Esculturas
Se recorta la figura
de un ángel caído
cuando las sombras
desdibujan el día.
Citadina alquimia
lo confunde entre el hollín
de cúpulas, balcones y cornisas.
Posado sobre tumbas
la urbe enlutó el sayo.
Custodia nuestros muertos
y cargan culpas las alas quebradas.
Ultrajada su pureza nivea
tal
vez
se
apiade de nosotros.
María Cristina Sorrentino.
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