sábado, 1 de junio de 2013

NINÍ MARSHALL, ACTRIZ

Un día como hoy... 1 de junio... pero de 1903... nacía
NINÍ MARSHALL.
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Nini Marshall.jpg
Nombre real    Marina Esther Traveso
Nacimiento      Buenos Aires  1 de junio de 1903
Fallecimiento Buenos Aires  18 de marzo de 1996  (92 años)
Apodo(s) La Dama del Humor, La Chaplin con faldas
Ocupación: Actriz, presentadora de televisión, cantante, escritora, periodista, pintora


Marina Esther Traveso (Buenos Aires, 1 de junio de 1903 – id, 18 de marzo de 1996) fue una actriz, guionista y humorista argentina, conocida con el seudónimo de Niní Marshall.


Inició su carrera como ilustradora en la revista Sintonía en la década de 1930 y, consecutivamente, se desempeñó como cancionista, comentarista —con el seudónimo de Mitzy— y protagonista de programas cómicos en las principales radios locales. Para 1938, había debutado como actriz y guionista en Mujeres que trabajan, dirigida por Manuel Romero.


Su popularidad se acrecentó considerablemente en los años de 1940, protagonizando 37 películas, generalmente interpretando a sus personajes Catita y Cándida. Con Luis César Amadori, filmó las primeras superproducciones de la historia del cine argentino: Carmen y Madame Sans Gêne. Otras de sus películas más destacadas son Hay que educar a Niní, Divorcio en Montevideo y Navidad de los pobres. Tras el golpe de estado de 1943 (conocido también como Revolución del 43) contra el gobierno de la llamada Década Infame, debió exiliarse en México porque, según una de las versiones, el lenguaje utilizado en sus personajes fue considerado por las autoridades «una deformación del idioma»; en 1950 debió trasladarse de nuevo, esta vez por falta de trabajo.5 Diseñó además otros populares personajes basados en los arquetipos de la inmigración, como Doña Pola, Belarmina, Doña Caterina, Niña Jovita o Lupe.3 Utilizó la caricatura como un recurso de la observación y fue una de las figuras del espectáculo más apreciadas de Argentina.


Su retorno al cine luego de la caída del peronismo tuvo lugar en Catita es una dama; a partir de las décadas de 1960 y 1970, intervino en cinco comedias y sus actuaciones televisivas junto a Nicolás Mancera en Sábados Circulares tuvieron mucho éxito, al igual que su representación del café-concert ...Y se nos fue redepente, donde recreó a todos sus personajes. En teatro, por su parte, se destacó en Coqueluche, Buenos Aires de seda y percal y La señora Barba Azul. Su última película, ¡Qué linda es mi familia!, se estrenó en 1980. Apodada «La Dama del Humor» y «La Chaplin con faldas», los últimos años de su vida estuvieron marcados por los reconocimientos. En 1989 fue distinguida como «Ciudadana ilustre de la Ciudad de Buenos Aires», en 1992 recibió el premio Podestá a la trayectoria y en 1995, Marilú Marini, a modo de homenaje, volvió a recrear sus libretos en dos obras teatrales. Falleció a los 92 años en 1996 y, posteriormente, se designó con su nombre a una calle de Puerto Madero y a un teatro de Tigre.

Biografía

Infancia y juventud

La vivienda de la calle Defensa 219, en la que vivió Marshall durante su infancia. Actualmente es sede del Museo de la Ciudad.


Marina Esther Traveso —conocida posteriormente bajo el seudónimo de Niní Marshall— nació el 1 de junio de 1903 en el barrio porteño de Caballito.8 Hija de asturianos, su madre fue María Ángela Pérez y su padre, Pedro Traveso, se desempeñó como ingeniero. Transcurridos dos meses de su nacimiento, su padre murió y dejó cuatro hijos al cuidado de su esposa, ya que otros dos —Genoveva y José— habían fallecido a causa de difteria antes de que naciera Marina.6 9 Tras ocurrir este hecho se trasladaron a una vivienda de la calle Defensa 219, de San Telmo, donde vivió parte de su niñez.9 Fue inscrita a los cuatro años de edad en la Escuela Juan José Paso, donde demostró su interés por la actuación y un año después cantó en el Centro Asturiano.


A los seis años se mudó con su familia a Barrio Norte, donde estudió danzas españolas,3 canto e idiomas como el francés, alemán e inglés. Lideró una pandilla de niños llamada Los Arribeños del Norte, que practicaban teatro en el sótano de la casa de su tío como medio de entretenimiento.6 Luego de realizar sus estudios primarios, cursó en el Liceo Nacional de Señoritas, donde comenzó a diseñar sus personajes imitando a sus profesores para hacer reír a sus compañeros. Marshall, ya adulta, recordaría que tuvo una infancia «feliz» y se caracterizaba por su timidez:


    La timidez me agarraba, por ejemplo, cuando tenía que dar una lección, o ponerme de pie para decirle algo a una maestra o a una profesora. Pero cuando se terminaba la hora de clase era un monigote, como soy ahora, un payaso. No fui muy buena alumna. ¡De verdad que no!

    Niní Marshall


En esta institución se recibió de bachiller años después. Al terminar la secundaria e interrumpiendo sus estudios en filosofía, contrajo matrimonio en 1924 con Felipe Edelmann,6 un ingeniero de origen ruso mucho mayor que ella y educado en Alemania. Con él tuvo a su única hija: Ángeles Edelmann (n. 1926). Marina vivió en la provincia de La Pampa y regresó solamente a Buenos Aires para que naciera su hija, pero al arribar le embargaron la vivienda. Al morir su madre, la relación con su esposo comenzó a tambalear y se separó debido a su ludopatía que lo había llevado a perder todo su dinero.14 Viviendo temporalmente en la casa de su hermana Blanca en Rosario, regresó con su hija a Buenos Aires para instalarse en una pensión y buscar trabajo en los medios gráficos.

