LOS ESCRITOS DE ROLANDO
La Mesa del Café - Folklore
Botica renovada
publicado en la página webb TODOTANGO
Por: rolandomoro 17/09/2013
Estimados
GRACIELA y COCO
Muchos fueron los
años de luchas entre los nativos e inmigrantes, que llegaban a nuestras
tierras con el afán de hacer una gran nación….¡¡Su nueva tierra, su nuevo
hogar!!
En provincias
nuevas, muy jóvenes, los sentimientos se veían mezclados continuamente, pues
compartían el vivir, originarios y aquellos que bajaban de los barcos- no con
afán de luchas y muertes- pues sus armas eran los arados y los hijos.
Suelo expresarme
con mucho cariño hacia mis abuelos inmigrantes, de los cuales solo conocí a dos
(los padres de mi madre), los otros partieron antes de mi nacimiento.
Algún día, dos
hombres y parte de su familia partieron de DAE (Austria), vía Trieste con rumbo
sur, al nuevo y esperanzado mundo. Ya en el barco se juramentaron crear cada
uno una escuela.
Destinados a
Reconquista (Santa Fe), cumplieron a pocos años con su promesa y levantaron en
Avellaneda la primer escuela que hoy es colegio con nivel secundario,
dependiente de la nación y donde aun hoy perdura el aljibe de agua (que
abrieron a fuerza de palas y picos), de donde bebían los educandos.
Luego comenzaría
a poblarse el Chaco y uno de los hermanos, con sus hijos se radicó en esas
tierras.
Éden, uno de los mayores fue mi abuelo, que siguiendo la promesa de
sus mayores, también creó una escuela.
Fui su nieto
mayor, concordante con la edad de su hija menor, con quien la abuela nos crió
como hermanos en el campo del cual nunca quise salir.
En principio los
chicos del monte, hijos de peones, nativos y pobladores perdidos en pena selva.
Concurrían a la casa del abuelo, donde una maestra pagada por el viejo, les
proveía de las primeras nociones de letras hasta que la escuelita estuviese
construida. Con mucho esfuerzo se fue levantando y hoy lleva el número 542 y de
la cual poseo mil anécdotas de infancia.
Cuando se
cumplieron los 25 años de vigencia, con plantel docente completo, su directora
Sra. Elena Saquer, pronunció las labras que compartiré con ustedes y como
memoria a aquel viejo que me daba todos los gustos, por ser su “gurí”, regalo
del cielo, su primer nieto.
Abrazón
LA ESCUELA
PERPETÚA LA FIGURA DE DON EDEN PITTERI
-Para acceder al
escenario en donde tuvo lugar una historia de auténtica grandeza humana, de las
tantas que florecieron en nuestro Chaco en su etapa fundacional, vamos a
regresar a la primera década del siglo y adentrarnos en el entonces bravío
territorio nacional.
-Abandonemos para
ello las rutas pavimentadas de 1979 y afrontemos todas las dificultades de los
senderos y picadas que en 1909 nos llevarán al casco de una estancia situada a
cuatro leguas de la incipiente colonia “El Zapallar”
-Por entonces y
mil kilómetros al sur, Buenos Aires, la orgullosa capital del Plata, estación
terminal de la inmensa riqueza que fluía del vientre ubérrimo de las pampas,
vive los nerviosos preparativos del primer centenario de la Patria cuya
celebración, un año después, la pondrá a consideración y admiración del mundo..
-Pero aquí, en el
Chaco 1909, por entonces la trastienda de la patria, todo está por hacerse.
-Y en sus bosques
y cañadas, en sus abras, todavía se entrecruzan la rubia cabellera del gringo,
con la mirada del indio, tan similar a la pupila vigilante del guazuncho.
-En ese marco, a
cuatro leguas de la colonia El Zapallar, más exactamente en la legua 107-Don
Éden Pitteri-quien lleva en su sangre el osado impulso de la milenaria Italia,
la Italia de la legiones romanas que conquistaron el mundo conocido, entonces
guiados por sus cónsules y generales-Don Éden Pitteri-heredero de ese pasado de
gloria, comienza aquí, en este joven territorio de la joven América, a sentar
las bases de su vida de trabajo.
