sábado, 28 de septiembre de 2013

LOS ESCRITOS DE ROLANDO

LOS ESCRITOS DE ROLANDO
Botica renovada casi casi drugstore
La Mesa del Café - Folklore
publicado en la página webb TODOTANGO
 
Por: rolandomoro  22/09/2013


-EL CABALLO DE FROILÁN--


La reunión sería grande pues el tema nacional lo ameritaba. Delegación de Tierra del Fuego y otras del interior provincial, se llevaría a cabo en la Peña Martín Fierro y duraría todo el día debiendo disponerse de comidas a tal efecto.

-¿Y si damos escabeche de patos como entrada?, se escucho de uno de los asistentes a la reunión del grupo. Las mujeres de Puerto Tirol lo prepararían con tiempo suficiente.

-¿Y los patos, de donde los obtendremos?

-Los bajos sub.-meridionales están inundados y hay muchísimos patos.


El reloj de la camioneta indicaba cinco de la mañana cuando ingresamos a la ruta diez (10) desde Haumonia. Dicha ruta atraviesa los bajos para ir a dar en juntura con la ruta siete (7) en La Vicuña, último poblado Chaqueño en el límite con Santa Fe, luego se encuentra Los Amores.

Ambas rutas forman un triángulo perfecto, pasando una por Charadai, la otra desde Haumonia, ambas a su vez, cortadas por el Río Sábalo, que desbordado cortaba la ruta siete en las cabeceras del puente sobre el río, impidiendo la llegada con vehículos desde el sur a la población de “LA SABANA” (Punta rieles y escenario del último malón nativo a poblaciones del Chaco-1.936-).



-Carlos Montero (relato de la Calandria), a cargo del volante, José (Quillo, Aquella vez en el Río), un patero y quien relata en la caja con las escopetas, en jornada esplendente y fructífera.

El día transcurría apacible, con horas que pugnaban por quedase en aquella liquida inmensidad aislados del mundanal ruido; La ruta 10-debido a los desbordes- no era transitada por vehículos hacía tiempo, por lo cual nos sentíamos dueños del entorno.

Sería la 17hs, mientras esperábamos que la pava, que asentada en el rescoldo, nos indique con su tradicional silbido que se encontraba a punto para comenzar el ritual del mate campero. Fue en ese momento que notamos a dos jinetes que se aproximaban desde el norte, a 500 metros del lugar donde nos asentábamos. De pronto aquellas figuras montadas desaparecen dentro de la abigarrada vegetación de las banquinas, para volver a aparecer rato después. Pero esta vez a pié y uno de ellos llevando un inquieto montado por la riendas, la otra figura luego de aparecer en la ruta se desplomó en medio de ella. Intrigado por ese hecho tomo los larga vista para observar mejor la situación. Puedo observar de esa forma a un joven que trataba de sostener a un caballo y otra persona mayor tendida en el camino.



Llegar hasta el lugar fue sólo un momento, para notar a un hombre mayor que con evidente carga emocional, se quejaba de fuertes dolores en la espalda y cintura. El caballo había sufrido un accidente, cayendo el jinete con fuerte golpe al suelo. Botiquín y administrar fármaco tranquilizante y analgésico-antiinflamatorio, para luego de palabras de apoyo y compartir unos camperos mates, el accidentado se fue estabilizando y comenzó a hablar.

-Mi caballo, compañero y manso, seguro metió la pata en hueco de peludo y se lastimó echándome al suelo…. ¿Se podrá salvar?

-Tranquilo Don…. ¿Como se llama usted, de donde es?

-Me llamo Froilán Villanueva, vivo en La Sabana, tengo mi casa grande y mis animalitos. Tengo una hermana en Resistencia que se llama Regina.

-¡Que chico es el mundo y cuantas vueltas pega la vida!

Regina Villanueva era una querida paciente y amiga, quien junto a Raúl (su esposo, jubilado ferroviario), vivía a una cuadra del sanatorio y 150 metros de mi casa particular.



