martes, 31 de marzo de 2015

* CORAZONES....




























bonitos corazones coloridos... otoñales... 
para finalizar el mes de marzo....
cómo pasó tan rápido...!!!!

AY... EL OTOÑO...!!!!


UN DIA COMO HOY...31 DE MARZO

1947
En la Antártida Argentina se inaugura el Destacamento Naval Melchior.

1970
Día Nacional del Agua

1992
Día del Comportamiento Humano
Esta celebración simboliza la jerarquización de los valores espirituales y éticos y el fomento de la armonía en la convivencia entre las personas. Se conmemora en recuerdo de Francisco A. Rizzuto, líder de la solidaridad social. Fundó la Liga Pro Comportamiento Humano, una institución sin fines de lucro, cuyos ideales eran difundir hermandad y el respeto en la sociedad. Rizzuto falleció el 31 de marzo de 1965.

1995
Fallece el poeta Roberto Juarroz. Reunió sus poemas bajo el título común de "Poesía vertical". Su poesía es conceptual y desnuda. Obtuvo el Gran Premio de Honor de la Fundación Argentina para la Poesía y el Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE). Recibió también un premio internacional en Bélgica. Fue miembro de la Academia Argentina de Letras. Nació en Coronel Dorrego (provincia de Buenos Aires) en 1925.


Efemérides Culturales Argentinas.
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Un 31 de Marzo como hoy 
En 1992 murió: Alfredo De Angelis
En 1945 murió: Carmelo Mutarelli
En 1938 nació: Marujita Falero
En 1921 nació: Jorge Garré
En 1917 murió: Victoriano Montes
En 1914 nació: Tita Galatro
Efemérides de TODOTANGO.
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31 DE MARZO
1915 - Nace oficialmente en Barrancas (Salavina–S. del Estero), Sixto Doroteo Palavecino, violinisto, autor, compositor, quichuista, peluquero. 
EFemérides Folklóricas Argentinas
de Juan Carlos Fiorillo.
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Día Nacional del Agua.
-1492 – Los Reyes Católicos firman un edicto expulsando de España a los judíos.
-1493 – Muere en el convento de La Rábida Martín Alonso Pinzón, uno de los marinos españoles partícipes con Colón en el descubrimiento de América.
-1520 Hernando de Magallanes descubre la Bahía y Puerto de San Julián.
-1596 nace en la ciudad de La Haye (Francia) René Descartes.
-1815 – Inauguración en Buenos Aires de la Academia de Jurisprudencia.
-1836 se publica el primer numero de “The Pickwick Papers”, de Charles Dickens.
-1839 – Las fuerzas gubernamentales del general Juan Manuel de Rosas masacran a los sublevados de Berón de Astrada, quien perece en la lucha.
-1843 muere el General Juan José Viamonte.
-1879 Se establece por decreto en Venezuela el bolívar como moneda nacional.
-1881. nacimiento de Anselmo Miguel Nieto, pintor español
-1889 se inaugura la Torre Eiffel.
-1903 Primera explicación de las propiedades del radio por el matrimonio Curie en la Academia de Ciencias de Londres.
-1914 nace Octavio Paz.
-1914 abre Harrod’s en Buenos Aires.
-1915 nace Sixto Palavecino.
-1924 nace Leo Buscaglia.
-1931 Un terremoto devasta Managua, capital de Nicaragua
-1935 nace Richard Chamberlain -1947 se inaugura el Destacamento Naval Melchior en la Antártida.
-1958 – Nikita Kruschev anuncia que la URSS ha decidido poner fin unilateralmente a sus pruebas con armas nucleares.
-1965 Día del Comportamiento Humano Esta celebración simboliza la jerarquización de los valores espirituales y éticos y el fomento de la armonía en la convivencia entre las personas. Se conmemora en recuerdo de Francisco A. Rizzuto, líder de la solidaridad social. Fundó la Liga Pro Comportamiento Humano, una institución sin fines de lucro, cuyos ideales eran difundir hermandad y el respeto en la sociedad. Rizzuto falleció el 31 de marzo de 1965.
-1966 – Finaliza la visita del arzobispo de Canterbury al Papa Pablo VI en Roma.
-1966 – nace el automovilista argentino José Luis Di Palma.
-1967 Jimi Hendrix inicia su tradición de quemar la guitarra.
-1970 Día Nacional del Agua
-1972 – nace el actor argentino Facundo Arana.
-1980 muere James Cleveland “Jesse” Owens.
-1987 – El Papa, Juan Pablo II, llega a Montevideo en su octava visita a Iberoamérica.
-1995 Fallece el poeta Roberto Juarroz.
-2000 – El volcán Usu, en Japón, hace erupción, expulsando rocas candentes, gas y ceniza sobre sus nevadas faldas en la mayor isla del norte del país. Unas 16.000 personas son evacuadas.
-2009 – Muerte de Raúl Alfonsín.
Periodismo.com
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lunes, 30 de marzo de 2015