-Las bases de su
explotación ganadera, más que una realidad, una esperanza de domar a fuerza de
sacrificios, para que abandonase el galope libertario de los sueños.
-Por entonces, la
soledad del monte chaqueño tenía para Don Éden Pitteri, puntos de descanso en
sus vecinos, Lino LESTANI, Julio PERRANDO, Esteban MARTINEZ, con quienes
quebraba el frío silencio de la ausencia de una voz amiga.
-Así pasan los
años, las décadas de trabajo, alegrías, desalientos, terquedad para proseguir,
de dudas y guapeza. Mientras la familia se agranda hacia el ancho territorio de
la ternura, levados de la mano de los hijos y del amor de su esposa.
-También se
ensancha la tierra en la que Don Éden Pitteri, deja su esfuerzo día a día. Ya
en 1930 incursiona en la agricultura y la explotación forestal, dos actividades
que requieren de mayor mano obra.
-Entonces ve cómo
sus campos se pueblan de peones y hacheros, que levantan las paredes de sus
ranchos, siguiendo la filosofía arquitectónica que Dios confió a los horneros.
-Y peones y
hacheros, en los misterios de la luna nueva, en brazos de sus chinas multiplican
el plenilunio de los hijos.
-Es cuando una
centuplicada risa de gurises, hace añicos definitivamente el tenue cristal de
silencio que escuda el monte.
-Y esa risa de
gurises cala hondo en Don Éden…..¿Que será de ellos, caritas, carillas blancas
en que la vida recién empieza a escribir sus caracteres?
-¿Cómo salvar esa
promesa dibujada en cada rostro de niño, en un medio en que todavía no se han
abierto picadas para que pueda levantarse, a la distancia, el horizonte de la
esperanza de una educación mejor?
-Hay que levantar
una escuela, seguro soporte a la esperanza, a la patria del mañana, a los
hombres del mañana, que hoy balbucean toda su picardía bajo la sombreada
arboleda que rodea cada casa.
-Éden Pitteri,
ahora junto a sus hijos, hace suyo el problema, esos gurises caritas sucias
tendrán su escuela, abrirán el vallado de palotes para que transite la
esperanza de una vida mejor.
-Y así comienza a
tomar forma un primer saloncito de 5 por 8 metros, paredes de estantes, piso de
ladrillos, techo de tejas.
-Rustica
carpintería, bajo árboles añosos, proveerá bancos, mesas y hasta coqueto y
“lujoso” pizarrón.
-Fue entonces
cuando Don Éden se apercibió de que junto con la albura de las tizas, faltaban
todos los útiles para la escuelita.
-Y que costaba
para un espíritu como el suyo, desandar quince días de almanaque, para ir y
volver de Resistencia con sus alforjas cargadas del precioso don de tizas,
lápices, borradores, cuadernos y en otra caja….¡¡La bandera Argentina!!. Porque
para él , la educación comenzaba por el amor a la patria, a esa patria que le
había entregado la Juventus de las nuevas tierras.
-Pero la alegría
de la gestación de la nueva escuela, se empañaba por la imposibilidad de contar
con un maestro que luego de adquirir un título, muy preciado por aquellos días,
decidiese ir a ocultarse en la soledad de su apostolado, en un paraje que sólo
surcaba día por medio, el trencito Quijano.
-Fue su dilecto
amigo, don Pedro Hounsfield, quien le llevó su hijo, maestro normal, para que
se hiciese cargo de la escuelita recién nacida y de sus 24 alumnos inscriptos
en la precariedad de un cuaderno.
-Y fue en el mes
de marzo de 1942, que por primera vez se izó la enseña Patria en el mástil de
aquella escuelita, acompañado por el hondo fervor de los pobladores de la zona
y del nervioso vaivén de algunos chicos que estrenaban guardapolvos.
