UN TANGO EN LA RADIO
De repente,
mi vieja vino a cantarme
a la cocina.
Tenía la cara colorada
y sonreía.
“No vuelvas al cotorro
que no te quiero ver…”
La vida fue dura para las dos,
pero ella siempre cantaba tangos en la
cocina
y hacía galletas de Quaker.
Mi vieja vino a cantarme
justo hoy,
justo hoy que estoy tan sin mí
justo hoy que la cabeza rebota en las
paredes,
justo hoy que me siento absolutamente
huérfana.
Tenía olor a polvo Coty
y recién se había pintado los labios.
Se encogía de hombros, me miraba,
se reía
y me cantaba tangos.
ALICIA MARQUEZ.
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