Un día como hoy...23 de abril...pero de 1923...nacía
FERNANDO CABARCOS.
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Semblanza de ROBERTO AMENDOLA
publicada en la página webb TODOTANGO
Semblanza de ROBERTO AMENDOLA
publicada en la página webb TODOTANGO
CONTRABAJISTA, COMPOSITOR, DOCENTE
23 de abril de
1923 – 9 de abril de 1978
Nombre completo:
Fernando Horacio Cabarcos
Es muy rica la
historia de los músicos del tango que en el transcurso de su carrera
profesional se acercaron a dos instrumentos en forma sucesiva o en un mismo
tiempo. El violinista Julio De Caro comenzó estudiando el piano, estimulado por
un padre severo y su hermano Francisco —pianista—, comenzó estudiando el violín
por igual razón. Cuando estuvieron en condiciones de decidir por ellos mismos,
aún en la niñez, trocaron sus instrumentos y se inclinaron por los que los
llevaron a la consagración.
En sus primeros
años Pedro Maffia se dedicó al piano y Pedro Laurenz al violín antes de ser los
grandes bandoneonistas que desentrañaron para todos los tiempos el misterio
íntimo del bandoneón.
Emilio Balcarce
ejecutaba con virtuosismo el violín y el bandoneón en forma profesional, como
Ástor Piazzolla y Julián Plaza lo hacían con el bandoneón y el piano.
Podríamos sumar
otros nombres como: Eduardo Arolas, Graciano De Leone, Roberto Di Filippo, Leopoldo
Thompson y muchos otros.
Agreguemos a
estas historias la de Fernando Cabarcos, ejecutante del bandoneón que ya
ingresado al mundo de la orquesta típica como tal, comenzó a estudiar el
contrabajo a instancias de su primo, el gran contrabajista Kicho Díaz, que
también fue su maestro. A partir de entonces el contrabajo fue su único
instrumento y quien lo acompañó durante toda su carrera.
Nació en Gerli,
ciudad del Gran Buenos Aires cercana a la capital, en el seno de una familia en
la que la música moraba permanentemente. Tenía 12 años cuando comenzó a
estudiar el bandoneón, al que dedicó con tesón sus horas de adolescente.
Contaba solamente 15 años cuando viajó a la ciudad de Tres Arroyos, donde
integró por primera vez un conjunto musical. Se trataba de la Orquesta Los
Díaz, formada por sus primos músicos.
Luego se
incorporó a diversas orquestas típicas: la de José Fernández, la Orquesta
Típica Nucifor, la Orquesta Típica Aloy y la de Roberto Pranteda. Además de las
actuaciones locales, emprendió giras por el norte del país.
Luego de pasarse
al contrabajo vuelve a actuar en estas mismas agrupaciones, pero ya en su
carácter de contrabajista. Con la orquesta del guitarrista Diego Centeno debuta
en radio y en el mismo medio actúa con el conjunto del bandoneonista Juan
Carlos Caviello.
Así arribamos al
año 1942, cúspide de la década del cuarenta, cuando cada día ve la luz un tango
que el tiempo hará famoso. También ese año es crucial para Fernando, porque se
incorpora a la orquesta de Alfredo Gobbi, ocupando el puesto que deja su primo
Pepe Díaz. Ya es su consagración definitiva y el comienzo de su triunfal
carrera.
Sucesivamente,
actúa en las orquestas de Juan Carlos Cobián, Orlando Goñi y Alberto Mancione.
También participa en los conjuntos de José Basso y de Francisco Canaro.
En 1945 integra
la orquesta de Francini-Pontier, con quienes mantendrá una prolongada relación
y actúa hasta la disolución del conjunto.
Se vincula en
esta agrupación con el pianista Juan José Paz, con quien crea una base rítmica
que es considerada de las más importantes de esa época. Graban toda la serie de
RCA-Victor (1945-1955). Lucieron y aún perduran las versiones de “Arrabal”, “A
los amigos”, “Boedo”, “Chiqué”, “La beba”, etcétera.
Prosigue su labor
con Armando Pontier en su nueva orquesta. A partir de 1956, con Julio Sosa,
Roberto Florio y más tarde con Oscar Ferrari. Esta unión persiste hasta 1965.
Con Enrique
Alessio forman un dúo de bandoneón y contrabajo y tiempo después actúa con
Ernesto Baffa y Osvaldo Berlingieri. Deja para la posteridad un puñado de
versiones magistralmente ejecutadas. Su condición de solista se aprecia en
tangos como “Inspiración”, “Orgullo criollo”, “NN” y “Adiós Nonino”.
La orquesta
Baffa-Berlingieri requirió su colaboración al igual que la Orquesta Típica
Porteña dirigida por Raúl Garello, que llevó al disco varios temas acompañando
a Roberto Goyeneche.
A esta altura,
Fernando Cabarcos es en Buenos Aires una de las personalidades más reconocidas
y valoradas en el contrabajo. Es solicitado por las grandes agrupaciones y en
la década del setenta forma parte del trío Federico-Berlingieri-Cabarcos.
Leopoldo Federico, además, lo requiere para su orquesta a la que se incorpora y
con ella viaja a Japón en 1976.
Los tríos de
Leopoldo Federico con los pianistas Oscar Britos y luego Orlando Trípodi cuenta
con su participación.
Al margen de su
actividad puramente tanguera Fernando Cabarcos fue primer contrabajo de la
Banda Sinfónica de la Fuerza Aérea desde 1961.
La docencia no
fue ajena a su múltiple quehacer en la música. También en ella confluyeron el
bandoneón y el contrabajo.
Fue además un
compositor destacado. De sus composiciones han trascendido los tangos “Tan solo
por verte”, grabado por Francini-Pontier en inolvidable versión de 1950, con la
voz de Julio Sosa. En 1994, lo llevó al disco Luis Cardei.
También compuso
el tango “Aerotango” que grabaron Armando Pontier (1963), Baffa-Berlingieri
(1969) y la Orquesta Típica El Arranque. Además compuso un vals con Julio Sosa:
“Y no habrá un adiós”.
Hasta aquí la
resumida historia de uno de los grandes contrabajistas que enriquecieron al
tango. Falleció en 1978, pocos días después de grabar con el trío de Leopoldo
Federico un disco para el sello Music Hall, que Leopoldo en su honor tituló
«Homenaje al amigo».
Se fue dejándonos
su obra y la semilla de su talento, en la fértil tierra del virtuosismo de su
hijo, el también contrabajista Horacio Cabarcos.
fuente: TODOTANGO.
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fuente: TODOTANGO.
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