AY... EL OTOÑO..!!!!

                                                             bonito... muy bonito...!!!!

* CORAZONES...

                               ay.... dibujar y pintar con colores....!!!!!

OMAR VALENTE, MÚSICO

Un 30 de Marzo como hoy

En 1937 nació: Omar Valente
Efemérides de TODOTANGO.
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NACI MILONGA (milonga)

MARIA GARAY y DANIEL CORTES


UN DIA COMO HOY...30 DE MARZO

30 de marzo de1620: Se crea el Obispado de Buenos Aires.

Efemérides Culturales Argentinas.
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Un 30 de Marzo como hoy
En 2013 murió: Héctor Darío

En 1993 murió: Roberto Maida

En 1967 nació: Fabián Bertero
En 1956 murió: Luis Bayón Herrera

En 1937 nació: Omar Valente

En 1920 nació: Raúl Berón
En 1918 nació: Orlando Medina
En 1878 nació: Domingo Lombardi

Efemérides de TODOTANGO.
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nace ANA MARIA PICCHIO, actriz


nace VINCENT VAN VOGH, pintor holandés 
30 de marzo de 2004 – El Gobierno de Tucumán sanciona la ley 7.375, adoptando como Himno Cultural de la Provincia de Tucumán, a la obra musical “Luna tucumana” (zamba), con música y letra de Atahualpa Yupanqui.





30 de marzo de 1943:  Nace en Cerrillos (Salta), Miguel Alfredo Saravia, cantor, autor, compositor. Se inicia en el rock, para luego definirse como folklorista. Autor de “Tierra salteña” y “La cerrilleña”, zambas grabadas por Los Chalchaleros y “De qué me sirve” (bailecito), entre casi 60 temas registrados. Muere a los 46 años.

Efemérides Folklóricas Argentinas
de Juan Carlos Fiorillo.
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1135 – nace Moses Ben Maimon, “Maimónides”, filósofo español.
1620 – el papa Paulo V crea la Diócesis Episcopal de Buenos Aires.
1746 – Nace en la localidad aragonesa de Fuentedetodos el pintor Francisco de Goya.
1793 – nace Juan Manuel de Rosas, gobernante argentino.
1853 – nace Vincent Willem Van Gogh, pintor holandés.
1875 – muere Dalmacio Vélez Sarsfield, estadista argentino, autor del Código Civil.
1932 – Amelia Earhart se convierte en la primera mujer en volar sola cruzando el Atlántico.
1937 – nace Warren Beatty, actor.
1945 – nace Eric Clapton, guitarrista y cantante británico.
1986 – Una mujer sometida en Londres a fecundación “in vitro”, Linda Jacobsen, da a luz quintillizos.
1987 – se remata “Los Girasoles” de Van Gogh por casi 40 millones de dólares.
Periodismo.com
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domingo, 29 de marzo de 2015

AY EL OTOÑO....!!!!!


                                                  qué maravilla el otoño...!!!!!

* CORAZONES....

                torta corazón... con chocolate rallado.... mmmmmmm....

* BARRO QUE TE QUIERO...BARRO, MARWAN TAWAHA

OBRA CERAMICA DE MARWAN TAWAHA CERAMIC ART 

OBRA CERAMICA DE MARWAN TAWAHA CERAMIC ART
tomado de su página facebook para difusión. 

