera tenerte a mi lado todo el día,
de mis ocultos amores, paloma, te contaría.
Pero, es inútil mi anhelo, jamás, jamás.
Vivo sólo para amarte, callado y triste: llorar, llorar.
de mis ocultos amores, paloma, te contaría.
Pero, es inútil mi anhelo, jamás, jamás.
Vivo sólo para amarte, callado y triste: llorar, llorar.
Me han dicho que no me quieres; pero eso no es un motivo.
Me privas de tus mirada, mi alma; sin ella no vivo.
Voy a esconderme a una selva sólo a llorar.
Me privas de tus mirada, mi alma; sin ella no vivo.
Voy a esconderme a una selva sólo a llorar.
Pueda ser que, en mi destierro, tus ojos negros pueda olvidar.
Un día, de mañanita, al cielo azul miré, miré.
Contemplando a las estrellas, a la más bella le pregunté
si era ella la que alumbraba mi amor, mi amor;
para pedir por ella, al Dios piadoso, resignación.
Contemplando a las estrellas, a la más bella le pregunté
si era ella la que alumbraba mi amor, mi amor;
para pedir por ella, al Dios piadoso, resignación.
fuente: folkloredelnorte.com.ar
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