jueves, 26 de octubre de 2017

GUSTAVO TISOCCO, CORAZON DE NISPERO


Recuerdo en la siesta

trepar la planta de nísperos

y ser el buscador del más dulce oro,

testigo de que había un sol,

redondito y pequeño,

con el que hacíamos la guerra,

la ofrenda a Dios

la corona de la reina.



Éramos con otros niños

como alondras,

habitando aquellas ramas,

aquel jolgorio.



Hoy ya no queda patio,

ni el abuelo podando

escalones y nidos,

tampoco el resplandor de la tarde.



Prisionero de tantas ausencias

lo fui extraviando todo.



Sólo guardo

mi corazón amarillo

                     que me salva.

Gustavo Tisocco.
................................

No hay comentarios:

Publicar un comentario