UN CAFE VIRTUAL CON GRACIELA GIORDANO
Cancionista
(5 de septiembre de 1952)
Entrevista de RICARDO GARCIA BLAYA
publicada en la página webb TODOTANGO
Esta muchacha argentina que desde hace muchos años vive en
Madrid, la conocí gracias a mi querido e inolvidable Oscar Himschoot, él me
recomendó su disco que juntos escuchamos en la oficina de la calle Paraná.
Varios años después, a raíz de una gacetilla de alguno de
sus recitales, hicimos un intercambio epistolar electrónico y Graciela me fue
contando su historia, como si estuviéramos tomando un cafecito en la Gran Vía o
en la avenida Santa Fe.
Tapa del CD de Graciela Giordano
Me envió su segundo disco, “La mujer de la noche larga”, que
me pareció muy bueno, tanto por la calidad de sus interpretaciones, como por el
acompañamiento del excelente pianista Marcelo Raigal, y la acertada elección de
los temas.
Su voz aterciopelada y su fraseo delicado, generan un clima
intimista, muy amable y personal, que sumado a su correcta afinación y dicción,
hacen de ella una cantante especial, distinta, que me agrada particularmente.
La versión combinada de “Nostalgias” con “Les feullies
mortes” —letra de Jacques Prévert—, es fantástica.
«Nací en la calle Pavón, en casa de una matrona conforme me
cuenta mi mamá que está a punto de cumplir 90 años. Yo siempre digo que nací en
San Juan y Boedo, porque es más tanguero.
«A los 4 años nos fuimos a vivir al Uruguay, allí comencé a
cantar y bailar. Mi madre, que era una apasionada de la música, intentó cumplir
su sueño formando un conjunto de niños y adolescentes que hacían música,
poesía, bailaban y cantaban, con el que recorrimos todo el país. Se llamó
Luceros Juveniles y tuvimos mucho éxito durante un par de años.
Graciela Giordano y Marcelo Raigal
«Fuimos creciendo y emprendiendo cada uno su propio camino y
por supuesto yo el mío. Con 15 años, comencé a realizar actuaciones como
solista y programas de Radio y televisión, con Cacho de la Cruz y Alejandro
Trotta (canal 4, El Show del Mediodía).
«En 1967, me presenté a un concurso en la prestigiosa Sala
Ateneo, en la calle 18 de Julio, de Montevideo, y el primer día después de
concursar, me llamaron de la dirección para decirme que querían que me quedara
como cantante fija de la sala. Acepté y allí estuve hasta que, en 1970,
regresamos a Buenos Aires. Hasta ese momento cantaba folklore y música pop,
pero debido a la influencia materna empecé a incursionar en el tango (en ese
momento no me gustaba nada). Me sentía muy lejana a esa música y sólo lo hacía
por darle el gusto a mi madre. Y habrá sido por eso que debuté con Los Solistas
de D’Arienzo, en 1974, y con Osvaldo Requena en Mar del Plata.
Graciela Giordano
«Luego de esta breve andadura volví a cantar melódico. En
1975, trabajaba en varios sitios por la zona oeste —Haedo, Ramos Mejía y San
Justo—, pero por problemas sociales y económicos, decidí con 22 años, venir a
probar suerte a España.
«Mi viaje fue en barco, y duró 17 días. Fue entonces, en
esos días de miedo y tristeza, cuando el tango se clavó en mi corazón. Supongo
que fue mi manera de seguir conectada a mi gente, a mi familia y a mi ciudad.
Era una época difícil, por lo que encontrar trabajo fue más complicado de lo
que esperaba. Se sumaba que si no tenías papeles no te contrataban y, para que
te hicieran los papeles te exigían un contrato.
«Hacía pequeñas cosas para ir subsistiendo. He cantado en
alguna fiesta o como invitada en algún pub, resistiendo hasta tener mis
papeles. Los tres primeros años canté en una orquesta en la que el repertorio
eran los “éxitos del momento”. Podían ser rumbas, pasodobles o versiones en
inglés, de diferentes artistas. Toda una experiencia.
Graciela Giordano y Marcelo Raigal
«En el año 1979, nació mi primera hija, y con ella, mi deseo
de dedicarme al tango por completo. Fue como empezar de nuevo. La gente sólo
conocía y pedía los tangos de Carlos Gardel, pero yo quería hacer otra cosa. No
fue sencillo. Pero poco a poco logré hacer un repertorio acorde con mi sentir,
y el público respondió. Se puede decir que mi carrera profesional comenzó en
ese momento.
«Con el tango encontré la manera de decir lo que siento en
cada instante de mi vida. No podría ya hacerlo de otra manera ni con otra
música.
«Estudié aquí canto con Dina Roth y Jorge Uribe, e hice
varios cursos de interpretación con Zulema Kats, Dominic de Fazio (Director del
Actor’s Studio de Los Ángeles), Fernanda Mistral, y por último, dos cursos con Susana
Rinaldi.
«He viajado mucho, estuve en los festivales de tango más
importantes de España y Finlandia. Actualmente, soy feliz porque mi trabajo y
dedicación por el tango es reconocido, y eso me gratifica enormemente.
«Desde hace un par de años, me nombraron vicepresidente de
la Casa Argentina de Madrid y, además de mis conciertos, soy responsable de
casi todos los eventos culturales que realiza la institución».
Aquí llegamos al fin de este café virtual con esta
porteñísima amiga de Madrid, quien en su condición también virtual, tuvo la
generosidad de contarnos su historia. Dado que tengo a mi hijo Martín viviendo
por aquellos lares, no descarto la posibilidad de conocerla personalmente algún
día.
fuente: TODOTANGO.
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