viernes, 23 de enero de 2015

LOS ESCRITOS DE ROLANDO, CHAMAMECEANDO

LOS ESCRITOS DE ROLANDO
La Mesa del Café - Folklore
publicado en la página webb TODOTANGO

-CHAMAMECEANDO-


rolandomoro  22/01/2015

Arrancaron los festivales en todo el país. Distintos nombres, algunos muy originales, otros siguen los lineamientos comunes.

Entre los más destacados debido a la concurrencia de gente, se encuentran los de Jesús María y el Festival del chamamé Nacional y del MERCOSUR. Nueve jornadas intensas que se prolongan hasta altas horas de la noche, varias de ellas soportando intensas tormentas.
Variopintas jornadas donde se puede apreciar de todo, como en botica. Artistas de diferentes países que despliegan lo que ellos consideran lo mejor de la música popular del norte. Conjuntos brasileños, casi tan numerosos con los nacionales, interpretando el chamamé en su idioma, también en castellano, luciendo instrumentos y vestiduras de su región. Aquí comienza a despertar nuestra curiosidad, pues se confunde el atuendo típico del gaucho de las pampas, con el del paisano de los montes. Ocurre cosa similar con los conjuntos jóvenes de nuestro país. De golpe suben al escenario artistas de la nueva camada, vistiendo botas de potro y chiripá al estilo de Juan Moreira. De pronto sintetizadores eléctricos con corraleras maragatas. Cantantes de chamamé exhibiendo orgullosos sus rastas caribeñas ¿…....?
Entre la pléyade de conjuntos, de tanto en tanto se escucha el “verdadero chamamé”, el que ama el pueblo, allí la gente se desata agradeciendo con Sapucai o bailando aquellas viejas canciones que mueven su sensibilidad, por sentirlas propias, íntimamente propias.

Los músicos del chamamé fueron siempre “orejeros”, sin escuelas de música, ni partituras. Solo sentimientos pasados de generación en generación por algún familiar o amigo de la familia. Recientemente se popularizaron las academias y conservatorios de música, donde los jóvenes se familiarizaron con las partituras e instrumentos diferentes. Se integraron otros elementos musicales al ritmo del chamamé, como el piano, el oboe, las flautas, las baterías, etc.
Fenómeno extraño al sentir del pueblo, pues desde siempre esta música se interpretó con guitarras y acordeón.
Decía el querido “gordo” Troilo…. “Yo no soy músico, toco el bandoneón, me imaginan ustedes tocando la flauta”

Cuanta verdad llevaban sus palabras. El sentir popular se lleva en la sangre, más allá de la virtud al tocar un instrumento. Hoy los jóvenes y no tan jóvenes, tocan para lucirse ante otros músicos, NO ANTE EL PUEBLO, DUEÑO INALIENABLE DE LA MÚSICA. Miles de pretendidos arreglos sobre la música popular, logran deformarla tanto, que por momentos no se la identifica después de escucharla durante años y años.
Anoche veía y escuchaba a “R.Barbosa”, acordeonista admirado durante muchos años. Como no recordar a sus interpretaciones de “El Toro”, “Levantando Polvareda”, “Estación tres Cruces”, etc., etc. Interpretaciones de la década del 60-70 del siglo pasado. Sus patillas simples del sesenta, luego peinado a la gomina a comienzos del setenta-PERO-siempre hay un pero. Un día Astor Piazzolla lo presenta en Francia, hoy al volver, ya mayor, notamos que todo le parece poco y que no se le da valor por aquellas inolvidables interpretaciones.
Imita un pensador y filósofo Frances, de pelo libre, hablando bajo, distante, solo le falta una pipa. Interpretó creaciones realizadas en aquel país extranjero-lejos del verdadero chamamé-y deformó tanto “Alma Guaraní” de Damasio Esquivel que no sabíamos que estaba tocando, pese a que dicha canción es el pan nuestro de cada día en todo el noreste.... ¿Cómo se puede cambiar tanto y para mal?

Decía anoche Raulito (el cariño sigue estando presente), hace diez días me encontraba en otro continente llevando nuestro chamamé al mundo-Raulito- hace diez días te encontrabas participando de otro festival en Puerto Tirol y Fontana, aquí en el Chaco, diciendo lo mismo. Sos un dotado, muy dotado con el acordeón, pero afloja un poquito chamigo que nos conocemos desde siempre.
En el Paraguay el chamamé no es música del pueblo, ellos tienen excelentes ritmos y canciones, como la Polca, la Guarania y el Chotís. El sur de Brasil toca mayoritariamente chamamé y son miles, Venezuela, Perú, Ecuador, Uruguay, etc., menos que los anteriores, por ello se justifica que en determinas ocasiones no interpreten cabalmente lo que el pueblo del noreste ama y debemos entenderlo.
De allí a que NUESTROS jóvenes abusen de arreglos o improvisaciones de mal gusto, adocenadas, no se justifica. Alejarse del sentir popular por el mero hecho que alguien se pueda confundir al decir, este pendejo la rompe con el instrumento, es un error que pagaran inexorablemente con el olvido popular.

En cada colonia, paraje o pueblito del noreste, siempre habrá músicos ligados indisolublemente a lo que el público pide y aplaude…¡¡Ellos son y serán Nuestros Chamameceros!!





eduardo felix 22/01/2015

Me gusta y aprendo con el comentario de rolandomoro,en un tiempo viví en Chajarí (Entre Ríos) y nunca me salió bien el Sapucai,recuerdo con alegría y afecto cuando se reían mis amigos y me decían así no es, entonces ¿cómo es?...,¡¡¡Así...!!!.Un abrazo.




rolandomoro 22/01/2015

EDUARDO.

Es en vano que alguien pretenda enseñar a besar, o llorar. Es en vano que se pontifique sobre la risa o el sentir de un abandono, pues se trata de sentimientos profundos, íntimos.

Lo mismo ocurre con el Sapucai, no se aprende y nadie puede enseñarlo, pues brota de lo profundo expresando lo más recóndito de los sentimientos. Salió de la garganta de un hachero que en la soledad del monte decía a la inmensidad de su alegría por vencer al quebracho. Brotó de la garganta de un poriajhú al sentir los acordes de su música.

El Sapucai no se aprende, solo se siente y se expresa de esa forma. Será largo o corto de acuerdo a su alegría o tristeza….¡¡No se aprende, solo se siente y se lo deja salir!!
 


eduardo felix  23/01/2015

Una bella enseñanza,¡¡¡escribite algo GOROSITO!!!



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