ALCIDES ROSSI.
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Entrevista al maestro ALCIDES ROSSI
realizada por HERNAN VOLPE
publicada en la página webb TODOTANGO
CONTRABAJISTA
1 de enero de
1927
En su casa del barrio de Bernal, en el sur del Gran Buenos
Aires, la tarde del sábado 28 de febrero de 1998, me recibió el músico y contrabajista
don Alcides Rossi. Mantuvimos una charla que pude grabar y que ahora trataré de
reproducir textualmente:
-Háganos primero por favor una referencia de su infancia y
de su padre, el gran Aniceto Rossi.
«Nací en Bernal en 1927 y tuve las suerte de criarme en una
casa donde eran todos músicos. Mi abuelo y mi tío eran contrabajistas, y mi
padre tocaba el violonchelo. Se respiraba música por todos lados. Eran años
difíciles y entonces mi padre se volcó al contrabajo, porque había más
posibilidades de trabajar. Así consiguió entrar en la orquesta de Roberto
Zerrillo y luego acompañó a Libertad Lamarque.
«Luego, en 1936, conoció a Osvaldo Pugliese; hicieron
algunos trabajos juntos, hasta que, en 1939, formaron la definitiva orquesta y
estuvo allí hasta 1960, año en que se jubiló y dejó la música profesional para
siempre.
«Fue un gran músico, creo que las grabaciones lo demuestran
y contribuyó a crear el estilo junto a Pugliese. Ha sido un innovador, ya que
fue el primer contrabajista en atreverse a tocar una variación a capella, la
cual además fue grabada. Me refiero al tango “Canaro en París”. Una vez
jubilado, no volvió a tocar nunca más y falleció en 1971».
-Se lo relaciona directamente con Pugliese, pero cuéntenos
su trayectoria anterior, ¿cómo llega al tango?
«Yo estudiaba el contrabajo bajo la supervisión de mi tío,
mi abuelo y mi papá. Imagínese que en esa casa se escuchaba música todo el
tiempo y sobre todo tango. Creo que no hubiese podido ser otra cosa. Entonces
cuando ya más o menos tocaba, ingresé a la orquesta de Cristóbal Herreros. Ese
fue mi primer trabajo profesional. Después tuve la suerte de tocar en grandes
orquestas, con destacados maestros directores como Alfredo Gobbi –con quien
grabé muchos tangos-, Florindo Sassone, José Basso, Alberto Morán y Armando
Cupo, Aníbal Troilo y Osvaldo Pugliese. Y también acompañé a Nelly Omar en
Radio El Mundo».
-Y llega Pugliese. ¿Cómo ve hoy, a la distancia, su paso por
la orquesta?
«¡Muy positivo sin dudas! En variados aspectos, por ejemplo
la gira a Japón en 1965, los ensayos en la sala de Callao 11, las sesiones de
grabación, los conciertos y sobre todo el contacto con don Osvaldo y todos los
muchachos, verdaderos amigos dentro y fuera de la orquesta y muy admirados por
mí».
-Siempre se destacó la figura de Osvaldo Ruggiero, ¿por qué?
«Tanto con Pugliese como después en el Sexteto Tango,
Ruggiero daba las formas justas para el estilo. Sus indicaciones eran precisas,
puntuales. Era también un conductor innato, y él dio en gran parte el estilo
del Sexteto. Fue un grande».
-¿Qué le dejó o qué le aportó el contacto con los grandes
directores?
«Siempre traté de asimilar lo que ellos trasmitían. Desde mi
juventud tuve la suerte de relacionarme con estos ilustres hombres: Gobbi,
Troilo, Pugliese, y tantos más. Había solo que quedarse callado y escucharlos.
Ese era el aprendizaje».
-Debe tener miles de anécdotas, nos cuenta una que recuerde
ahora.
«Estaba en la orquesta de Alfredo Gobbi, y tocábamos en
Radio El Mundo. El maestro no pudo ir a la audición porque estaba enfermo, pero
escuchó desde su casa y, al día siguiente, me llamó la atención porque el “sol”
estaba desafinado. Ahí comprendí la grandeza de estos genios, el oído tremendo y
el sentido del estilo que pretendían para sus orquestas».
-A la hora de sentarse a escuchar música, ¿qué le gusta a
Alcides Rossi?
«Me gusta mucho la orquesta de Carlos Di Sarli. También me
gusta Pugliese, Gobbi, a quien admiro profundamente. Y rescato también un
estilo muy difícil de hacer, el de Juan D’Arienzo. Y por supuesto la música
clásica».
-Un hecho singular: el Sexteto Tango.
«Sí, verdaderamente fue importante para el tango en esos
momentos, en esos años complicados para el género. Nosotros tocamos en el
Teatro Colón al poco tiempo de haber comenzado, y el público enseguida
consolidó al conjunto. Después pudimos viajar mucho por Europa y por todo Japón
varias veces, con un éxito sostenido».
-Como final, queremos saber qué amigos le dio el tango.
«Por suerte muchos, y muy buenos. La afinidad mayor la tuve
con Osvaldo Ruggiero, pero no puedo dejar de mencionar a Julián Plaza, Oscar
Herrero, Emilio Balcarce y Armando Cupo».
fuente: TODOTANGO.
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Hemos publicado también una nota sobre el SEXTETO TANGO,
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