DE SEGURIDAD ARMADO EN BRASIL
por DPA - 23/07/2013 - 16:43
El estilo del Papa Francisco, considerado "revolucionario" desde sus épocas de arzobispo de Buenos Aires, es el principal desafío que enfrentan hoy los encargados del gran operativo de seguridad desplegado para la visita del Pontífice a Brasil, que comenzó ayer y se extenderá hasta el próximo domingo.
Especialistas en
esquemas de seguridad y analistas coinciden en que el arriesgado episodio
ocurrido el lunes durante su primer contacto con los peregrinos, cuando el
vehículo con el que recorría las calles de Río de Janeiro fue cercado por
fieles que llegaron a tocarlo, fue solo una muestra del reto que enfrentarán
quienes están a cargo de proteger al primer Papa sudamericano.
"El estilo
de Bergoglio pone al Papa Francisco en riesgo en las calles", sintetiza
hoy en un editorial el diario breasileño O Estado de Sao Paulo.
"El plan de
seguridad de la visita probó que no resiste a una amenaza, por cierto,
esperada: el estilo propio del Papa Francisco. Desde su elección personal del
automóvil -un pequeño utilitario Idea, de Fiat-, hasta el itinerario y el
formato del convoy, todo estuvo fuera de las reglas de desplazamiento de jefes
de Estado, en Brasil y en el mundo", asegura la versión periodística.
El tenso episodio
ocurrió poco después de que el Pontífice llegara al país con más católicos del
mundo, donde presidirá la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que comienza hoy
y termina el próximo domingo.
El automóvil que
transportó al Papa Francisco por las avenidas céntricas de la capital
fluminense, sin blindaje, con la ventanilla abierta y rodeado de unos pocos
efectivos en motocicleta y a pie -tal como él mismo exigió-, se equivocó al
parecer de camino, se metió por una avenida en la que había un atasco de
autobuses y fue rodeado por centenares de personas que llegaron a meter las
manos en el interior del vehículo para tocarlo y fotografiarlo de cerca.
Lejos de
atemorizarse, el Papa se mostró sonriente, tocó y saludó a los fieles, e
incluso tomó en brazos a un niño pequeño, lo besó y lo bendijo a pedido de su
madre.
"Este fue un
momento algo difícil, pero fue el momento en que el Papa pudo ver el entusiasmo
de la gente", constató el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.
A raíz del
incidente, se desató en Brasil la polémica sobre quién fue el responsable por
el peligro al que el pontífice quedó expuesto.
Según la alcaldía
carioca y gobierno nacional, el vehículo papal quedó atrapado entre los
autobuses y los fieles por "una serie de factores, en especial, (por)
opciones del propio Vaticano".
"La
retención (del automóvil del papa) ocurrida en la avenida Presidente Vargas
derivó de una serie de factores, en especial, opciones del propio Vaticano
vinculadas a la visibilidad y al contacto con los peregrinos, manifestadas por
el papa", expresaron en un comunicado conjunto la alcaldía de Río y la
Secretaría Extraordinaria de Seguridad para Grandes Eventos del Ministerio de
Justicia.
No obstante, el
"error" en el trayecto del vehículo fue reconocido por el ministro
jefe de la Secretaría General de la Presidencia, Gilberto Carvalho, quien sin
embargo minimizó el hecho al asegurar que el fallo "permitió la
aproximación del papa con las personas".
"El carisma
del papa desestimula la acción de cualquier aventurero", indicó.
El hecho es que
en su primer viaje internacional, Bergoglio impuso su estilo despojado y tuvo,
tal vez con más vigor del que imaginó, su ansiado y defendido contacto con el
pueblo.
Los encargados de seguridad, a su vez, tuvieron una primera impresión de lo que puede esperarse de un pontífice que rompe protocolos, cambia itinerarios, desdeña la "militarización" de la seguridad, e incluso, según relató el portavoz del Vaticano, llegó al aeropuerto de Río instalado en la cabina del avión, haciendo de copiloto.
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