Regina- diabética insulino dependiente-venía casi todos los días a charlar con los profesionales y enfermeras, aparte de sus continuos controles semanales. Regina era muy buena cocinera y como tenía vedado comer determinadas cosas, gozaba cocinando para los demás, todos los sábados luego del mediodía, al terminar la atención a pacientes, llegaba con una bandeja llena de empanadas excelentes que todos festejábamos y esperábamos cuando ello se convirtió en rutina semanal

Luego de un rato, Froilán se pudo sentar en el camino y al no existir fracturas, la estabilidad fue ganado aquella accidentada y aislada reunión.

Bordeando lagunas, esteros y desbordes, más la vieja vía del ferrocarril, La Sabana no quedaría más de cinco kilómetros a campo traviesa. Retomar el camino por Haumónia y Charadai la vuelta implicaría más de 120kms., yendo por La Vicuña y retornando por la siete, unos 28, pero no se podía pasar por el puente del Sábalo…. ¿Como haría para llevar a su casa al accidentado?



Fue el mismo Froilán quien dio la solución. Tengo un buen amigo con campo de este lado del Sábalo que tiene una jardinera, con la cual badea el desborde y busca provista en La Sabana, me gustaría llegar hasta allí, el me pasará a mi casa.

Acomodamos los bolsos y pertenencias en la caja de la camioneta, de tal forma que viaje recostado y medianamente cómodo y arrancamos al corte. Fui charlando con él en la caja y durante los casi 30 kms, en ningún momento cesó de pedir por su caballo.

Al despedirnos en lo de su amigo, ya cerca de su casa donde se encontraría horas después, volvió a reiterar el pedido, el cual más que solicitud fue un ruego….¡¡Doctor, salve mi compañero!!

Nuevamente de regreso al lugar del accidente pude ver por primera vez al caballo. Cabeza baja, resignado, de la pata derecha asomaba un hueso astillado, herida de la cual manaba abundante sangre. Sin ser veterinarios tomamos rápida cuenta que fracturas expuestas en un caballo-como esa- no tienen arreglo. El animal sufre dolores inconcebibles, no se alimenta y mueren de la peor forma. Lo más piadoso que se puede hacer es el sacrificar el animal para evitar el calvario que tenía reservado.

Cumplida la tarea el silencio se apoderó del habitáculo de la camioneta. Sentimientos de traición, por vernos embretados en una situación sin salida posible, frente a aquel ruego de despedida.



Impotencia, desazón, acres sentimientos daban un tinte opaco al día que había sido apacible hasta el momento de notar a los jinetes en el camino. Las luces horadaban resquicios entre el ramazón de cada curva, el silencio solo era taladrado por el golpeteo de la suspensión y cubiertas al enfrentar los pozos de la ruta de tierra. Ansiedad por alejarnos rápidamente de aquel caballo que fue fiel compañero y a quien tuvimos que despenar en acto piadoso, pero definitivo.

La vida cual noria, fue haciendo correr las horas y los días. Dos sábados después y frente a una fuente de empanadas, pude relatar a Regina el episodio que tanto me había lastimado emocionalmente.

-Mi querido hermano…..¡¡Adoración tenía por su caballo!!

Luego de un año calendario-tal vez un poco más-al encarar nuevamente la ruta 10, ahora arreglada y rellenada, mi afán no radicaba en hallar patos en las lagunas de los bajos sub.-meridionales, pugnaban mis ojos por ver aquel lugar del desenlace. Al llegar la mirada buscó los restos del noble animal y …..¡Allí permanecían!



Algo desparramados y blanqueados por el sol del verano, pero se los podía distinguir perfectamente. Tomé del esqueleto varios huesos largos y los cargué en la camioneta, con firme idea del como poder cubrir en parte las añoranzas de su dueño, compañero y amigo.

Con tiempo y amparado por los sentimientos que fueron naciendo en mi mente; todos los fines de semana daba paso a mis manos, para que sobre una hoja de acero de Tandil fuera construyendo una empuñadura de aquellos huesos con retope y pomo de plata.

Al pulir los huesos de caballo toman especial brillantez y belleza. Al estar concluido el trabajo, grabé “FROILÁN” en la hoja, vaina de cuero repujado, donde también figuraba su nombre.

Fue un domingo de tarde cuando amainó el motor de la camioneta frente a su casa, allá en La Sábana.

Me reconoció de forma inmediata pero las palabras trataban de evitar la mención del compañero muerto.

-¿Quiere algo fuerte o unos mates?