UN DIA COMO HOY...29 DE MARZO

1829
Muere el brigadier general Cornelio Saavedra, que llegó a jefe del Regimiento de Patricios y, el 25 de mayo de 1810, a presidente de la Primera Junta de Gobierno. Sufrió proscripción y cárcel. Nació en el seno de una antigua familia andaluza, en una hacienda próxima a la ciudad de Potosí (Alto Perú, hoy Bolivia) el 15 de septiembre de 1759.

1893
Nace en Monteagudo (provincia de Tucumán) el notable pintor costumbrista Alfredo Gramajo Gutiérrez. Entre sus obras, se destacan: "Un velorio de angelito", "Retablo de Jesús" y los temas y personajes de la Feria de Simoca. Leopoldo Lugones expresó admiración por la obra de este artista, quien murió en Olivos (provincia de Buenos Aires) el 23 de agosto de 1961.



Efemérides Culturales Argentinas.
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Un 29 de Marzo como hoy


En 1995 murió: Fernando Tell

En 1985 murió: Francisco Grillo

En 1916 nació: Floreal Ruiz

En 1903 nació: Nerón Ferrazzano

En 1887 nació: Luis Alberto Fernández
Efemérides de TODOTANGO.
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sábado, 28 de marzo de 2015

* CORAZONES....


                                                
corazones de tela bonitos...!!!!!

AY EL OTOÑO....

                                                             qué hermoso...!!!!!

UN DIA COMO HOY...28 DE MARZO

1887
Nace en Lérida (España) el pintor de tipos populares, de aire primitivista, Miguel Antonio Viladrich. Falleció en Buenos Aires el 5 de julio de 1956.

1985
Fallece en Buenos Aires el poeta, ensayista, pintor, ceramista y traductor Lysandro Z. D. Galtier. Es autor de los libros de poemas "Luz de pampa" y "Penumbra lúcida" y del ensayo "Carlos de Soussens y la bohemia porteña". Publicó en tres tomos "La traducción literaria. Antología del poema traducido". Nació en Pigüé (provincia de Buenos Aires) el 6 de octubre de 1901.

1993
Muere en Buenos Aires el pintor vanguardista Alfredo Hlito, enrolado en el arte-concreto-invención, que postula un arte totalmente creativo, ajeno a la imitación de las formas de la naturaleza. Nació en Buenos Aires en 1923.


Efemérides Culturales Argentinas.
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Un 28 de Marzo como hoy
En 2011 murió: Armando Guerrico


En 2005 murió: Elías Randal

En 1980 nació Mariel Martinez Feliz cumpleaños!!!!
En 1994 murió: Daniel Lomuto

En 1961 nació: Héctor D'Espósito

En 1897 nació: Gerardo Matos Rodríguez
Efemérides de TODOTANGO.
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2013 fallece MANUEL GARCIA FERRÉ, dibujante 
28 DE MARZO

1951 - Nace en Covunco Abajo (Neuquén), Néstor Armando Berbel, fundador de Los Hnos. Berbel. Hijo del poeta Marcelo Berbel, formó dúo con su hermano Hugo, quien luego continuaría haciéndolo con su otra hermana, Marité. Falleció en una trágica decisión en el año 1969, cuando tenía 18 años.

1961 - Nace en Buenos Aires, Rolando Goldman, músico, charanguista. Estudió con Arnoldo Pintos. Pasó por los grupos Inti Sumaj, Huancara y Coquena, entre otros. Fundó Viracocha. Ex secretario general de Sadem. Hizo un dúo con Moguilevsky. Es funcionario cultural.

