lunes, 23 de septiembre de 2013

FRANCISCO FIORENTINO, FRUTA AMARGA



FRUTA AMARGA

Tango 1944


Música: Hugo Gutiérrez

Letra: Homero Manzi


¡Corazón!

En aquella noche larga

maduró la fruta amarga

de esta enorme soledad.

¡Corazón!

¿En las nubes de qué cielo

la tristeza de tu vuelo

sin consuelo vagará?

Bien lo sé...

¡Aquel frío alucinante

de un instante, me cegó!

Fue en un viento de locura,

sin ternura, sin perdón.

Fue en el grito enronquecido

de un amor enloquecido

de dolor.



Eras la luz de sol

y la canción feliz

y la llovizna gris

en mi ventana.

Eras remanso fiel

y duende soñador

y jazminero en flor

y eras mañana.

Suave murmullo...

Viento de loma...

Cálido arrullo

de la paloma.

Ya no serás jamás

aroma de rosal,

frescor de manantial

en mi destino.

Sólo serás la voz

que me haga recordar

que en un instante atroz

te hice llorar.



¡Ya no estás!

Y el recuerdo es un espejo

que refleja desde lejos

tu tristeza y mi maldad.

¡Ya no estas!

Y tu ausencia que se alarga

tiene gusto a fruta amarga,

a castigo y soledad.

¡Corazón!

Una nube puso un velo

sobre el cielo de los dos.

¡Y una nube solamente

de repente me perdió!

¡Una nube sin sentido,

sin clemencia, sin olvido,

sin perdón!




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