Carrera en Argentina

Comienzos en el periodismo y la radio


Gracias al padre de una amiga, se inició en 1933 en la revista La Novela Semanal redactando un artículo para la empresa General Electric.6 15 Luego, continuó en Sintonía (1933-34), una de las revistas más reconocidas de la época a nivel nacional junto con Antena y Maribel. En la sección que tituló «Alfilerazos», tenía a su cargo la redacción de artículos sobre asuntos de actualidad, los cuales frecuentemente estaban escritos con notas humorísticas y críticas, donde utilizó el seudónimo de Mitzy.6 Adquirió rápidamente popularidad por sus noticias humorísticas, trabajo del que comentó:


    Mi especialidad era un poco tomarle el pelo a la gente de la radio. Tenía una página de humor a mi cargo, en la que hacía mis comentarios ilustrados con mis propios monitos, porque también me defiendo dibujando. Iba, miraba, escribía y dibujaba. Ese acercamiento, más las clases de canto que había tomado de chica, me permitieron iniciar mi carrera como cantante.16


Habiendo tomado clases de canto en su niñez, debutó como cantante en 1934 en el ciclo radial La Voz del Aire, durante ocho meses. A su vez, intercalaba en otras emisoras como Radio Cultura, París, Porteña, Nacional, Fénix (donde trabajaba con el seudónimo de Ivonne D‘arcy)17 y principalmente Radio Belgrano,18 donde recitó temas musicales en varios idiomas.


Por su parte, Pipita Cano, que conducía el ciclo El chalet de Pipita por Broadcasting Municipal, le ofreció interpretar a Cándida en su programa después de que hiciera una imitación con libretos propios de Francisca Pérez,12 la empleada de su casa desde 1910.6 El personaje, según la escritora Marily Contreras, era «una mujer ignorante, ingenua y torpe, pero querible, y que produjo entre los oyentes de Niní una enorme cuota de ternura, por el trasfondo de bondad que emanaba el personaje». En base a la actriz, expresó: «...no se conformó con interpretar diferentes personajes, sino que además les dio alma a través de sus libretos, rigurosos, precisos, que nunca se rebajaron al chiste grosero ni precisaron de la procacidad para lograr la carcajada».


En 1936 debutó como cantante internacional (por hablar en varios idiomas) en Radio Municipal, donde conoció a Marcelo Salcedo, un contador paraguayo de una empresa yerbatera con el que se casó poco tiempo después. Con Salcedo diseñó su nombre artístico de forma definitiva. Su apellido, a partir de entonces, estaría conformado por la primera sílaba del nombre y el apellido de su marido (Mar-Sal) y se le agregó una «h» y una «l» de tal forma que quedara Marshall. Como nombre, optaron por una deformación de Marina: Nina→Ninita→Niní. A pesar de que el seudónimo ya estaba listo, varias emisoras donde compartió cartel con Encarnación Fernández, Pablo Palitos o Delfina Fuentes, la presentaron en sus anuncios como Lily Marshall, Niní Marschall o Niní Marshal debido a la dificultad que les causaba redactarlo aparentemente.


Por El Mundo, además de encabezar radioteatros, incursionó también en un programa presentado por tiendas La Piedad y productos Llauró donde representó variados personajes. Sus apariciones usualmente estaban acompañadas por Juan Carlos Thorry, con quien trabajó asiduamente en el espectáculo nacional hasta los finales del apogeo de su carrera. Observando a las seguidoras que se agolpaban para pedirle autógrafos a Juan Carlos Thorry, surgió Catita, que junto con Cándida se convirtieron en sus personajes más populares y exitosos.


A finales de los años 1930, Roberto Llauró, propietario de la empresa de los jabones Llauró, la contrató para que interpretara a una mucama (la cual ya había presentado en El chalet de Pipita) en una audición de la orquesta de Francisco Canaro animada nuevamente por Juan Carlos Thorry.

Consagración

Mirtha Legrand, Niní Marshall y Silvia Legrand en Hay que educar a Niní (1940).


Si bien Marshall ejercía como pintora, escritora y cantante, fue por medio de la actuación que recibió reconocimiento. Con rotundo éxito en el medio radial, fue convocada en 1938 para realizar cine y, aunque rechazaba la propuesta porque, según confesó, «no tenía rostro cinematográfico y por miedo a que la gente se decepcione», aceptó. Dirigida por Manuel Romero y bajo el auspicio de la productora cinematográfica Lumiton, protagonizó Mujeres que trabajan, donde compuso a Catalina «Catita» Pizzafrola Langanuzzo, una vendedora de tienda que cometía equivocaciones frecuentemente. En la película figuraban actores como Mecha Ortiz, Pepita Serrador, Sabina Olmos, Alita Román, Alicia Barrié y Tito Lusiardo. El redactor Camilo Sánchez escribió: «Niní se atrevió a mostrarnos a otra más allá del guiño: a la Niní provocadora, la astutamente contestataria. Y hay que remarcar también que fue justiciera en su repertorio. Todas esas criaturas hablan de una inmortalidad: el estilo marshallesco del que aún hoy se habla en muchas escuelas de teatro».


En 1939, contratada otra vez por Lumiton, protagonizó Divorcio en Montevideo componiendo de nuevo a Catita en compañía de Enrique Serrano y dirigidos por Manuel Romero. Ahí, para apartarse de su novia presumida un muchacho se casa con una manicura conviniendo divorciarse meses después. El trato se lleva a cabo pero el joven comprende que se enamoró de su ex-esposa y la busca para volverse a casar. Mientras tanto, Catita, amiga de la mujer, se casará con un compañero del esposo: un soltero empedernido.25 La película se estrenó a mediados de año en el cine Monumental y recibió críticas positivas, entre ellas la de la revista Antena, que elogió a Romero publicando que «... sigue siendo el realizador aplomado y seguro de La rubia del camino».