Efemérides Folklóricas Argentinas.
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1472 – nace Fra Bartolommeo, monje, pintor italiano.
1515 – nace Santa Teresa de Avila, escritora mística, reformadora de la orden de las Carmelitas.
1930 – Constantinopla y Angora cambian sus nombres por Estambul y Ankara.
1936 – Nace Mario Vargas Llosa, escritor peruano.
1939 – Madrid se rinde a las tropas nacionalistas poniendo fin a la República y la guerra civil española.
1941 – muere la escritora Virginia Woolf.
1942 – Muere en prisión Miguel Hernández, poeta español.
1960 – Juan XXIII nombra el primer cardenal africano, el primer cardenal japonés y el primer cardenal filipino.
1969 – Muere Dwight Eisenhower, militar y ex presidente de Estados Unidos.
1995 – Forres Gump arrasa en los Premios oscars.
2004 – Muere Sir Peter Ustinov a los 82 años. El célebre actor, escritor y dramaturgo británico ganó premios Oscar por sus interpretaciones en los filmes “Espartaco” y “Topkapi”.

Periodismo.com
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viernes, 27 de marzo de 2015

* CORAZONES...

        mirá con un bizcochuelo cuadrado y otro redondo.... 
        cómo te hacés una rica torta corazón....!!!!!!

* AY EL OTOÑO...!!!


ABELARDO CASTILLO, LAS PANTERAS Y EL TEMPLO



LAS PANTERAS Y EL TEMPLO
Abelardo Castillo

Y sin embargo sé que algún día tendré un descuido, tropezaré con un mueble o simplemente me temblará la mano y ella abrirá los ojos mirándome aterrada (creyendo acaso que aún sueña, que ese que está ahí junto a la cama, arrodillado y con el hacha en la mano, es un asesino de pesadilla), y entonces me reconocerá, quizá grite, y sé que ya no podré detenerme.

Todo fue diabólicamente extraño. Ocurrió mientras corregía aquella historia del hombre que una noche se acerca sigilosamente a la cama de su mujer dormida, con un hacha en alto (no sé por qué elegí un hacha: ésta aún no estaba allí, llamándome desde la pared con un grito negro, desafiándome a celebrar una vez más la monstruosa ceremonia). Imaginé, de pronto, que el hombre no mataba a la mujer. Se arrepiente, y no mata. El horror consistía, justamente, en eso: él guardará para siempre el secreto de aquel juego; ella dormirá toda su vida junto al hombre que esa noche estuvo a punto de deshacer, a golpes, su luminosa cabeza rubia (por qué rubia y luminosa, por qué no podía dejar de imaginarme el esplendor de su pelo sobre la almohada), y ese secreto intolerable sería la infinita venganza de aquel hombre. La historia, así resuelta, me pareció mucho más bella y perversa que la historia original.

