jueves, 26 de septiembre de 2019

MARIA CRISTINA SORRENTINO, ESCULTURAS


Esculturas

Se recorta la figura
de un ángel caído
cuando las sombras
desdibujan el día.
Citadina alquimia
lo confunde entre el hollín
de cúpulas, balcones y cornisas.
Posado sobre tumbas
la urbe enlutó el sayo.
Custodia nuestros muertos
y cargan culpas las alas quebradas.
Ultrajada su pureza nivea
tal vez
se apiade de nosotros.


María Cristina Sorrentino.



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