Ese mismo año presentó su personaje de Cándida en un filme titulado con el mismo nombre. Esta vez, las críticas reflejaron bastantes aspectos negativos; la revista Radiolandia, por ejemplo, definió al argumento como de «materiales primarios, aderezado con algunos lugares comunes de directa repercusión en el auditorio, sirve a sus fines cómico-sentimentales a la intérprete y resulta de eficacia popular».28 Entre las muchas personas que se presentaron para obtener el papel de extras en los castings se encontraban Zully Moreno y Pepe Biondi, que para las décadas de 1950 y 1960 serían dos de las figuras más sobresalientes del cine y la televisión.


Con una duración de 87 minutos, en 1940 se estrenó Casamiento en Buenos Aires. Los protagonistas eran Niní Marshall, Sabina Olmos y Enrique Serrano. La trama estaba basada en las infidelidades y significó uno de los mejores trabajos del director Manuel Romero. Sintonía tituló «Impacto demasiado fácil», mientras que La Nación, relató: «Episodios y tipos convencionales, se arman con medios directos y fáciles, pero entre unos y otros se asoma... Catita». En ese mismo año llegó a filmar cuatro películas seguidas.


Los celos de Cándida tuvo un modesto éxito y junto con el director Luis Bayón Herrera, la actriz compaginó los diálogos. Finalmente, formando el dúo Marshall-Codecá, la temática de Los celos de Cándida se refirió a una pareja que en su luna de miel adquieren una importante suma de dinero en un casino y residen en una pensión de Buenos Aires; El Heraldo, en sus sugerencias para el programa de mano, la catalogó como una «magnífica comedia de gracia irresistible».


Hay que educar a Niní, de 1940, fue el debut actoral de dos gemelas que serían muy reconocidas: Mirtha y Silvia Legrand (extras).32 Marshall compuso ahí a una actriz de reparto poco conocida que acuerda hacerse pasar por la hija de un industrial adinerado.33 Bajo las órdenes de Luis César Amadori, fue una producción de Argentina Sono Film que incluyó en su elenco a artistas de la talla de Francisco Álvarez, Mecha López o Nury Montsé. El escritor y poeta Horacio Salas le dijo al entregarle el título de Ciudadana ilustre: «Una de sus películas se llama Hay que educar a Niní. Pero es Niní quien nos educa hace 50 años».5 María Elena Walsh la llamó «Nuestra Cervanta» y explicó que «sólo un prodigioso dominio del idioma le permitió a Niní descalabrarlo, travestirlo y lanzarlo a las efímeras ondas del éter».


A finales de año, apareció Luna de miel en Río, calificada como de «título llamativo» por la prensa gráfica. Ahí, Marshall acompañó a Tito Lusiardo en la comedia dirigida por Romero, quien también había aportado para los guiones. En 1941 y convocada por Lumiton, protagonizó Yo quiero ser bataclana que contenía cuadros musicales y escenografía de Ricardo Conord. La crítica cinematográfica la calificó como «una buena cinta cómica».6


Continuaba actuando en radio, sólo que lo hacía de forma esporádica, diciendo públicamente: «No quiero volver a mis oyentes con lo mismo de siempre». Posteriormente intervino en otras películas como Orquesta de señoritas, en donde uno de los propietarios de SACI, Luis César Amadori, dirigió el filme, y Cándida millonaria, con guion de Pedro E. Pico y basada en la historia Querer y cerrar los ojos. El director y compositor Enrique Santos Discépolo la incluyó en uno de sus proyectos titulado Cándida, la mujer del año, que fue el mayor fracaso en la carrera de la actriz debido al escaso elenco que acompañó a Marshall.


El escritor Abel Posadas comentó en uno de sus libros: «Hay que educar a Niní (1940), Orquesta de señoritas (1941), La mentirosa (1942) y La mujer sin cabeza (1947), ofrecen un seductor panorama de ensueño partiendo del mecanismo de la impostura, tan caro al entretenimiento propuesto por Amadori».


Con Madame Sans Gêne, la cómica historia de la lavandera de Napoleón Bonaparte, se hizo la película más costosa del cine argentino de entonces con decorados de Raúl Soldi y la actuación de Herminia Franco y Delfy de Ortega.39 En Carmen realizó una representación de la ópera de Georges Bizet40 y en Mujeres que bailan una parodia de La muerte del cisne. Su período de mayor plenitud creativa ocurrió entre 1940 y 1956 con la trilogía Casamiento en Buenos Aires, Luna de miel en Río y Divorcio en Montevideo. De hecho, entre el período 1938-80, participó en 28 películas argentinas como guionista, intérprete y dialoguista siendo una de las figuras más relevantes de la cinematografía argentina en su «época de oro», semejante a Tita Merello, Libertad Lamarque, Zully Moreno, Mecha Ortiz, Amelia Bence y Mirtha Legrand.41 Según el historiador Pacho O'Donnell «Niní marcó la época en que la familia se reunía para escuchar sus programas radiales. Era extraordinario, la ciudad se paraba para oírla».


Retomó el trabajo con Manuel Romero en 1948 cuando colaboró en la película Porteña de corazón al lado de Augusto Codecá, cuya escenografía estuvo ambientada mayormente en un hospital.

Labor teatral


Por dos años (1937-39), secundada por Tony Rocca, fue partícipe de giras teatrales por las ciudades del Gran Buenos Aires y otros barrios alternando en las mismas géneros como el jazz y temas musicales interpretados por Marshall y Juan Carlos Thorry.43 Ambos viajaron a Santa Fe, Paraná, Mendoza, Rafaela, Rosario, Córdoba, Tandil y San Juan; en compañía de Pedro Quartucci, emprendió una gira por Chile y Perú en 1941 y por Estados Unidos en 1949.