Inútilmente, traté de reescribirla. Como si alguien me hubiese robado las palabras, era incapaz de narrar la sigilosa inmovilidad de la luna en la ventana, el trunco dibujo del hacha ahora detenida en el aire, el pelo de la mujer dormida, los párpados del hombre abiertos en la oscuridad, su odio tumultuoso paralizado de pronto y transformándose en un odio sutil, triunfal, mucho más atroz por cuanto aplacaba, al mismo tiempo, al amor y a la venganza.
Me sentí incapaz, durante días, de hacer algo con aquello. Una tarde, mientras hojeaba por distraerme un libro de cacerías, vi el grabado de una pantera. Las panteras irrumpen en el templo, pensé absurdamente. Más que pensarlo, casi lo oí. Era el comienzo de una frase en alemán que yo había leído hacía muchos años, ya no recordaba quién la había escrito, ni comprendí por qué me llenaba de una salvaje felicidad. Entonces sentí como si una corriente eléctrica me atravesara el cuerpo, una idea, súbita y deslumbrante como un relámpago de locura. No sé en qué momento salí a la calle; sé que esa misma noche yo estaba en este cuarto mirando fascinado el hacha. Después, lentamente la descolgué. No era del todo como yo la había imaginado: se parece más a un hacha de guerra del siglo XIV, es algo así como una pequeña hacha vikinga con tientos en la empañadura y hoja negra. Mi mujer se había reído con ternura al verla, yo nunca me resignaría a abandonar la infancia. El día siguiente fue como cualquier otro. No recuerdo ningún acontecimiento extraño o anormal hasta mucho después. Una noche, al acostarse, mi mujer me miró con preocupación. “Estás cansado”, me dijo, “no te quedes despierto hasta muy tarde.” Respondí que no estaba cansado, dije algo que la hizo sonreír acerca del fuego pálido de su pelo, le besé la frente y me encerré en mi escritorio. Aquélla fue la primera noche que recuerdo haber realizado la ceremonia del hacha. Traté de engañarme, me dije que al descolgarla y cruzar con pasos de ladrón las habitaciones de mi propia casa, sólo quería (es ridículo que lo escriba) experimentar yo mismo las sensaciones (el odio, el terror, la angustia) de un hombre puesto a asesinar a su mujer. Un hombre puesto. La palabra es horriblemente precisa, sólo que ¿puesto por quién? Como mandado por una voluntad ajena y demencial me transformé en el fantasma de una invención mía. Siempre lo temí, por otra parte. De algún modo, siempre supe que ellas acechan y que uno no puede conjurarlas sin castigo, las panteras, que cualquier día entran y profanan los cálices. Desde que mi mano acarició por primera vez el áspero y cálido correaje de su empuñadura, supe que la realidad comenzaba a ceder, que inexorablemente me deslizaba, como por una grieta, a una especie de universo paralelo, al mundo de los zombies que porque alguien los sueña se abandonan una noche al caos y deben descolgar un hacha. El creador organiza un universo. Cuando ese universo se arma contra él, las panteras han entrado en el templo. Todavía soy yo, todavía me aferro a estas palabras que no pueden explicar nada, porque quién es capaz de sospechar siquiera lo que fue aquello, aquel arrastrarse centímetro a centímetro en la oscuridad, casi sin avanzar, oyendo el propio pulso como un tambor sordo en el silencio de la casa, oyendo una respiración sosegada que de pronto se altera por cualquier motivo, oyendo el crujir de las sábanas como un estallido sólo porque ella, mi mujer que duerme y a la que yo arrastrándome me acerco, se ha movido en sueños. Siento entonces todo el ciego espanto, todo el callado pavor que es capaz de soportar un hombre sin perder la razón, sin echarse a dar gritos en la oscuridad. Acabo de escribirlo: todo el miedo de que es capaz un hombre a oscuras, en silencio.

Creí o simulé creer que después de aquel juego disparatado podría terminar mi historia. Esa mañana no me atreví a mirar los ojos de mi mujer y tuve la dulce y paradoja esperanza de haber estado loco la noche anterior. Durante el día no sucedió nada; sin embargo, a medida que pasaban las horas, me fue ganando un temor creciente, vago al principio pero más poderoso a medida que caía la tarde: el miedo a repetir la experiencia. No la repetí aquella noche, ni a la noche siguiente. No la hubiese repetido nunca de no haber dado por casualidad (o acaso la busqué días enteros en mi biblioteca, o acaso quería encontrarla por azar en la página abierta de un libro) con una traducción de aquel oscuro símbolo alemán. Leopardos irrumpen en el templo, leí, y beben hasta vaciar los cántaros de sacrificio: esto se repite siempre, finalmente es posible preverlo y se convierte en parte de la ceremonia.

Hace muchos años de esto, he olvidado cuántos. No me resistí: descolgué casi con alegría el hacha, me arrodillé sobre la alfombra y emprendí, a rastras, la marcha en la oscuridad. Y sin embargo sé que algún día cometeré un descuido, tropezaré con un mueble o simplemente me temblará la mano. Cada noche es mayor el tiempo que me quedo allí hipnotizado por el esplendor de su pelo, de rodillas junto a la cama. Sé que algún día ella abrirá los ojos. Sé que la luna me alumbrará la cara.

