ADOLFO MONDINO.
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Semblanza de HORACIO LORIENTE
publicada en la página webb TODOTANGO
PIANISTA, COMPOSITOR
7 de diciembre de 1895 — 21 de diciembre de 1963
Nombre completo: Adolfo Antonio María Mondito
Uno de los mejores pianistas de tango de su época.
Trasuntaba personalidad, excelente sonido y prolija digitación. Estudió música
desde niño pero su padre deseaba para él otro destino, originándose un disgusto
que motivó su alejamiento del hogar.
Muy amigo de Enrique Delfino, durante la etapa montevideana
del autor de “Milonguita”, que le hacía llegar sus músicas pidiéndole opinión.
En plena adolescencia escribe y edita sus primeros tangos: “Chelín”, que dedica
a sus hermanas Alicia, Tita y Maruja. “A vintén “, “Artículo 211” y
“Machaleño”.
Su carrera artística se inicia en Buenos Aires, reemplazando
como solista a Eduardo Pereyra, registrando actuaciones en Tandil, Santiago del
Estero y Tucumán. Estuvo brevemente en la orquesta de Juan Maglio “Pacho”, en
1921, y posteriormente en el conjunto dirigido por el violinista Eduardo
Bianco, creando en esa etapa los tangos “¡Adiós!” y “La Patricia”.
Retorna a Montevideo y se reconcilia con su padre. Forma
parte del selecto grupo de la Trouppe Ateniense y comienzan a aparecer sus
tangos en los discos. El primero fue “Tus lunares”, que había sido presentado
en el segundo concurso de tangos del disco Nacional en Buenos Aires y
registrado por la orquesta de Francisco Lomuto, sin mayor repercusión, hasta
que surgió un año más tarde un tema, con versos de Víctor Soliño: “Negro”, que
impuso la voz de Rosita Quiroga y mereció entonces las grabaciones de la Típica
Víctor y el famoso dúo de bandoneones Maffia-Laurenz. Este tango todavía
origina derechos por su permanencia en los repertorios europeos.
Adolfo Mondino desempeñaba por entonces distintas
actividades, entre ellas tuvo una casa de música en la calle Sierra 2008 que se
llamó “Casa Azul” y tuvo vigencia hasta que la radiotelefonía desplazó
—transitoriamente— a los discos fonográficos.
Sin ser su mejor tango, no hay duda que el más popular fue
“Maula”. Lo había comenzado en Tandil en 1922 pero su edición se produjo unos años
más tarde, con el agregado de los versos de Víctor Soliño. Fue estrenado en el
Teatro Albéniz, por Pepita Cantero y obtuvo el primer premio en el concurso de
música popular realizado en el Teatro Solís, en el carnaval de 1927, con el
auspicio de la firma Dellazoppa y Morixe, representantes de la Casa Victor en
el Uruguay.
Pocos días antes, sin que trascendiera al público, Mondino
había escrito dos tangos en colaboración con Celedonio Flores. Existen los
respectivos manuscritos de “Figurita marfilina” y “Ya no cantás”, fechada el 24
de enero de 1927.
En 1931, comienza a colaborar con conjuntos carnavalescos.
El primero fue el Quinteto Palán Palán, cuyos componentes eran Carlos García,
Eugenio Giovanelli, Eduardo Depauli y Serafín García. Quedaron en el disco los
seis temas de ese conjunto, todas músicas de Adolfo Mondino: “Lloró el gaucho”,
con letra de Celedonio Flores —dedicado a Enrique Delfino—; “Tus ojos negros”,
canción criolla; “Parisina”, fox trot, “Consuelo”, pasodoble con versos de
Víctor Soliño, y “Amada mía”, fado con letra propia. Complementaba el
repertorio la ranchera “Agarrate Catalina”, con letra de Soliño.
Junto a Ángel M. Laborde como letrista, en los camavales de
1932, saca la patota lírica “Al gran Bonete” y dos años más tarde el quinteto
carnavalesco “Caballeros de la noche”. También la radiotelefonía sirvió para
lucimiento de Mondino y Laborde en un programa que tuvo cinco años
ininterrumpidos de vigencia, llamado Ondas Musicales, nacido en Radio América y
culminando en Radio Rocci, que funcionaba en la frecuencia de CX42.
Al llegar a 1940, Mondino se impone una pausa en sus
creaciones musicales, reanudadas en 1952. En esa etapa se alternan los tangos
con músicas criollas en distintas expresiones.
En el año 1961, tuvimos el privilegio de conocerlo
personalmente, creando, de paso, una amistad que sólo pudo truncar su sentido
deceso. Tenía en su casa un piano vertical, excelente, donde pudimos apreciar
al artista en plenitud, con ese estilo y especial sonido que le sacaba al
instrumento y del que nos ha quedado el recuerdo de su mano izquierda
milonguera y bordonera.
Mondino había nacido en la Ciudad Vieja de Montevideo. Una
rápida mención de sus obras más conocidas se hace necesaria, omitiendo las ya
citadas anteriormente: “Patoteros”, “Milonga”, “En voz baja”, “Engrupido”,
“Pajarito porteño”, en un repertorio que excede las ochenta composiciones.
No sería justo omitir la persona de su esposa, hace unos
años fallecida, que vivió consagrada al ordenamiento, al registro y al estímulo
de la difusión de la obra de Mondino. Una tarea en la que colaboramos,
asombrados y emocionados ante su ejemplar dedicación. Olga Panguzzi de Mondino
no puede quedar fuera de nuestro recuerdo.
Extractado de:
Loriente, Horacio: Ochenta notas de Tango.
Perfiles
Biográficos, Ediciones de La Plaza, Montevideo 1998.
Auspiciado por la Academia
de Tango del Uruguay.
Fuente: TODOTANGO.
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Adolfo Mondino y su relación con Carlos Gardel:
ADOLFO MONDINO
ADOLFO MONDINO
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