BIOGRAFÍA DE ATAHUALPA YUPANQUI - parte 4 - 1953-1963
por MIGUEL ANGEL GUTIERREZ
publicado en la webb oficial de don Atahualpa Yupanqui
FUNDACION ATAHUALPA YUPANQUI.ORG.AR
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1953-1963
En 1953, de regreso de Europa, concreta la ya mencionada desvinculación del Partido Comunista en una breve nota que, titulada: "Formula una aclaración el artista Atahualpa Yupanqui", publica el diario derechista La Nación y cuyo texto señala: "Con el fin de desvirtuar interpretaciones equívocas, me veo obligado a dejar sentado públicamente mi alejamiento absoluto y definitivo -por propia convicción- del Partido Comunista, desde hace aproximadamente dos años. Que sólo me guía el anhelo de sumarme al engrandecimiento cultural de mi Patria y a la difusión de los motivos musicales folklóricos de la nación".
En su edición del 28 de Julio de 1953, "Nuestra Palabra", Órgano oficial del Partido Comunista en nuestro país denunció que:
"el Partido se enteró que, desde las esferas oficiales, se le hicieron llegar bajo cuerda (A Yupanqui) proposiciones para que renunciase", y que éste, luego, "había realizado gestiones ante altos funcionarios civiles y militares solicitando indulgencia para sus "errores políticos del pasado" y autorización para volver a actuar públicamente".
Agregaban los comunistas entonces: ..."que ese método de golpear y tender la mano se estrella contra la dignidad de los artistas y escritores de vanguardia, fieles al sentido de sus propias vidas, dio resultado con Atahualpa Yupanqui.
Desde entonces y superadas las trabas y prohibiciones a las que había sido sometido por aquel régimen de gobierno retoma sus actuaciones en Buenos Aires. Radio Splendid le ofrece sus micrófonos y su regreso es festejado por el pueblo.
Mientras con Nenette construyen la casa del Cerro Colorado, Yupanqui recorre el país. Andar y andar, pero buscando ya un espacio propio dentro del paisaje para quedar en él.
Aquí demoraremos por unos momentos esta historia para destacar la importancia que tiene la decisión de Atahualpa de elegir un paisaje para construir, con piedras del mismo lugar, un refugio para sus silencios y sus amores.
Caminante empedernido, no es sencillo imaginarlo a Yupanqui como hombre de un solo pago.
Tiene que haber existido un rotundo llamado de la tierra para decidirlo. Y ese llamado debe haber contenido elementos a los que no pudo renunciar el poeta. La piedra, la montaña, el río, bien pueden haber sido los signos que afirmaron al hombre a esa tierra.
Cada uno de ellos posee la fuerza y la sugerencia suficiente como para haber estimulado su espíritu. También el silencio. Ese espacio sonoro intraducible que sólo algunos paisajes pueden contener y proyectar al alma humana.
Además, los seculares testimonios que los primeros habitantes de América dejaron en la piedra.
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