Abelardo Castillo
Las panteras y el templo (1976)
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ABELARDO CASTILLO, FERMIN



FERMIN
Abelardo Castillo

Fermín no era mejor que nadie, al contrario, tal vez fuera peor que muchos. No necesitaba estar muy borracho para romperle las costillas a su mujer, y prefería ir a gastarse la plata al quilombo en vez de comprarle alpargatas al chico. Era sucio, pendenciero y analfabeto. Opinaba que no se precisa ir al colegio para aprender a juntar fruta.
Sí, indudablemente Fermín no era una excepción en los montes del francés. Según contaban los juntadores, debía una muer¬te. Había sido en Santa Lucía, en un baile. Al otro le decían el chi¬leno. Fermín, en pedo, le manoseó la mujer, y el chileno cuando quiso echar mano ya tenía medio metro de tripa por el piso. Claro que ésa no era la única historia fea que corría por los montes, varios había con asuntos parecidos. Por eso, cuando para las elecciones vi¬no ese político y gritó ustedes los trabajadores son la esperanza de la patria porque en ustedes todo es puro, auténtico, porque ustedes todavía no están corrompidos, Fermín no pudo reprimir una sonrisita maliciosa. Y no sólo a él le dio risa.
–Ni en las casas me piropean tanto –comentó bajito.
Y era cierto. En su casa también sospechaban que Fermín no era, del todo, un varón ejemplar. Borracho putañero, eso sí le decían. El día menos pensado me lo agarro a mi hijo y no nos ves más el pelo. Eso sí le decían. Eso sí que sonaba auténtico. Pero la Paula no era capaz de irse, por qué se iba a ir, si el Fermín la que¬ría. Además, unos cuantos garrotazos por el lomo y la mujer se calma. Desde que había hablado el político, sin embargo, Fermín no les pegaba, ni a la Paula ni al malandrín de su hijo. Al fin de cuentas, cosas que dijo el hombre no daban risa, sobre todo cuan¬do Cardozo el más chico medio lo provocó y él, de ahí nomás de la tribuna, vea, le dijo, eso no es ser guapo, amigo, seguro que si el francés los grita no hacen la pata ancha. Y que la hombría se les despertaba en casa, con la mujer. Esa parte le había gustado, porque no era del discurso; le había gustado que dijera pata ancha. Y además tenía razón. Claro que en todo no tenía razón. A veces es un desahogo dar vuelta la mesa de una patada, o reventar un plato contra la pared.
El siete y medio también es un desahogo. Porque a Fermín, como a cualquiera, le gustaba el siete y medio. De noche, en el al¬macén del zarateño se armaban lindas tenidas. El tallador era un chinón, clinudo, que imitaba los modales de los compadres pue¬bleros, rápido para la baraja casi tanto como para el chumbo. Una sola vez lo habían visto actuar; el finado Ortega le gritó aquella noche: “¡Dame mi plata! Yo sé que estás acomodado con el francés pero, lo que es a mí, no me volvés a robar.” Y no volvió a robarle. El otro lo mató ahí nomás, en defensa propia: Ortega tenía el cuchillo en la mano cuando se refaló junto a la mesa. El comisario de San Pedro tomó cartas en el asunto, se lo vio conversando con el francés: a partir de esa noche quedó prohibido entrar en la trastien¬da del boliche, con cuchillo.
El político también habló de eso. Según dijo, venía a tener razón el finado Ortega. Claro que el político era del pueblo (veinte kilómetros hasta el monte más cercano) y que en el pueblo uno podía divertirse de otra manera; dos cines, dicen que había.
Sea como sea, de una semana atrás que Fermín andaba pen¬sativo. Y esa tarde, al cobrar, se quedó un rato con la plata en la mano, mirándola. ¿Venís a lo del zarateño?, oyó a la pasada y no supo qué contestar, se le atragantó una especie de gruñido. En el almacén de Ramos Generales había visto un vestido colorado, a lunares grandes. Lindo.
–A que se lo llevo a la Paula –decidió de golpe.