-Pasará
nuevamente el tiempo, con su canción de río que no regresa, las clases de
labores dictadas por Elba, hija mayor de Don Éden, que enseño a tantas niñas,
hoy madres y abuelas, atender a la ropa de los suyos. También la inquietud del
fundador de esa escuela, hija orgullosa del ensimismado rostro de ese Chaco
hostil e indomeñable, que en pleno siglo xx, se resistía aún a abrir sus venas
para que corriera la sangre nueva.
-Pero Don Éden
Pitteri ensanchaba espacio a sus sueños, quizá golpeteado por la centuplicada
risa de esos primeros gurises que le dieron voces al anterior silencio de su
estancia y desea formar un gran establecimiento educacional.
-Así nació la
escuela ( 7 ) de la provincia, con una esperanza inicial de 10 alumnos a un
kilómetro de distancia de su establecimiento, en un predio de dos hectáreas
donadas por Don Éden, y la comisión de trabajo que integraron César Pitteri,
Ignacio Bogado, Blanca Pitteri y la primera maestra Adela Yapur, integrada a la
familia
-El
ininterrumpido camino del tiempo seguirá su curso transformando a la antigua
escuelita número 7, en la hoy 542 con sus 70 alumnos cumpliendo sus Bodas de
Plata.
-De 1909 a 1979
corrieron setenta años, desde que el joven Éden Pitteri quemó las naves de su
espíritu, para hacer fructificar las vírgenes tierras cercanas a la antigua
colonia El Zapallar.
-Hoy ya no se ve
su estampa gringa, recorriendo los senderos del monte o la quietud de las
obras, espoleando los caballos de la naturaleza para hacerla madre de
ganaderías y sembrados.
-Hoy ya no se ve
su estampa gringa, pero tan legítimamente nuestra, desandando picadas tras el
sueño de una escuela en su campo, para que los gurises de peones y hacheros,
andando el tiempo, fuesen padres de médicos, de abogados, de profesionales y
técnicos de la Argentina de hoy.
-Pero hay una
imagen que entre sus hijos, entre quienes lo conocieron y entre nosotros, los
que nos acercamos a su figura en la aproximación que nos brinda su vida, ha
quedado grabada para siempre.
-La del hombre
apacible e inteligente que por sobre el tajo de las sementeras, por sobre el
vapor del ganado antes que despunte el sol, por sobre la oscura herida del quebracho
antes de morir, descubrió para siempre, la sonrisa de un niño en su campo y le
dio el albergue de una escuela para que esa sonrisa tuviese, un mañana mejor.
-DIOS sólo
sabrá…Don ÉDEN PITTERI…porqué la vida del hombre es tan efímera que hoy no lo
podemos contar entre nosotros para festejar las Bodas de Plata de la escuela
542
-Pero estamos
seguros que desandando kilómetros en un trencito Quijano celestial, se apeará
en la estación de nuestro cariño, allá en la legua 107 de la antigua colonia El
Zapallar, para festejar con todos nosotros, los 25 años de SU ESCUELA…..con
mayúsculas SU ESCUELA!!
-Y habrá
seguramente una tiza, de las que trajo en su primer viaje a Resistencia, para
escribir su nombre en el pizarrón de honor del establecimiento.
-Y una bandera
Argentina, hija de la que transportó en una humilde caja para ser izada por
primera vez en su escuela, hoy se elevara al cielo para confundirse con él.
-¿Sabe una cosa
Don Éden? Nosotros, hombres del 79, de carreteras y jets, quisiéramos
confundirnos con su espíritu para abrevar en él, toda su grandeza.
-Porque tenemos
verdadero temor de que caiga la tarde sobre nuestra generación, sin que hayamos
vivido el gozo supremo del sacrificio vital, de la audacia, del amor, sin haber
tenido verdaderamente….un hijo, sin haber plantado un árbol y sin haber creado
una escuela. Quédese con nosotros, hoy más que nunca Don ÉDEN PITTERI, para que
no caiga sobre nosotros el anochecer de una civilización……….
*Elena Saquer*
(Directora escuela 542-1979-)
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