-Lo que guste Froilán.



La charla recorrió caminos de inundaciones, secas, patos y animales, Regina y cosas más….¡¡Hasta que!!

-Froilán su caballo en aquel día, bla, bla, bla, bla. Pero traje aquí algo para que nunca vuelva a separarse de él y entregando el cuchillo permanecí viendo sus ojos.

Al rudo y “elemental” hombre de campo, se le nublaron los ojos y besando la empuñadura expresó.

¡¡Mi amigo volvió conmigo y no volveremos a separarnos!!



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Por: rolandomoro  24/09/2013

Suele afirmar el paisanaje a pleno campo…..”Los animales hablan con la mirada”

Y ello es verdad. Todo el cariño, el amor indisoluble que nos brindan, observando bien, lo notaremos en sus miradas. Por eso duele tanto un animal herido o agonizante, tanto, que nunca podemos olvidar determinadas situaciones.



Por: rolandomoro   24/09/2013

GRACIELA.

“Pajarito”, el noble caballo que sufrió tan grandes heridas…… ¡¡Goza de perfecta salud!!

Quiero mucho ese animal, en el cual monté a Nachito en varias oportunidades. Pretendía ir al campo y verlo durante la pasada semana, pero uno propone y la salud dispone, por lo que no fue posible, pero sí tengo noticias através del administrador del campo con quien me comunico de forma continua.

Recuerdo (luego de la sutura), sus ojos se llenaron de miedo al verme nuevamente, tanto lo había hecho sufrir pobre animal…. ¿Cómo explicarle con palabras que esa no había sido mi intención?

Desde aquel primero de agosto, corrió mucha agua por debajo del puente y hoy corre y juega como el que más. Cerró completamente la vía de drenaje que había dejado para evitar colecciones internas por hemorragia y el pelo comenzó a salir nuevamente alrededor de las heridas.

Besos





Por: unicabettyboop   24/09/2013



Querido Rolando, muchas gracias por todas estas historias que nos estás compartiendo, tan generosamente..!!!! respondiendo a mi pedido de los caballos.

Es verdad que los animales nos dan tanto amor...!!!!! y que nos dicen tantas cosas con la mirada...!!!! es una maravilla mirarlos y nada más recibir todo su cariño. Desde que tengo mi gatita, noto eso cada día. Es algo precioso...!!!!! que me llena de felicidad...!!!! La miro y voy aprendiendo porque me dice lo que quiere con su mirada. Es increíble..!!!

Claramente que un animal que sufre, un animal lastimado nos conmueve, nos duele y nos moviliza.

El tener que sacrificar "el caballo de Froilán" habrá sido durísimo, pero es así nada más, los animales mueren como mueren las personas, tenía que morir allí, ese día...

Ahora... qué regalo le hiciste a don “Froilán”...!!!! el cuchillo fue una genialidad..!!! Ir a buscar los huesos, limpiarlos y despacito ir trabajando con las manos, es algo que no se puede explicar con palabras la satisfacción que produce, y mucho más si el resultado es una obra de orfebrería-arte..!!!! y todo el cariño que implica la cuestión emocional de la historia. Precioso..!!!



Más que la muerte, que no tiene remedio, a mí me emociona mucho más cuando logran vivir, cuando pueden pasar una enfermedad y superarla, o en este caso del "caballo Pajarito" que lo pudiste salvar..!!!! eso me emocionó tremendamente, pobre animal, lastimado por un toro, haber pasado por esa herida profunda, la cantidad de sangre que habrá perdido, se podía haber infectado... pero una vez más... DIOS...!!!!! te puso a vos ese día, en ese lugar, con la capacidad de poder ayudarlo por ser médico, y con los antibióticos y elementos para hacer una sutura... es una maravilla..!!! Lo que digo es que no fue casualidad que estabas ahí... y fuiste útil. Si estaba yo... por ejemplo, o cualquiera de nosotros que no hubiera sabido qué hacer....el pobre caballo Pajarito se moría ahí nomás desangrado... así que me conmovió mucho saber que está bien y que corre y juega...!!!! Ya cuando estés bien vos, irás de nuevo y podrás montarlo al Nachito para que haga unos pasos allí. Muy lindo, muchas gracias por contarnos.

ABRAZON.

Graciela.


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