sábado, 14 de septiembre de 2013

-EZEQUIEL MARTINEZ ESTRADA, TEJES

TEJES -

EZEQUIEL MARTINEZ ESTRADA



Tejes. Callamos. Yo leo,

que es mi modo de tejer.

La casa empieza a tener

frialdad de mausoleo.



—Hace frío.

—Sí; hace frío.

—Pon otro poco de leña.

En el cuadro un árbol sueña

y frente a él corre un río.



—Rafael no viene más.

—Ya no viene más Irene.

—¿Y Dora?

—¿Y Pedro?

—¿Y Tomás?

—Ya ninguno de ellos viene.



Además, ¡cuántos se han ido

por éste o aquel sendero!

Otros nacieron, pero

también los hemos perdido.



Transcurren unos minutos

en una quietud tan pura

que el tejido y la lectura

son perfectos y absolutos.



—¿Oyes? Salen de la escuela

los chicos.

—Pues, ¿qué hora es?

Hablan y cantan. Después

sólo queda una estela.



—¿Han llamado?

—Sí, han llamado.

Nadie ha llamado a la puerta.

Está la calle desierta

como un camino olvidado.



El reloj marca una hora

cualquiera en la eternidad.

Esta sí es la soledad.

Nunca la sentí hasta ahora.



—Es tarde.

—Es tarde.

Cerramos

la llave de luz. Salimos.

—Hasta luego.

Y nos dormimos.

Y después despertamos.

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