LUCIA CARMONA, MARÍA
In memoriam
A mi hermana, la gran poeta María Carmona Zamora, que hace
muy poco tiempo partió para siempre.
En el descubrimiento del poema
Ya la arena se había transformado en tornasol
Y el canto de los gallos en cábalas extrañas…
Todavía podemos encontrar la frescura
en patios de la infancia
vueltos hacia un aljibe eterno
si recorres la sombra del muro
y la traspasas con ojos infinitos,
abiertos para siempre.
Hoy estás presa de todas las fronteras
y han huido poemas por canales angostos
hasta un río profundo, sin sonidos.
Cuando piensas
se desatan los nidos de pájaros ausentes
y el silencio avanza hacia la nada,
cae sobre su propio cuerpo
y no es más que silencio lo que queda.
Cuando quieres recordar
te asalta una marea inexplicable:
tan sólo entrelazados
fragmentos de pasado,
trozos de hoy volviéndote la espalda,
Continúan al sol
los mismos árboles
y el nombre de los pueblos es el mismo
pero te asomas y te pierdes
en el escenario de la batalla..
Tu pensamiento viene y va
con la misma celeridad
de una abeja libando,
de un fantasma cruzando la pradera.
Hay dos geranios
en la vieja maceta,
unos racimos de uva,
un verano sin señas
y te aguardan la tierra y sus hazañas
y el viejo labrador
y la madre dulcísima,
te aguardan
no sé en que empecinado recodo del camino
y tienes
las mismas manos que ya no miras
y la antigua sonrisa que se pierde.
Solamente tus ojos
vacíos
nos siguen desde un rincón del tiempo.
Sin palabras, sin nombre,
ni pasos hacia el mundo.
Te llamas como te llamabas
o es que acaso la muer
ha izado sus banderas
en mitad de tu frente
y aún estás despierta
custodiando el hallazgo??
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