Mar verde montaña
A Alvaro Ernesto Sierra Eljach
Da vueltas en mi
pecho este mar verde montaña. Ya encontrará sus papelitos donde aterrizar.
Sacaré de mi sombrero una cadera que me enseñe a bailar como se baila acá /
como se vive en este verde montaña mar
Ya volará por
este cielo esta poesía / esta montaña verde mar con verano infinito se quedará
en mi por siempre como Alvaro Ernesto, ángel paisa, pisaré este cielo más de
mil veces atravesado por tu verde música.
(I) Mar
Bálsamo cálido
que me cuida del mal del mundo. Bebe de mi este mar de caminos el verso
hamacándome en sus brazos obsecuentes, bucólicamente condescendientes,
interesadamente inspiradores de próximos viajes a mis noches / a mis ráfagas de
humildad / a mis oscuros rincones florecidos por tu ritmo suave.
A vos te hablo
mar / a vos profesional seductor sin esfuerzo alguno / mar de mis recuerdos
lejanos en frías versiones suculentas / oleaginosos sabores necochenses / mar
volado y fuegos a tu amanecer. Hoy sos mar madre que me cuida con algas
termitentes en la almohada
Mar sos la
noche.
(II) Verde
Tu camino paisa
sigo tu camino
piso tu suelo
Vuelo tu paisaje
de almendros
me atraganto con
tu bandeja de pasado servida con patacones de dulce hervor libre canción
arrastrada allá / bien allá. Donde el verde es la prueba de la vida de la
muerte que te cubre de recuerdos en tus hojas, en tus verdes almanaques
asesinos.
Tu camino verde
paisa de los cielos
cactus con
verdes matices / infinitas notas de incoloro lustre / manglar absurdo con calor
agazapado en hamacas atribuladas sacudidas por el viento verde extremadamente
verde en tu ciénaga
te camino verde
y te piso
te sigo
te vuelo
(III) Montaña
Subo pero
también bajo
porque allá está
lo profundo de tu origen
de tu pueblo
está la gota de
rocío congelada por el viento
tu ancestral
legado aborigen
Montaña verde al
mar
catapultada en
una flecha de verdad te hundís en olas de calma
paz trabajada
paso a paso soy tu cerro tu ladera y abismo garrafal.
Montaña de
placer pica y pica la piedra la roca que tal vez fue meteorito / peñón catedral
La sal que me da
de beber de tu cadera montaña verde
bailo a lo lejos
y me quedo para siempre.
Diego Bennett.
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