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Semblanza de OSCAR ZUCCHI
publicada en la página webb TODOTANGO
1888 - 28 de noviembre de 1932
BANDONEONISTA, COMPOSITOR, DIRECTOR
Nacido en Italia, musicalmente perteneció a las jóvenes
promociones de la generación de 1895.
Fue uno de los introductores del tango en París. Habían ido
“Los Gobbi” enviados por la casa Gath y Chaves para realizar grabaciones que se
comercializarían en nuestro país. Pronto arribaron Carlos Geroni Flores y
Enrique Saborido como bailarín y, tras estos, era el año 1913, aparece el
primer conjunto orquestal, sólo un trío con pareja de bailarines. Son Celestino
Ferrer (piano), Eduardo Monelos(violín) y Vicente Loduca (bandoneón), sumados a
Casimiro Aín y su compañera Martina.
Para el sello Pathé registraron ese mismo año 29 discos (58
temas,) bajo distintas denominaciones: “Orquesta Típica Loduca”, “Rondalla
Ferrer dirigida por Loduca”, “Orquesta Loduca, Ferrer, Monelos”.
Poco después, Vicente se abre del conjunto para viajar a
Brasil pues tuvo un ofrecimiento para actuar como prestidigitador, otra pasión
suya.
Antes del viaje a Francia, en un reportaje se le preguntó
cuánto tiempo llevaba practicando el bandoneón. Contestó que seis años y que ya
tenía varios tangos compuestos.
Según Horacio Ferrer, en su “Libro del Tango”, consigna una
temprana actuación de Loduca a dúo con el guitarrista de Gardel, Guillermo
Barbieri y enseguida, era el año 1908, trasciende en un trío junto a Samuel
Castriota y Francisco Canaro en el Café Royal de La Boca, Suárez 201, esquina
Necochea.
Canaro, en su libro autobiográfico, relata esta anécdota que
pinta las dificultades que tuvieron los músicos de tango a comienzos del siglo
veinte: «Al salir de madrugada de aquel local, una noche, iba junto a su
compañero y su mujercita española, que había tenido lo suyo con un sujeto con
fama de guapo y además punguista a quien llamaban “El Ñato Campana”. En eso, se
nos aparece revólver en mano exclamando: “—¡Esa mujer es mia!”; a lo que Loduca
contestó mientras sacaba su bufoso “—¡Tuya sería!”; y sonaron dos disparos que
a nadie hirió. Al día siguiente, comprobé mi sobretodo agujereado y chamuscado
a la altura de las piernas».
En 1912, se lo ubica en el Café de los Loros, de Corrientes
y Medrano, llamado así porque eran habitués los conductores del tranvía Lacroze
que vestían uniformes de color verde. Integra un sexteto, con Canaro, Berto,
José Fuster (flautista), Vicente Salerno (guitarra), Rodolfo Duclós
(contrabajo). Poco antes de emprender el viaje, los tres se hallan tocando en
una academia de baile junto a un cuarto integrante, el violinista José Senito.
El viaje tuvo el apoyo económico de Alberto López Buchardo.
El primer lugar donde actuaron en París fue el cabaret
Princesse, de la Rue Fontane nº 6 bis, más adelante, con la llegada de Manuel
Pizarro, se convirtió en el famoso “El Garrón”. Al desatarse la guerra viajaron
a Norteamérica donde permanecieron varios meses viviendo no sólo de la música.
Vicente Loduca en la Jazz Band Miramar
En 1914, registró para el sello Victor quince grabaciones.
Ya de regreso en Buenos Aires, es 1917, llega a nuestro país un técnico de
aquel sello con un equipo grabador portátil, con el que realizaba un periplo
por toda Sudamérica recogiendo la música de cada país. A continuación la
narración de Osvaldo Fresedo (de la charla que con él mantuve) referida a esas
circunstancias: «El técnico sólo conocía a Ferrer y a Loduca, como Ferrer se
quedó en Francia salió a buscar a Loduca, cuando éste se enteró, apareció por
el Royal Pigall, donde estaba tocando. A mí no me conocía, pero sí a Canaro, lo
vio y le dijo “—Mirá, yo tengo un asunto, me vienen a ver de la Victor para
grabar unos discos, ¿no los podría hacer con ustedes?”; ocurre que en ese
momento no tenía orquesta ni nada. Aceptamos.»
«Eramos Canaro y Julio Doutry (violines), José Martínez
(piano), Ruperto Leopoldo Thompson (contrabajo) y yo, ahora con Loduca
(bandoneones).» Grabaron seis temas como orquesta típica Vicente Loduca y con
el agregado en la etiqueta de “dos bandoneones Loduca-Fresedo”, llegan al disco
el resto de ese año y parte de 1918, con 28 títulos más.
¿Una curiosidad? Estando en París, en 1913, grabó su tango
“El argentino”, en solo de bandoneón, convirtiéndose cronológicamente en el
segundo solo de la historia del tango. El primero le corresponde a Juan Maglio.
Ese mismo año, en un reportaje para la revista “Sherlok
Holmes”, le preguntan: «¿Quiénes son los que aquí conocen bien el bandoneón y
su música?». «Muy pocos —responde—. En primer lugar está Santa Cruz que hace
quince años lo practica continuamente en un café de la calle Santa Fe. Es
quizá, el que mejor lo conoce. Berto también lo conoce hace bastante tiempo.»
«¿Y con respecto a su música, se escribe en forma especial?». «No, exactamente
igual que el piano».
Como compositor no dejó una gran producción, y si algunos
títulos fueron exitosos, ello ocurrió en la época que se dieron a conocer.
Ninguno perduró. Salvo, cuando se habla de tangos prostibularios, se nombra
“Sacudime la persiana”, sólo la mención, aunque su conjunto lo registró en
1913. De otras formaciones, solamente Fresedo le grabó el tango “Peligro
oculto”, en 1923.
Extraído del libro “El tango, el bandoneón y sus
intérpretes”. Tomo 2. Editorial Corregidor.
Fuente: TODOTANGO.
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