En Carrousel de estrellas y Pepe volvió con música tuvo la oportunidad de actuar al lado de Pepe Arias y diseñar los libretos con dirección de León Alberti. En 1963, en el Teatro Coliseo y con dirección de Carlos A. Petit y Mariano Mores, se estrenó Buenos Aires de seda y percal, uno de sus pocos trabajos con Mirtha Legrand; y La señora Barba Azul, en el Teatro Buenos Aires con producción y compañía de Carmelo Santiago.46


Entre otros de los espectáculos teatrales en que participó se encuentran ¡Vos que lo tenés, cuidalo! (1965), Recuerdo del viejo Buenos Aires (1969); Coqueluche (1971), con Thelma Biral;3 El pequeño Marshall-Luz ilustrado (1976), con Jorge Luz; Una noche en la radio,47 que se presentó en varios sitios de Buenos Aires. Marshall continuó sobre los escenarios hasta 1981 cuando protagonizó su último espectáculo teatral, ¿Quién apagó la radio?, con el cómico Jorge Luz.48 49 En la actualidad, Marshall es considerada una de las precursoras del café-concert con Carlos Perciavalle, con quien actuó en la última versión de Una noche en la radio, con temporadas en Mar del Plata.


Su talento para reproducir los rasgos del habla de distintos sectores sociales o de colectividades fue un aporte no sólo para el humor sino también para la investigación filológica, y la Universidad de La Plata registró el lenguaje de sus personajes con esos fines. Según el crítico cinematográfico Claudio España «Catita era dicharachera, arribista, petulante, convencida de lo que dice y de cómo lo dice. Para ella, el mundo que la enfrenta está al revés».5 Dora Cerati, que compiló en media docena de compactos históricos programas de radio, expresó: «A la manera de una Mafalda adulta, Niní sacó a luz una clase social relegada a la que le hizo decir o ridiculizar lo snob, lo superfluo, pero sin groserías, sin palabras soeces, sin golpes bajos».

Exilio y regreso


En 1943, Radio Splendid la contrató por una importante suma de dinero,6 pero apenas un mes después y debido a una campaña impulsada en el ámbito del presidente de facto Pedro Pablo Ramírez para preservar el idioma fue censurada e inscripta en las denominadas «listas negras», prohibiéndosele así su trabajo en la radio.6 Desde la oficina de Radiocomunicaciones enviaron un comunicado que expresaba que la prohibición había sido llevada a cabo «porque sus personajes deformaban el idioma al pueblo argentino, que no tiene capacidad de discernir». Debido a eso, en el mismo año se exilió en México. Anteriormente todo proyecto artístico que la incluía había sido vetado por Radiodifusión desde 1943, poco después de haber participado en la compañía de revista de Pepe Arias, en varias películas y en presentaciones en Montevideo. Otros episodios similares ocurrieron con actores como Libertad Lamarque o Arturo García Buhr.


En 1944, un terremoto produjo varios daños en San Juan y hubo 10.000 víctimas aproximadamente. Como otros militares nacionalistas del Grupo de Oficiales Unidos (GOU), Juan Domingo Perón pertenecía al gabinete del presidente Pedro Pablo Ramírez ejerciendo como secretario de trabajo y previsión y secretario de guerra. Ante la tragedia, Perón encabezó una convocatoria dirigida a figuras notorias del espectáculo como Libertad Lamarque, Lydia Lamaison, Mirtha Legrand, Mecha Ortiz, Silvana Roth y Marshall, quien otorgó 4964 pesos argentinos además de recolectar donaciones al igual que sus pares.

Juan Duarte.


En 1950, fue censurada por segunda vez cuando Ángel Mentasti, de Sono Film, le transmitió que se debían cancelar todos los proyectos que la incluían por un pedido expreso de Eva Perón, en aquel entonces primera dama. Mientras estaba en la Casa de Gobierno para exigir una explicación, el ayudante de Juan Duarte, secretario del ex-presidente Juan Domingo Perón, le dijo: «Señora, dice el señor Duarte que se acuerde de cuando en una fiesta de pitucos, vestida de prostituta, imitó a su hermana Eva», según relató en sus memorias.14 Respectivamente Fanny Navarro, compañera de Marshall en Mujeres que bailan (1949), que había presenciado la fiesta en la que Marshall aparentemente imitaba a Evita, le habría contado el hecho a Juan Duarte, con quien tenía mucha afinidad e incluso se rumoreó que mantenían un noviazgo.14 Otras versiones expresaron que Evita se habría molestado por su papel en Madame Sans Gêne (1945) y que le había guardado rencor por un espacio central que Marshall obtuvo en la radio y que ella misma pensaba conseguir.

Evita en 1947.


Al regresar de una larga gira en 1950, debió irse nuevamente del país por la poca posibilidad laboral, exiliándose en México. Aconsejada por sus amigos, antes de viajar Marshall le dejó algunos bienes a su familia para vender su casa de Punta del Este, un edificio de departamentos en la calle Juramento y su quinta de Moreno. En México, vivió temporalmente en la Casa Latinoamericana, un complejo donde residían todos los argentinos que estaban ahí, como Hugo del Carril, Imperio Argentina o Ana María Lynch.14 En aquel sitio tuvo como vecina a Libertad Lamarque y a su marido, el músico Alfredo Malerba, de quienes fue íntima amiga. A la temprana muerte de Eva Perón, regresó dos años después con ocasión del casamiento de su hija y el nacimiento de su nieto en 1955.


En México, que atravesaba su mejor momento cinematográfico, profundizó su actividad pictórica y prosiguió con su carrera actuando en filmes como Una gallega en México, Una gallega baila mambo, de la compañía Filmex; Mi campeón, de Chano Urueta; Amor de locura, con Óscar Pulido; Una gallega en La Habana o Dios los cría, con Germán Valdez.53 Paralelamente, condujo varios ciclos radiales especialmente en Radio Carve, de Montevideo.

