CONTRATAPA
Tengo
la suficiente edad como para atestiguar que la poesía ha desaparecido de los
lugares que solía frecuentar. Es decir, los medios de comunicación, las
editoriales, las librerías, los entes oficiales, las sociedades que agrupaban a
sus cultores, el corazón de la gente. Ha sido desplazada por un subproducto
industrial: las letras de las canciones populares.
La
culpa es de los mismos poetas que han despreciado a sus lectores con su
intransitable hermetismo, el uso frívolo (sin consecuencias penales) de la
transgresión, la creencia en su mesianismo profético, el uso de la poesía como
una diversión, la trivialidad o la bobada. A esos desvíos se refería Octavio
Paz cuando dijo “es un culto cuyos secretos ritos (…) se celebran en los bordes
de la sociedad.
Acaso
por eso la lectura de este libro me explotó como una granada desde los primeros
versos. Confieso que no esperaba tal estupor. Pero así fue. Me sedujo su
coherencia interior, el aire de familia de sus autoras, como si se tratara de
un solo y largo poema, con rasgos corales, seguramente por haber sido escrito
por mujeres, amigas, contemporáneas, excelentes poetas, con alegrías y dolores
de este tiempo, expresado en un estilo seductor y nacido de una fatalidad
vocacional, profunda, inevitable, que satisface una necesidad elemental del ser
humano: un libro “más cerca de la sangre que de la tinta” (García Lorca).
Por
fin la poesía ha regresado. Está aquí. Sana y salva. Qué bien.
OSCAR
CORBACHO
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libro RONDA DE PRETEXTOS
Ediciones El Mono Armado
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