Y entró, y salió con el paquete bajo el brazo, y no compró alpargatas para el chico de casualidad. Iba a pedirlas pero le dio risa. Cha, qué bárbaro, se escuchó decir.
–Ni sé el número –dijo.
Cha que bárbaro, realmente. Ahora, en el camino hacia su casa, arrastrando el paso, mirándose fascinado el dedo que asomaba abajo, en la punta de la zapatilla, Fermín pensaba.
–¿Andas enfermo, Fermín?
–Eh, no. ¿Por?
–Digo. Por el tranco –el otro lo miraba, con intención–. Y como te volvías tan temprano.
Era cierto, gran siete. Desde el otro sábado que le debía un trago al Ramón. Entonces lo convidó al boliche. Y Ramón dijo que sí, después dijo:
–¿Y ese paquete?
–El qué. –Fermín se encogió de hombros y sacó el labio inferior hacia afuera, medio sonriendo. –Nada.
Lo del zarateño estaba lindo. Al fin de cuentas la Paula no lo esperaba hasta mucho más tarde y no era cosa de darle un susto, y una ginebra no le hace mal a nadie, ¿no?
Iban tres vueltas. Entonces Fermín se dio cuenta de que, de este modo, seguía debiendo una copa.
–Ginebra, zarateño, pa mí y pal hombre. Con el dedo índice tocó al hombre en el pecho y, echándose hacia adelante, agregó:
–Porque yo soy de ley, amigo.
La ginebra es áspera. Por eso, después del cuarto trago, la voz de Ramón era un poco más solemne que de costumbre:
–Yo también soy de ley, Fermín… ¡A ver, patrón!: dos ginebras.
–Ta bien, hermano; los dos somos de ley. Pero, la próxi¬ma, yo pago, y quedamos hechos.
–Ta bien.
Fermín tenía los ojos clavados en la cortina de la trastienda; vio en seguida cuando los hermanos Peralta salieron del interior. Eso significaba: dos sitios.
–¿Probamos?
–Probemos…
–Al siete y medio, pago.
La mano del tallador, morena y flaca, con una uña agresiva¬mente larga en el meñique, levantó de la mesa los mugrientos pesos que se apelotonaban junto a los naipes.
Se le achicaron, amarillos, los ojitos a Fermín. Ya hacía rato que el aire estaba caliente bajo la lámpara, espeso de humo y de ginebra. Fermín agachó la cabeza. Después, mirando al morocho por entre las cejas, preguntó, pausadamente:
–¿Qué era lo que decía Ortega? En la mesa hubo como un sacudón.
El chinón, despacito, se abrió la camisa hasta la altura del cinto. Luego, también despacito, comenzó a pasarse un pañuelo por el pecho sudoroso. Junto al ombligo, ingenuamente asomaba la cu¬lata del Smith & Wesson.
–¿Andas con ganas de ir a preguntárselo?
El morocho era filoso. Fermín sintió que la cara le ardía como si le hubieran pegado un tajo. Miró alrededor. Los hombres –Ramón también– rehuyeron sus ojos. A todos los había cache¬teado la fanfarronada del moreno.
–Ta bien –murmuró Fermín–. Ta bien, me vuelvo a casa. Vos, Ramón, ¿venís? No, mejor quédate. Todavía no te robaron todo.
Dio la espalda a la mesa y, arreglándose el pantalón a dos manos, encaró la cortina. Lo paró en seco la voz del morocho:
–¡Che!
Fermín se dio vuelta como tiro, buscando en la cintura el cuchillo que no tenía. Al otro le había aparecido el revólver en la mano. Sonrió:
–Te olvidas de algo –dijo, señalando con el caño hacia un rincón. Fermín se agachó a recoger el paquete de la Paula.
Me han basureao gran puta el político de mierda ese tenía razón somos guapos en las casas nos roban la plata y tamos con¬tentos. Fermín estaba parado en la puerta del prostíbulo.
Llamó de nuevo.
–Che, ¿te crees que nosotras no dormimos? –la voz opaca de doña María precedió a su rostro que, hinchado, asomó detrás de la puerta a medio abrir:
–¿A quién buscas?
–A la pueblera.
–No se puede, ya no atiende. Está acostada.
–Mejor si está acostada…
La mujer frunció la boca, dubitativa; luego, repentinamen¬te desconfiada, preguntó:
–¿Traes plata?
–No.
–¡Ah, no m’hijito! A esta hora y con libreta, no. Fermín puso el pie antes de que la puerta se cerrara:
–Oí… Traigo esto. Si te va apretao, lo cambias mañana. Y le alcanzó el paquete.

Abelardo Castillo
Fermín
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