Vida posterior

Última etapa


En 1956, luego de la golpe de Estado contra el gobierno de Juan Perón, regresó a su país natal con su tercer esposo, el periodista Carmelo Santiago, y fue convocada por varios canales televisivos y por Julio Saraceni para filmar Catita es una dama, con guiones de Abel Santa Cruz bajo el sello de Argentina Sono Film. Con Santiago convivió 16 años hasta 1968; él se había convertido en su representante y le había rechazado varios trabajos por ser de temática «picante»: uno de ellos fue La cigarra no es un bicho en compañía de Luis Sandrini, en donde su papel fue reemplazado por María Antinea.11 Mientras Santiago producía varios ciclos televisivos conoció a otra mujer, motivo por el cual Marshall decidió separarse y, en sus propias palabras, «poner fin a su vida sentimental» después de tres matrimonios desafortunados. Sin embargo, Santiago había sido muy importante para su carrera artística ya que fue productor de su esposa en dos espectáculos de music-hall con los que recorrieron México, Cuba, República Dominicana, Puerto Rico, Colombia, Perú, Chile, Uruguay y hasta Barcelona y Madrid. Ambos, auxiliados por una gran producción, prepararon cuatro películas, cuatro temporadas teatrales en Buenos Aires, una gira por América Latina, cinco ciclos radiales y televisivos y una gran cantidad de sketches.

Digo de mí que no soy artista, sino una señora de su casa que logró, simplemente, hacerse la graciosa.

—Niní Marshall


En 1962, dirigiéndose al público infantil, editó un disco con temas para niños titulado Niní Marshall, para los chicos. Asentada definitivamente en Argentina, comenzó a popularizar de nuevo a sus personajes que habían sido parcialmente olvidados por el público, y en 1964 debutó en el medio televisivo con Cosas de mamá y papá,23 por Canal 9, donde además de actuar junto a Raimundo Pastore hizo la adaptación de la historia. Julio Saraceni la relanzó al cine argentino con una película que se destacó principalmente por el vestuario: Cleopatra era Cándida (1964),con libretos de Abel Santa Cruz y la participación especial de Juan Verdaguer, Tito Lusiardo y Vicente Rubino. La Prensa la definió como «un filme que no responde a una línea argumental coherente y sólida», mientras que Antena se refirió al argumento como «eficiente» y a la dirección como «solvente».


    No crean que dejé de ser tímida, creo que soy tan tímida que inventé mis personajes para esconderme detrás de ellos.

    Niní Marshall.


Para 1967 se la podía apreciar en el exitoso programa Sábados circulares,55 de Nicolás Pipo Mancera, donde llegó a estar durante 30 minutos consecutivos y sin comerciales con su interpretación de Belarmina, uno de sus «queridos» personajes


Componiendo a Loli, ese mismo año realizó su primera intervención cinematográfica a colores en Escándalo en la familia, con dirección y guion de Julio Porter y un variado elenco de cómicos que reunía a Fidel Pintos, Alberto Olmedo, Juan Carlos Altavista, Carlos Carella y Carlos Scazziotta.11 Con Producciones García Nacson actuó con Leo Dan en La novela de un joven pobre y posteriormente,56 anunció su retiro del espectáculo, aunque no lo concretó ya que tres años después, en 1971, y bajo las órdenes del director Enrique Carreras, cumplió su anteúltima labor cinematográfica en Vamos a soñar por el amor, que intercalaba géneros como el romance, la comedia y el musical.57

Niní Marshall y Luis Sandrini en ¡Qué linda es mi familia! (1980). Sería la última película de ambos. Sandrini murió el último día de filmación, y a raíz de ello, Marshall nunca pudo ver el filme sin emocionarse.


En la década de 1970 se presentó en el café-concert El Gallo Cojo, de San Telmo, en un espectáculo unipersonal de humor negro que combinaba todas sus mayores creaciones titulado Y se nos fue... redepente!3 (cuyo guion había sido redactado en la década de 1940, aunque nunca se había estrenado), que alcanzó más de 1500 presentaciones escénicas.6 En 1979, fue llevado a la televisión y en 1986, se editó un disco que tuvo a Marshall como autora, el cual se presentó en el Teatro La Capilla, de la calle Suipacha.


Contando con 74 años de edad, protagonizó el programa El humor de Niní Marshall redactando los guiones y popularizando la frase «Analfabestia», que se introdujo en el lenguaje de los argentinos por mucho tiempo. Su último filme lo realizó en 1980, con ¡Qué linda es mi familia!,6 donde compuso a Rosita secundando a Palito Ortega y Luis Sandrini, que murió repentinamente antes del estreno y se la dedicó a su memoria. En esta década fue cuando realizó sus últimas apariciones en televisión y a principios de 1980 acompañó a Lino Patalano en una gira por Rosario,42 poco antes de que el Museo del Cine le entregara la Cámara Pathé junto a Tita Merello, Delia Garcés, Libertad Lamarque y Mecha Ortiz «en reconocimiento a las primeras figuras del cine nacional».

Retiro

Marshall, recibiendo el Premio Konex de Platino en 1981.


