sábado, 2 de noviembre de 2013

ENRIQUE MOLINA, POETA

Un día como hoy... 2 de noviembre...pero de 1910...nacía
ENRIQUE MOLINA.
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Enrique Molina, poeta y pintor argentino
(Buenos Aires, 2 de noviembre de 1910 — Íd., 13 de noviembre de 1997).

Biografía
Fue uno de los más destacados cultores del surrealismo en la literatura de la Argentina. Tripulante de barcos mercantes, viajó al Caribe y a Europa y vivió en diversos países de América Latina. En 1952, con el poeta Aldo Pellegrini, fundó en la ciudad de Buenos Aires la revista surrealista "A partir de cero".

Como pintor, manifestación creativa que también ejerció, concibió apariencias en un espacio onírico, pureza y enigma que se relacionan íntimamente con su poesía.

Publicó, además de numerosos libros de poesía, la novela Una sombra en la que sueña Camila O'Gorman, inspirada en la historia de amor del sacerdote católico tucumano Ladislao Gutiérrez, que escandalizó a Buenos Aires en el siglo XIX y tuvo un final trágico.

En 1992 fue distinguido con el Gran Premio Fondo Nacional de las Artes.

"Es considerado hoy como uno de los poetas más importantes de la lengua española. Estudió abogacía, fue tripulante de barcos mercantes y residió en diversos países de América. Identificado con las ideas y los fines del movimiento surrealista fundó en 1952, con Aldo Pellegrini, la revista "A Partir de Cero". Su estilo poético cerebral y en ciertos aspectos surrealista le hacen cercano a sus coetáneos y compatriotas Alberto Girri y Olga Orozco.
Obra
    Las cosas y el delirio, 1941.
    Pasiones terrestres, 1946.
    Costumbres errantes o la redondez de la Tierra, 1951
    Amantes antípodas, 1961
    Fuego libre, 1962
    Las bellasfurias, 1966.
    Monzón Napalm, 1968
    Una sombra donde sueña Camila O'Gorman, 1973
    Los últimos soles, 1980
    El ala de la gaviota, 1985.

fuente: WIKIPEDIA.
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ENRIQUE MOLINA

Reseña biográfica
Poeta argentino nacido en Buenos Aires en 1910.
Su espíritu aventurero lo llevó a vivir una vida intensa como tripulante de barcos mercantes en el Caribe y Europa, experiencia que le sirvió para dotar con un carácter universal su expresión artística tanto en la poesía como en la pintura.
Identificado con las ideas y los fines del movimiento surrealista, fundó en 1952, con Aldo Pellegrini, la revista A partir de cero.
Considerado como uno de los más importantes poetas de Latinoamérica, obtuvo importantes galardones, entre los que merece destacarse el Gran Premio Fondo Nacional de las Artes 1992.
Su obra está contenida en las siguientes publicaciones: 
«Las cosas y el delirio» en 1941, 
«Pasiones terrestres» en 1946,
«Costumbres errantes o la redondez de la tierra» en 1951, «Amantes antípodas» en 1961, 
«Fuego libre» en 1962,«Las bellas furias» en 1966, «Monzón Napalm» en 1968, 
«Los últimos soles» en 1980 
y  «El ala de la gaviota» en 1985.
Falleció en Buenos Aires en 1997.

fuente: 
A MEDIA VOZ.COM
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El lugar del principio - Enrique Molina

La casa está perdida en un jardín
o un jardín esconde en su garganta el hogar que vivimos,
lenguaje elemental, laberinto de piedra,
las ramas de los árboles que abrazan
a ese mundo herido en el costado.
A veces el jardín respira y deja ver
esas paredes que alguna vez fueron de luz.
A veces inventan un mundo sin saber
que no se entra jamás,
que hay que permanecer afuera de la Historia.

La casa está perdida en unos ojos que nunca más veré.
La casa está perdida en esa misma casa.
La casa es una pérdida constante
en cualquier jardín.

La casa es un jardín perdido
en el lugar de la memoria.
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Joven desierto - Enrique Molina 

Cuando llega la noche y solitario torno
a mi grisáceo lecho, como a una madriguera
donde, cual una amante fiel, 
la desesperanza contra mi pecho sube
con guirnaldas de meses calcinados,

lloro, entre mi espléndida y vana anatomía,
como una rama balanceada por un triste viento,
apenas verdadera entre lujuria y olvido
y la luz que desprenden los contornos del día,
cuya fúlgida barca tanto ha costado despedir
una vez más, una vez más, entre los hombres.

Oh, armonía, oh juventud necesaria para el aire!
Solo, entre las sombras que se persiguen como pájaros,
y el son distante del viento en los tejados.
Ya el tiempo es evidente, y en él beben mis venas,
con milenaria sed, a grandes sorbos, sin amparo.


fuente:
A MEDIA VOZ.COM
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