Un día como hoy... 17 de julio.... pero de 1939...nacía
MILVA.
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Milva y “Adiós
muchachos”, un tango de la cárcel
Por Roberto
Selles
No siempre le ha
sido beneficioso al tango su divulgación fronteras afuera. Muchas veces se lo
ha danzado de un modo que nada tiene que ver con nuestra forma de hacerlo.
Otras, se le ha impreso un ritmo extraño y -lo que aquí nos interesa- en no
pocas ocasiones se han cambiado títulos y letras.
Digamos, para dar
unos pocos ejemplos que, en Estados Unidos “El choclo” pasó a titularse “Besos
de fuego” y también, en una versión menos divulgada, “El búho”; “Barrio reo”
fue cambiado por “Envíale algunas rosas”; “Yira yira” por “Marchando”; “La
cumparsita” por “La enmascarada”; “Nostalgias” por “Mi perdido amor”; “Derecho
viejo” por “Desilusionado” y “A media luz” por “Cuando la luz es suave y
débil”, y en otra versión como “Luz de amor”.
El célebre “Adiós
muchachos” en Inglaterra tuvo por lo menos dos títulos: “Te guardaré siempre en
mi corazón” y “Pablo el soñador”. Cuando en su país lo registró Louis Armstrong
para el sello DECCA, el 24 de julio de 1951, como autora de la letra figura
Dorcas Cochran -que además se apropió de la melodía. Y el título original fue
trocado por “I get ideas”, literalmente “Tengo ideas”, pero se aconseja
traducir como “Me acuerdo”, según el sentido del texto.
No obstante,
existió otra versión estadounidense anterior, debida a Carol Raven y publicada
en 1931 por la Edward B. Marks Music Corporation, con título de “Farewell
companions”, es decir “Adios compañeros”. Dicha letra pretendió ser una
traducción del texto de César Vedani. Sin embargo, los versos que realmente
coinciden son muy escasos.
Los que siguen
son los que mas se acercan:
"Adiós,
compañeros de mi vida / de cuando la juventud encendida; / pronto sabrás que
debo marcharme (...) me resigno / ante el mandato del destino inclino mi
cabeza; / mi corazón desesperado no puede resistir más (...) bendíganme en sus
corazones / y sepan que no estaremos separados, / pues donde quiera que esté,
los bendeciré también”.
En Italia,
conserva su título original sin siquiera haber sido traducido. La versión que
pertenece a E. Rondinella, no tiene el más leve rastro de la letra de Vedani.
Un verdadero engendro de corte delictivo.
Milva
Fue grabado por
la cancionista Milva. Por su atención hacia la música de tango hacen que bien
puede llamársela “una tana aporteñada”. Hija de un comerciante de mariscos y
una corista, nació en la localidad de Goro, provincia de Ferrara, el 17 de
julio de 1939, su nombre verdadero es María Ilva Biolcatti. A los 16 años comenzó
a estudiar canto con profesores de importancia.
A los 18 obtuvo
el primer premio en el concurso de “Voces Nuevas”, organizado por la RAI.
Entonces, graba su primer disco y gana el apodo de “La Pantera”, por su entrega
y su tupida cabellera. En 1962 se siente atraída por el tango. Gana el festival
de San Remo con “Tango Italiano”, que no era la traducción de un tema
rioplatense, sino un verdadero tango italiano, ritmo ampliamente transitado por
los músicos y letristas itálicos. Fue nominada la mejor cantante del año.
En 1985, se
presentó en nuestro Teatro Ópera acompañada por Ástor Piazzolla. Era su tercer
viaje a la Argentina, ya lo había hecho en 1966 y 1973. Allí dijo: «Fue en el
73 cuando traté de meterme realmente en el canyengue del tango».
Unida artísticamente
a Piazzolla, ya había realizado cuando ocurrió su última visita, cuarenta
conciertos en Alemania. De allí, pasaron a París para presentarse en “Des
Bouffes du Nord”, a estas se sumaron 15 actuaciones en Italia y otros países.
Dijo Ástor: «Creo que es la cantante que mejor interpretó mis temas».
Milva y Piazzolla
Milva y Piazzolla
(foto de Roberto Masotti)
Grabó dos larga
duración de tango, uno en su país y en su idioma, con la orquesta de Iller
Pattacini. Los tangos nuestros fueron: “La cumparsita”, “A media luz”,
“Bandoneón arrabalero”, “Inspiración”, “Adiós muchachos”, “Duelo criollo”,
“Rodríguez Peña”, “El choclo”, “Poema”, “Adiós pampa mía”, además un tango
alemán: “Cielo”, de Rixner y uno de Estados Unidos: “Tango azul”, de Parish y
Anderson.
El segundo
longplay lo realizó con el acompañamiento del Quinteto Tango Contemporáneo, de
Piazzolla, allí están sus creaciones como “Balada para un loco”, “Balada para
mi muerte”, “Los pájaros perdidos”, “Che, tango, che”. En su repertorio también
figuraban “Za” y “Oblivion”, “Mi Buenos Aires querido” y otros.
La mencionada
letra delictiva de “Adiós muchachos”, de E. Rondinella, es la siguiente:
Adiós muchachos,
ya no soy libre,
nos veremos
dentro de un año o más.
Pero vengan a
verme cuando quieran,
si no tienen
cuentas con la policía.
Adiós, muchachos,
se va la libertad, la cana no espera.
También yo sabré
que significa la prisión,
y de regreso el
nombre cambiaré.
Haremos como
siempre
la fiesta al que
regresa,
brindaremos
juntos
y todo pasará.
Pasar más de un
año en una celda
debe ser un poco
duro,
pero encontraré
fuerzas.
Vendrá gente del
barrio,
algunas personas
amigas,
y así en la celda
el tiempo volará.
Búsquenme un
lindo nombre
para cuando
regrese,
porque otra vez
libre no volveré a ser.
Un texto
insólito. ¿Que pensarían Sanders y Vedani?
fuente: TODOTANGO.
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