Marshall se retiró poco antes de cumplir 80 años, argumentando que «no quería asistir a sus propios funerales». Con la conducción estelar de Antonio Carrizo, se presentó junto a Nelly Láinez en Juntos, ciclo emitido durante 1982, y allí desarrolló por última vez sus mejores creaciones.60 En 1985 publicó su libro autobiográfico titulado Mis memorias (Ed. Moreno),48 en donde relató anécdotas, sus mejores libretos y su biografía. En 1988 se retiró del espectáculo a través de la televisión en el programa El mundo de Antonio Gasalla, componiendo a Doña Caterina a los 85 años.61 Con una gran cantidad de honores y distinciones, en el mismo año fue homenajeada en el Ciclo de Grandes Humoristas en el programa Botica de Tango de Eduardo Bergara Leumann y en 1989, se le concedió una producción especial en el festival «La mujer y el cine».62 Ese mismo año fue declarada «Ciudadana ilustre de la Ciudad de Buenos Aires» en el Teatro Municipal General San Martín3 48 y en 1990 obtuvo el premio Santa Clara de Asís. En 1992, a iniciativa de la Asociación Argentina de Actores (AAA), Mirtha Legrand y Pinky (conductoral de la ceremonia) le otorgaron el premio Podestá a la trayectoria.3 Aplaudida de pie por todos los presentes, subió acompañada de su hija Angelita a recibir el honor. En marzo de ese mismo año había sido internada en terapia intensiva por diez días y se temió por su vida.63 Sin embargo, medios gráficos informaron posteriormente que ya se encontraba restablecida e incluso había presidido un show de Chico Novarro y Andrea Tenuta. Desde 1988 se había trasladado a un departamento próximo al de su hija y en 1991 rentó su antiguo domicilio.

«Entre soñar para adelante o recordar, prefiero recordar. Es más cómodo. Con los años que tengo ya no tiene sentido mentir».

—Niní Marshall, 1994.


Se la solía ver en contadas oportunidades en celebraciones importantes u en homenajes muy desmejorada. Graciosamente, cuando los jóvenes se acercaban a saludarla, ella comentaba: «Hay una cuarta generación que me aguanta».65 Al cumplir 91 años, rindió una entrevista con Lino Patalano para la revista de interés general Gente,10 y un año después se la vio públicamente presenciando dos espectáculos que protagonizaba Marilú Marini en el Teatro Maipo y Lola Membrives recreando los personajes que habían hecho famosa a la anciana cómica: Mortadela y Niní,17 3 estrenadas un año antes en el exterior. A su vez, en diciembre de 1995, con grandes dificultades para movilizarse y muy emocionada, acompañó a su amiga Libertad Lamarque cuando la nombraron «Personalidad Emérita de la Cultura Argentina» en el Teatro Nacional Cervantes.

Fallecimiento


En la madrugada del 22 de enero de 1996 fue internada en una habitación común de la Clínica Bazterrica, en el barrio porteño de la Recoleta, por problemas de origen respiratorios.66 La noticia no se hizo pública hasta tres días después y las autoridades de la institución no dieron demasiados detalles por pedido expreso de su familia. A pesar de que logró recuperarse parcialmente, se encontraba muy desmejorada y su nieto confesó ante los medios: «Ya no tiene ganas de vivir».11 El 8 de marzo fue nuevamente ingresada en terapia intensiva por una afección respiratoria y una grave deshidratación que le provocaron una descompensación general y un progresivo desmejoramiento físico. Falleció a la edad de 92 años el 18 de marzo a las 11:05 h de un paro cardiorrespiratorio.42 Sus restos fueron velados a cajón cerrado, según su petición, en la capilla ardiente del Teatro Nacional Cervantes desde las 17 h hasta las 10 h del día siguiente, donde artistas, seguidores y familiares se despidieron de la actriz. Luego, sus restos fueron trasladados al cementerio de Olivos,67 donde fueron inhumados ante una gran multitud que acompañó al féretro encabezado por su hija, su yerno Juan Carlos Abregó y sus nietos.


Entre las personalidades que fueron a despedirla al teatro se encontraban Lydia Lamaison, China Zorrilla, Georgina Barbarossa, Gabriela Acher, Nora Cárpena, Ana María Picchio, Jorge Guinzburg, Luis Brandoni, Jorge Luz, Marcos Zucker, Amelia Bence, Palito Ortega, entre otros. Además enviaron ofrendas florales Mirtha Legrand y sus hijos Marcela y Daniel Tinayre, el ex-presidente Carlos Menem, Enrique Pinti, Pinky, Susana Giménez, el ex-intendente Jorge Domínguez y Antonio Gasalla.42 Su muerte, ocurrida tan solo un mes después a la del popular cómico Tato Bores, significó uno de los hechos más importantes del año ocurridos en el país según el libro La Nación: testimonio de tres siglos (2005).

Legado


En 1999, la familia de Marshall, en colaboración con el sello discográfico Gogni y Vea Más Multimedios, lanzaron un CD recopilando sus mejores monólogos.68 En 2003, se conmemoró el centenario de su nacimiento y se realizaron varios homenajes en su honor, como una muestra retrospectiva denominada «Niní cumple 100 años» en el Centro Cultural Recoleta o la proyección de sus principales filmes en la sala Leopoldo Lugones.69 Por la misma razón, la señal de cable Volver emitió un ciclo especial y las autoras Patricia Narváez y Marily Contreras publicaron dos libros biográficos.


En 2005, Raúl Etchelet estrenó el documental La película de Niní, que contenía testimonios, relataba su vida y estaba basada en su libro biográfico publicado el mismo año.70 Actualmente la residencia donde vivió en su niñez y en su adolescencia, la Casa de los Querubines, es sede desde 1999 del Museo de la Ciudad y en diferentes instituciones de Buenos Aires continúan proyectándose filmes protagonizados por la artista.


En 1996, el diario Clarín llevó a cabo una encuesta popular sobre los artistas argentinos y Marshall resultó poseedora del cuarto puesto en el rubro de la «artista más querida de todos los tiempos» con un 10.2% y de la «más talentosa» con un 7.3%. En 2005, el mismo periódico realizó otra similar y ahí obtuvo el segundo puesto en la sección del «mejor cómico de toda la historia argentina» con un 10.3%, precedida por Alberto Olmedo.

Junto con la directora cinematográfica María Luisa Bemberg y la actriz Ana María Campoy, son unas de las pocas personalidades femeninas que poseen una sala con su nombre. En el Museo Municipal del Cine Pablo C. Ducrós Hicken, en el barrio porteño de Once, se encuentra una amplia sala con el nombre Niní Marshall, variada en su contenido. Allí hay afiches, fotografías, cuadros, pelucas, vestimentas, sombreros, cámaras y elementos cinematográficos que se usaron alguna vez en las películas protagonizadas por Marshall, así también como objetos personales de la actriz.


