LOS ESCRITOS DE ROLANDO
La Mesa del Café - Folklore
publicado en la página webb TODOTANGO
-CHAMAMECEANDO-
rolandomoro 22/01/2015
Arrancaron los
festivales en todo el país. Distintos nombres, algunos muy originales, otros
siguen los lineamientos comunes.
Entre los más
destacados debido a la concurrencia de gente, se encuentran los de Jesús María
y el Festival del chamamé Nacional y del MERCOSUR. Nueve jornadas intensas que
se prolongan hasta altas horas de la noche, varias de ellas soportando intensas
tormentas.
Variopintas
jornadas donde se puede apreciar de todo, como en botica. Artistas de
diferentes países que despliegan lo que ellos consideran lo mejor de la música
popular del norte. Conjuntos brasileños, casi tan numerosos con los nacionales,
interpretando el chamamé en su idioma, también en castellano, luciendo
instrumentos y vestiduras de su región. Aquí comienza a despertar nuestra
curiosidad, pues se confunde el atuendo típico del gaucho de las pampas, con el
del paisano de los montes. Ocurre cosa similar con los conjuntos jóvenes de
nuestro país. De golpe suben al escenario artistas de la nueva camada,
vistiendo botas de potro y chiripá al estilo de Juan Moreira. De pronto
sintetizadores eléctricos con corraleras maragatas. Cantantes de chamamé
exhibiendo orgullosos sus rastas caribeñas ¿…....?
Entre la pléyade
de conjuntos, de tanto en tanto se escucha el “verdadero chamamé”, el que ama
el pueblo, allí la gente se desata agradeciendo con Sapucai o bailando aquellas
viejas canciones que mueven su sensibilidad, por sentirlas propias, íntimamente
propias.
Los músicos del
chamamé fueron siempre “orejeros”, sin escuelas de música, ni partituras. Solo
sentimientos pasados de generación en generación por algún familiar o amigo de
la familia. Recientemente se popularizaron las academias y conservatorios de
música, donde los jóvenes se familiarizaron con las partituras e instrumentos
diferentes. Se integraron otros elementos musicales al ritmo del chamamé, como
el piano, el oboe, las flautas, las baterías, etc.
Fenómeno
extraño al sentir del pueblo, pues desde siempre esta música se interpretó con
guitarras y acordeón.
Decía el querido
“gordo” Troilo…. “Yo no soy músico, toco el bandoneón, me imaginan ustedes
tocando la flauta”
Cuanta verdad
llevaban sus palabras. El sentir popular se lleva en la sangre, más allá de la
virtud al tocar un instrumento. Hoy los jóvenes y no tan jóvenes, tocan para
lucirse ante otros músicos, NO ANTE EL PUEBLO, DUEÑO INALIENABLE DE LA MÚSICA.
Miles de pretendidos arreglos sobre la música popular, logran deformarla tanto,
que por momentos no se la identifica después de escucharla durante años y años.
Anoche veía y
escuchaba a “R.Barbosa”, acordeonista admirado durante muchos años. Como no
recordar a sus interpretaciones de “El Toro”, “Levantando Polvareda”, “Estación
tres Cruces”, etc., etc. Interpretaciones de la década del 60-70 del siglo
pasado. Sus patillas simples del sesenta, luego peinado a la gomina a comienzos
del setenta-PERO-siempre hay un pero. Un día Astor Piazzolla lo presenta en
Francia, hoy al volver, ya mayor, notamos que todo le parece poco y que no se
le da valor por aquellas inolvidables interpretaciones.
Imita un pensador
y filósofo Frances, de pelo libre, hablando bajo, distante, solo le falta una
pipa. Interpretó creaciones realizadas en aquel país extranjero-lejos del
verdadero chamamé-y deformó tanto “Alma Guaraní” de Damasio Esquivel que no
sabíamos que estaba tocando, pese a que dicha canción es el pan nuestro de cada
día en todo el noreste.... ¿Cómo se puede cambiar tanto y para mal?
Decía anoche
Raulito (el cariño sigue estando presente), hace diez días me encontraba en
otro continente llevando nuestro chamamé al mundo-Raulito- hace diez días te
encontrabas participando de otro festival en Puerto Tirol y Fontana, aquí en el
Chaco, diciendo lo mismo. Sos un dotado, muy dotado con el acordeón, pero
afloja un poquito chamigo que nos conocemos desde siempre.
En el Paraguay el
chamamé no es música del pueblo, ellos tienen excelentes ritmos y canciones,
como la Polca, la Guarania y el Chotís. El sur de Brasil toca mayoritariamente
chamamé y son miles, Venezuela, Perú, Ecuador, Uruguay, etc., menos que los
anteriores, por ello se justifica que en determinas ocasiones no interpreten
cabalmente lo que el pueblo del noreste ama y debemos entenderlo.
De allí a que
NUESTROS jóvenes abusen de arreglos o improvisaciones de mal gusto, adocenadas,
no se justifica. Alejarse del sentir popular por el mero hecho que alguien se
pueda confundir al decir, este pendejo la rompe con el instrumento, es un error
que pagaran inexorablemente con el olvido popular.
En cada colonia,
paraje o pueblito del noreste, siempre habrá músicos ligados indisolublemente a
lo que el público pide y aplaude…¡¡Ellos son y serán Nuestros Chamameceros!!
eduardo felix 22/01/2015
Me gusta y
aprendo con el comentario de rolandomoro,en un tiempo viví en Chajarí (Entre
Ríos) y nunca me salió bien el Sapucai,recuerdo con alegría y afecto cuando se
reían mis amigos y me decían así no es, entonces ¿cómo es?...,¡¡¡Así...!!!.Un
abrazo.
rolandomoro 22/01/2015
EDUARDO.
Es en vano que
alguien pretenda enseñar a besar, o llorar. Es en vano que se pontifique sobre
la risa o el sentir de un abandono, pues se trata de sentimientos profundos,
íntimos.
Lo mismo ocurre
con el Sapucai, no se aprende y nadie puede enseñarlo, pues brota de lo
profundo expresando lo más recóndito de los sentimientos. Salió de la garganta
de un hachero que en la soledad del monte decía a la inmensidad de su alegría
por vencer al quebracho. Brotó de la garganta de un poriajhú al sentir los
acordes de su música.
El Sapucai no se
aprende, solo se siente y se expresa de esa forma. Será largo o corto de
acuerdo a su alegría o tristeza….¡¡No se aprende, solo se siente y se lo deja
salir!!
eduardo felix 23/01/2015
Una bella
enseñanza,¡¡¡escribite algo GOROSITO!!!
LOS ESCRITOS DE ROLANDO
La Mesa del Café - Folklore
publicado en la página webb TODOTANGO
No hay comentarios:
Publicar un comentario