UNA MAÑANA DE OCTUBRE
Una mañana de octubre, Carlos bebió el
sol,
comió un fruto maduro
y aprendió una oración extraña.
Descubrió que el silencio
era una mujer de ojos encendidos.
Entonces habló de amor…
y sintió gemir a los animales de su
instinto
y aceptó el alboroto del tiempo,
los puños en deshielo,
el caminar sobre esquirlas,
que todo podía ser
“una vez”,
por un instante,
y que lo que se aleja,
se acerca por otro camino.
Que mayo duele si no es octubre
y que el día lunes suena a cataclismo.
Entonces cruzó la calle, se negó a
reconocer desdichas,
pensó en los ríos del sueño, vertiendo
signos
miró los inmensos ventanales,
donde el sol filtraba sus rayos de
arcilla
y soltó amarras hacia la estación,
buscando el penúltimo tren, sin
importarle
si era mayo, octubre… jueves o
domingo,
porque …soñar
escribe páginas y arma libros.
MILAGROS RODRIGUEZ.
del libro RONDA DE PRETEXTOS
Ediciones El Mono Armado.
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