A su vez, desde 2009 una calle de Puerto Madero lleva su nombre, elegida por votación popular.72 En 2011, en conmemoración a los 15 años de su deceso, se inauguró en el partido bonaerense de Tigre un teatro con su nombre, con Norma Aleandro como madrina y más de 600 invitados. Esta sala cuenta con 870 butacas y una tecnología avanzada; fue declarada de interés municipal por el intendente Sergio Massa.


Parte de su familia también está dedicada al medio artístico; de hecho, sus sobrinas nietas son la actriz Antonella Costa y la fallecida escritora Susana Degoy; su nieto, Carlos Gamallo, actuó en seis películas.

Sus personajes

Características principales


Como recursos humorísticos, Marshall utilizaba las faltas ortográficas y gramaticales y ejercía una observación minuciosa de la sociedad de la época, para luego reflejarlas de forma exagerada en sus personajes que abarcaban todas las clases sociales. El constante cambio de la «g» por la «j» en las frases pronunciadas por algunas de sus creaciones fue algo clásico y común en ellos. Sus personajes eran estereotipos de los habitantes que estaban radicados en la Argentina desde las primeras décadas del siglo XX, entre ellos los inmigrantes europeos. Cuando a Marshall se le preguntaba cómo creaba sus personajes, respondía que era cuestión de observar y oír.


    Catalina «Catita» Pizzafrola Langanuzzo: de origen italiano, era una chismosa impenitente. Su atuendo clásico incluía ruleros y nunca veía nada bueno en la gente que estaba presente con ella.

    Cándida Loureiro Raballada: humilde y exagerada, era de origen español. Se desempeñaba como empleada doméstica y siempre defendía la moral, relacionándose con la solidaridad y la justicia.

    Doña Pola: una simpática anciana judía. Era dueña de la tienda «Los 3 hemisferios» y aprovechaba cualquier ocasión para hacerle publicidad a su local.

    Mónica Bedoya Hueyo de Picos Pardos Sunsuet Crostón: representa a la mujer llena de modismos, costumbres aristocráticas y de buenas condiciones económicas que residen en Barrio Norte o que aspiran a pertenecer a la sociedad de clase alta. Incorporaba nuevos códigos al habla argentina como «podéme» o «tarúpido» y expresaba fonemas como por ejemplo «depre» y «porsu».

    Belarmina Cueio: joven provinciana y empleada doméstica de la Niña Jovita. Algo mentirosa, torpe y a menudo reprendida por su jefa, que en ocasiones la castigaba físicamente. Las obligaciones de la vivienda y el cuidado de su loro conformaban su ocupación. De este personaje, Marshall decía: «surgió en mi mente en los años en que estuve viviendo en el interior».

    La Niña Jovita: acompañada de su loro Romeo, mantuvo siempre su deseo de asociarse con un caballero que enamore «su corazón ingenuo de dama antigua». Según la propia Marshall, surgió de la observación de las amigas solteronas de su tía.

    Gladys Minerva Pedantoni: era la alumna más estudiosa de la clase. Desenfadada y vanidosa, obsequiaba regalos a sus maestras y era el centro de las bromas de sus compañeros.

    Doña Caterina Gambastorta de Langanuzzo: abuela de Catita, viuda cuatro veces. A pesar de tener 90 años y haber permanecido mucho tiempo en Argentina, conservaba su acento italiano.

    Don Cosme: un italiano de voz ronca, papel que abandonó pronto por consejo de su fonoaudiólogo.

    Lupe: una joven mexicana sufrida y enamorada de su esposo Margarito, ebrio y haragán que la obligaba a trabajar.

    La Bella Loli: actriz de varieté pasada de moda.

    Giovannina Regadiera: recreación de una soprano italiana.

    Fruelain Frida: una alemana dueña de un perro de raza dachshund.

    Mingo: hermano travieso de Catita.

    Miss Mc Adam: también llamada Bárbara Mc Adam, fue una refinada señora inglesa considerada una lady que visitaba México con vestidos y sombreros extravagantes. Fue muy popular su frase: «¡Beatiful!».

    La Loli: una cupletista española excedida de peso.


Inspiración


Se destacó creando personajes que retrataron la idiosincrasia argentina y los arquetipos de la inmigración proveniente de España (la gallega Cándida), Italia (Catita o Catalina Pizzafrola Langanuzzo) o del este europeo (Doña Pola).76 Además creó a Mingo (el hermano de Catita), la eterna solterona Niña Jovita, Doña Caterina, Gladys Minerva Pedantoni, Sabelotodo, Don Cosme, Loli, la mucama Belarmina, la aristocrática Mónica Bedoya Hueyo de Picos Pardo Sunsuet Crostón, entre otros.77 69 En México diseñó personajes como Miss Bárbara Mc Adam, producto de su atención a los turistas vestidos con colores llamativos y que gastaban su dinero en Acapulco; y a Lupe, la sufrida mexicana esposa de un borracho empedernido llamado Margarito que la hacía trabajar para mantenerlo.


    Creo mis personajes observando a la gente, prestando atención a los pequeños defectos que pueden causar risa. Yo voy a la peluquería, por ejemplo, y paro la oreja para ver lo que hablan los clientes. Es increíble lo que pueden decir allí las mujeres: están en los secadores y como el aparato les tapa las orejas y hace ruido, deben gritar para escucharse. A gritos cuentan la vida y milagros de todo el barrio. En general, yo caricaturizo lo que allí se dice, pero a veces ni me hace falta cargar las tintas, lo mismo en los transportes públicos: generalmente no viajo en ómnibus porque me reconocen y me miran, y eso me pone muy nerviosa; pero a veces me pongo los anteojos negros y doy una vuelta para escuchar a la gente. Parece mentira lo indiscretos que son. Otra fuente muy jugosa es la placita Vicente López que está enfrente a mi casa; ahí espío a las mucamitas con sus novios y obtengo expresiones, dichos y situaciones que con sólo repetirlos causan gracia.

    Niní Marshall


Filmografía

Filmografía en Argentina


    ¡Qué linda es mi familia! (1980)

    Vamos a soñar por el amor (1971)

    La novela de un joven pobre (1968)

    Ya tiene comisario el pueblo (1967)

    Escándalo en la familia (1967)

    Cleopatra era Cándida (1964)

    Catita es una dama (1956)

    Mujeres que bailan (1949)

    Porteña de corazón (1948)

    Navidad de los pobres (1947)

    Buenos Aires canta (1947)

    Una mujer sin cabeza (1947)

    Mosquita muerta (1946)

    Santa Cándida (1945)


    Madame Sans Gene (1945)

    Carmen (1943)

    Cándida, la mujer del año (1943)

    La mentirosa (1942)

    Cándida millonaria (1941)

    Orquesta de señoritas (1941)

    Yo quiero ser bataclana (1941)

    Luna de miel en Río (1940)

    Hay que educar a Niní (1940)

    Los celos de Cándida (1940)

    Casamiento en Buenos Aires (1940)

    Cándida (1939)

    Divorcio en Montevideo (1939)

    Mujeres que trabajan (1938)


Filmografía en México


    Una gallega en La Habana (1955)

    Dios los cría (1953)

    Amor de locura (1952)

    Los enredos de una Gallega (1951)



    Mi campeón (1951)

    La alegre casada (1950)

    Una gallega baila mambo (1950)

    Una gallega en México (1949)


Filmografía en España

Yo no soy la Mata-Hari (1949)

Programas de televisión


    El mundo de Antonio Gasalla (1988)

    Juntos (1982)

    Mónica y Andrés (1980)

    Y se nos fue...redepente (1979)

    Al estilo de Mancera (1978)

    El humor de Nini Marshall (1977)



           



    Teatralerías (1967)

    Sábados circulares (1966-69) (1971-72)

    Cosas de mamá y papá (1964)

    Esas cosas de Niní (1960)

    Niní Marshall (1958)

    Philco Music Hall (1957)



Obras de teatro


    ¿Quién apagó la radio? (1981)

    Una noche en la radio (1977) (1981)

    El pequeño Marshall-Luz ilustrado (1976)

    Y se nos fue...redepente! (1973)

    Coqueluche (1971)

    Recuerdo del viejo Buenos Aires (1969)

    ¡Vos que lo tenés, cuidalo! (1965)


    Escándalo en Mar del Plata (1965)

    La señora Barba Azul (1963)

    Buenos Aires de seda y percal (1963)

    Cosas de mamá y papá (1961)

    Pepe volvió con música (1948)

    Carrousel de estrellas (1948)

    Un lío de millones (1946)


Discografía


    Y se nos fue...redepente! (1986)

    Niní Marshall, para los niños (1961)


Premios, homenajes, distinciones y medallas


    Premio Sensación Radiofónica (1937)79 80

    Premio de ACCA a la «Mejor Intérprete Cómica» (1945)

    Premio Cóndor de Plata a la «Mejor Actriz Cómica» (1946)

    Placa de Oro de ACDADT (1950)

    Premio a la «Mejor Actriz de México» (1951)

    Premio ACDADI (1956)

    Premio a la «Mejor Actriz Cómica del Cine Argentino» (1956)

    Medalla de Oro de ALPI (1959)

    Medalla de la Asociación Israelita de la Argentina (1960)

    Premio a la «Mejor Actriz de Teatro en México» (1961)

    Premio Selección al «Mejor Disco para Niños» (1962)

    Circular de Oro (1965)

    Copa de Plata de Brasil (1966)

    Medalla de Oro de Odia (1966)

    Premio Mástil de Oro (1966)

    Declarada «Figura pionera del cine argentino» por ACCA (1967)

    Testimonio de Honor a la «Mejor Actuación Femenina en Show» (1967)

    Premio Leo (1968)

    Medalla de Oro (1968)

    Premio 9 de Oro (1968)

    Premio 9 de Oro (1969)

    Premio Karamba (1971)

    Premio Ancla de Oro (1972)

    Premio San Gabriel (1973)

    Premio La Bruja de Oro (1973)


    Premio La Estrella de Oro (1974)

    Premio Gallo Cojo de Oro (1974)

    Premio Bamba (1974)

    Medalla de Oro de la revista Informe (1975)

    Premio Sol de Oro (1975)

    Premio Martín Fierro (1975)

    Premio Palma de Oro Audiencia (1977)

    Premio a la «Mejor Actuación Femenina en Café-Concert» (1978)

    Reconocimiento «A la artista de todos los tiempos» (1978)

    Premio Martín Fierro (1979)

    Premio Cruz de Plata Esquiú (1979)

    Reconocimiento en el Museo Municipal del Cine Pablo Ducrós Hicken (1980)

    Premio Konex de Platino (1981)

    Distinción especial de ACCA «por su aporte al cine argentino» (1983)

    Distinción Obelisco de Plata (1983)

    Distinción Glorias de la Cultura Nacional (1984)

    Homenaje en el Teatro Nacional Cervantes (1988)

    Homenaje en La Botica del Tango (1988)

    Homenaje en el festival «La mujer y el cine» (1989)

    Declarada «Ciudadana ilustre de la Ciudad de Buenos Aires» (1989)

    Premio Martín Fierro como reconocimiento a la trayectoria artística (1989)

    Premio Santa Clara de Asís (1990)

    Premio Podestá a la trayectoria artística (1992)

    Premio de la Fundación Elena B. de D`anna (1994)

fuente: WIKIPEDIA.
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